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Chicho Ibáñez Serrador, maestro de la televisión, protagoniza "Historias para recordar"

  • Descubrimos el talento del genio más grande de la televisión de este país
  • Pionero de la televisión y maestro de todos los que le han seguido tras él
  • 'Imprescindibles' vuelve a emitir este documental el domingo 27 de enero a las 21:30h

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Imprescindibles - Chicho Ibáñez Serrador: "Historias para recordar" - presentación

Siempre hemos sido conscientes del privilegio que nuestra profesión nos ha brindado de trabajar con el genio más grande de la televisión que ha habido en este país.

El equipo de

El equipo de "Un, dos, tres,...", en 1976, con Chicho tve

Ambos éramos conscientes de ello mientras trabajábamos a su lado y nunca hemos dejado de serlo. Pero ahora que, una vez más, nuestra profesión nos ha dado la oportunidad de hacer un documental sobre alguien del que creíamos saber mucho, nos hemos dado cuenta de que no conocíamos más que una mínima parte de aquel con el que, durante tantos años, trabajamos codo con codo.

El enorme talento del maestro

Este documental nos ha dado la ocasión de indagar más profundamente en aquellos primeros años, tanto de su trayectoria como de nuestra tele novata, y nos ha permitido descubrir la enormidad de su talento y lo mucho que le debemos todos los que, directa o indirectamente, trabajamos en el oficio televisivo.

Con Chicho nos resulta enormemente difícil ser objetivos, lo reconocemos. Porque al privilegio de trabajar a su lado tenemos que unir otro privilegio más (quizá más importante): el de poder llamarle Amigo, así con mayúscula. Ha sido nuestra mejor escuela, el compañero con el que (¡madre mía, qué osadía!) hemos discutido por tal o cual cosa del trabajo. Pero también el que, en momentos personales complicados, siempre tenía una palabra de cariño o un gesto amable.

Chicho Ibáñez Serrador: su trayectoria en imágenes

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El exigente jefe

Seamos sinceros: “el jefe” –como le seguimos llamando todos los que hemos trabajado a su lado- no es una persona fácil de tratar, porque cuando levantaba la ceja y te llamaba al control ya te podías echar a temblar.

Enormemente exigente, la presión trabajando a su lado era inmensa

Enormemente exigente, la presión trabajando a su lado era inmensa. Pero teniendo en cuenta que a quien más exigió siempre fue a sí mismo, lo que había que intentar era, al menos, estar a la altura. Verle trabajar era un auténtico espectáculo. En “Un, dos, tres... ”, que es donde ambos empezamos a colaborar con él allá por 1992, era impresionante verle dirigir el programa, ensayar con los actores, realizar, matizar coreografías, trabajar en los guiones, tratar como productor - director a artistas, invitados y hasta a los anunciantes… Y, por si no tenía suficiente, transformarse ocasionalmente en un brillante actor -recuerdan los diálogos con Ángel Garó o con el perro Don Mariano, por ejemplo- ¡puf, nos doblaba a todos!

La escuela de Chicho

Chicho Ibáñez Serrador en su despacho

Chicho Ibáñez Serrador en su despacho tve

A él nunca le ha gustado que le llamaran genio o maestro. Pero, jefe, cada cual tiene que asumir su realidad y, te guste o no, tú lo eres. ¡Es lo que hay! Ahora la tele ha cambiado mucho, el lenguaje y las plataformas son muy distintas. Pero los que estamos en esto de la tele, y no hablamos de TVE sino de la televisión en general en este país, somos herederos de tu trabajo, de tu talento, de tu osadía, de tu innovación e, incluso, de tus… ¿errores? Porque, si los hubo, también nos sirvieron a nosotros para aprender a través de ti.

Gracias por todo ello; y gracias por tantos años de entretenimiento y por ser parte de nuestros recuerdos; gracias por cumplir tan bien el consejo de tu madre y compartir con nosotros aquello de “que todo en la vida te parezca un milagro”; gracias, jefe, por existir.

La famosa Ruperta acompaña a Chicho, en una imagen de 2004

La famosa Ruperta acompaña a Chicho, en una imagen de 2004 tve