La idea es de Bernardo Ronquillo, un ingeniero y casi psicólogo que un día decidió dejar de hacer robots para la investigación y que los robots fueran útiles a las personas. Y se dio cuenta que los niños con problemas de desarrollo no tenían ningún robot que les ayudara a mejorar sus dotes sociales y comunicativas. Así que se puso manos a la obra con varios prototipos con los que todavía está trabajando. Se trata del robot social IO.
En colaboración los terapeutas, profesores, padres, la asociación de autismo de Sevilla y otros muchos profesionales que conocen bien las necesidades de estos pequeños, Bernardo está mejorando sus prototipos y adaptándolos para que IO se una herramienta útil para padres y profesionales y que los peques puedan interactuar con el robot.
Participamos de una sesión con el robot social IO en un aula de PT con su terapeuta y niños con algún trastorno del desarrollo para ver cómo interactúan y descubren lo que puede hacer su nuevo amigo. Es la semana de los inventos en el colegio Tomás de Ybarra y Bernardo se ha acercado con sus prototipos para presentarlos en sociedad.
