La unidad contra redes de inmigración y falsedades documentales, UCRIF, hace un trabajo en la sombra imprescindible para que muchas mujeres puedan salir del infierno en el que las tienen las mafias y los traficantes de personas. A partir de la denuncia de una mujer se abre una investigación y en muchos casos se desmantela la red. Así se liberan a muchas mujeres y se evita que capten o engañen a otras muchas. Últimamente, me cuentan, se están dando muchos casos de niños que vienen en patera con mujeres africanas que no son sus madres y se está trabajando en un protocolo de actuación con las ongs, la fiscalía y la UCRIF.
La UCRIF trabaja mano a mano y es cómplice de las realidades que llegan a muchas ongs y asociaciones que ayudan a las víctimas de trata. Hacen un trabajo conjunto, por ejemplo con las Adoratrices que os presenté hace unas semanas.
Desde esta unidad no sólo se investiga el mundo de la trata, también se expulsa a delincuentes a sus países de origen si hay convenios que lo permitan, desmantelan talleres ilegales dónde se explota a trabajadores extranjeros o se persiguen los matrimonios de conveniencia que buscan regularizar la situación administrativa con esa excusa, por ejemplo.
Porque la inmigración irregular tiene muchas caras y son muchas las personas que se lucran y buscan hacer necogio con la necesidad de sus congéneres. Son víctimas atrapadas, acorraladas, por sus propios compatriotas en muchas ocasiones que no saben cómo salir de ese círculo vicioso.
