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Bienal de Estambul 2015

Emisión 25 de octubre de 2015 · La 2

Por
Metrópolis - Bienal de Estambul 2015

“En realidad, nadie sabe que está viviendo el momento más feliz de su vida mientras lo vive.” (Orhan Pamuk)

Esta noche metrópolis dedica su emisión a la 14ª Bienal de Estambul titulada SALT WATER, TYZLU SU (AGUA SALADA). El agua salada como metáfora de la vida y del pensamiento.

Comunicación, neurociencia y arte. Las olas del mar del Bósforo entendidas como ondas cerebrales. Una invitación a descubrir la historia de la ciudad recorriendo 36 localizaciones, distribuidas entre el centro de Estambul y las islas, a las que se añaden enigmáticas sedes imaginarias.

El agua salada como símbolo de supervivencia, pues es un elemento esencial para la vida, y como lágrimas: como espejo de los traumas a los que las sociedades nos enfrentamos.

Entrevistamos a la directora de la bienal Bige Örer al tiempo que analizamos algunos de los proyectos que pueden verse en esta edición comisariada por Carolyn Christov-Bakargiev.

“Ver el Bósforo siempre me ha sentado bien. Frente a la derrota, al desplome, a la opresión, a la amargura y a la pobreza que pudren por dentro la ciudad, el Bósforo está unido en lo más profundo de mi mente a sensaciones de unión a la vida, de entusiasmo por vivir y de felicidad” (Orhan Pamuk)

Las sedes y las 'sedes imaginarias'

El recorrido de las 36 localizaciones permite a los visitantes descubrir la ciudad, desde Rumelifeneri (un pueblo de pescadores en la parte norte de la ciudad) hasta las Islas Príncipe en el sur, la isla de Büyükada y la de Sivriada. Pensemos que experimentar la ciudad en barco supone pedirle al visitante que ralenticen su experiencia y le dedique al menos tres días. Pasando parte de este tiempo en el agua se producen efectos emocionales distintos.

Entre las “sedes imaginarias”, destacaremos La Casa Garibaldi, donde vivió el revolucionario italiano Giuseppe Garibaldi de 1828 a 1831, en la entonces Constantinopla; y El orfanato francés, palacio en reconstrucción, al que no se puede acceder. Fue construido como orfanato en 1868 y hoy es un archivo de moldes de Art Nouveau.

Entre las sedes propiamente dichas SALT GALATA es un antiguo banco convertido en biblioteca, donde veremos la instalación de Zeyno Pekünlü (Turquía) titulada “Minima Akademika” (2015). El proyecto recopila “chuletas” utilizadas en exámenes de economía para reflexionar sobre “los secretos” del capitalismo global.

En la ESCUELA GRIEGA encontramos interesantes piezas en las distintas plantas. En la planta baja Anna Boghiguian (Egipto) en “Los comerciantes de sal” (2015), ha desplegando una instalación que evoca una embarcación y diversas formas de sal. Un barco que transportó sal en otra época, reaparece en un futuro post-digital. Una reflexión sobre las transformaciones económicas en relación a los elementos naturales. En una planta superior, desde India, Prabhakar Pachpute en “Lo que nos queda es el agua azul” (2015) muestra a mineros que se conectan con la tierra en dibujo mural, escultura y animación videográfica; mientras su compatriota Rupali Patil (India) en Uno tiene una visión, el resto tiene una creencia” (2015) concibe muebles humanizados, para apuntar que la escultura, el dibujo y la imaginación pueden liberarnos de un sistema educativo opresivo.

Por otra parte, Michael Rakowitz (EEUU) en “La carne es tuya, los huesos son nuestros” (2015) revela como en los motivos decorativos de los edificios de Chicago se esconden huesos y restos del pasado armenio. Una nueva mirada sobre los elementos de dolor que conforman nuestra cultura; y Hera Büyüktaşçıyan (Turquía) en “Desde la isla del día anterior” (2015) expone una “isla azul” de cuadernos de notas de alumnos que representa la ausencia de los estudiantes de la comunidad griega.

En el INSTITUTO ITALIANO las creadoras Iz Öztat y Fatma Belkis en “Quien lleva el agua” (2015) ponen el foco en las hidroeléctricas del Mar Negro que han terminado destruyendo el ecosistema. En protesta, muchas mujeres se rigen por la luz solar, visten pañuelos teñidos con tintes naturales, y usan recipientes ancestrales.

También hay que decir que esta bienal no se centra sólo en obras de arte contemporáneo, también en la relación entre el arte y la matemática, la física y la literatura.

Esto es lo que ocurre en el MUSEO MODERNO DE ESTAMBUL. Allí pueden verse los dibujos de neuronas del científico español Santiago Ramón y Cajal. Y de entre la gran cantidad de obras que relacionan arte y ciencia, hemos seleccionado: de Marwan Rechmaoui (Líbano) una librería con libros inaccesibles y una ciudad de edificios y de torres que parecen bombardeadas, pero se mantienen firmes. De Sonia Balassanian (Irán) “El silencio de las piedras”: doce piedras traídas de canteras de Armenia son las cabezas que hablan de las grietas de la memoria de los armenios. De Santiago Ramón y Cajal: “Dibujos de neuronas” (1889). De Liu Ding (China) “Actores temporales” (2015): una invitación a pensar sobre el realismo socialista comparándolo con los iconos clásicos occidentales. De Nikita Kadan (Ucrania) “El refugio” (2015): los museos de Historia Natural y sus animales silenciosos sobreviven melancólicos a la destrucción de los museos en Ucrania. De Michelangelo Pistoletto su clásica “Venus de los harapos” (1967). De Ash Çavuşoğlu “Rojo” (2015): la historia del color rojo y su simbolismo. Surgido del carmín de la cochinilla de Ararat, que es un insecto para Turquía, y poesía para los armenios. De Giuseppe Pellizza da Volpedo: “El Cuarto Estado” (1901): un símbolo del siglo XX de la búsqueda de derechos universales. De Grace Schwindt (Alemania): Los pequeños pájaros y el diablo” (2015): una ópera para desmitificar la idealización del mar. Una valoración de nuestra responsabilidad en la modificación de los entornos llevados por las fantasías del capitalismo.

Bienal de Estambul 2015 (Metrópolis)

Un equipo del programa se trasladó hasta Estambul para realizar un programa que recoge lo más destacado de la 14 edición de la Bienal de Estambul que se presenta bajo el título ""AGUA SALADA: Una teoría de las formas del pensamiento", comisariada por Carolyn Christov-Bakargiev.

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Las Islas

Es la primera vez en la historia de la Bienal de Estambul que se usan Las Islas Príncipe. Hay siete localizaciones en las islas, incluyendo una embarcación donde Marcos Lutyens dirige sesiones de hipnosis y Pinar Yolda presenta una instalación sobre el agua. En el barco, en la sede Kaptan Paşa Sea Bus, el artista Pinar Yoldaş (Turquía) en “El corazón del agua de sal” (2015) usa tubos que crean un flujo de fluidos reflejo de las fuerzas psicológicas que gobiernan el mar. Mientras en el interior de la embarcación, Marcos Lutyens (Gran Bretaña) en “Correa de barco neuronal” (2015) piensa una instalación para nuestra mente. Los elementos expuestos evocan sensaciones, que se acompañan con sesiones de hipnosis en el interior del barco.

Ya en la isla, en la MIZZI MANSION, Susan Philipsz (Escocia) en “Elettra” (2015) traza una evocadora instalación multimedia, con grabaciones de balizas submarinas. Y en LA CASA DE TROTSKY, que vivió en las islas Príncipe entre 1929 y 1933; Adrián Villar Rojas (Argentina) en “La más bella de todas las madres” (2015) concibe sorprendentes esculturas; Quimeras en el mar. Lo orgánico y lo inorgánico conviven. Sueños y pesadillas.

Orhan Pamuk

En esta Bienal se ha colaborado con el Nobel de Literatura turco Orhan Pamuk en diferentes áreas. Para empezar, es uno de los participantes de la Bienal, y presenta ocho cuadernos en el Museo de Arte Moderno de Estambul. Cada día podremos ver una nueva página. Así pues, podríamos decir que son “cuadernos vivos”. Y también se incorpora a la bienal EL MUSEO DE LA INOCENCIA de Pamuk, donde se muestra las obras de Arshile Gorky. El museo, situado en el barrio de Beyoğlu (Estambul) se abrió en 2012, cuando el escritor decidió dedicar un museo a su novela “El Museo de la Inocencia” recreando el universo de los personajes. Al mismo tiempo, es un interesante retrato de la ciudad a través de sus objetos.

“Un día leí un libro y toda mi vida cambió” (Orhan Pamuk)