En primera persona   Ahora soy mejor persona 12/01/2016 23:08

Gema es la mujer feliz que siempre quiso ser gracias a sus tres hijos. Es una familia muy especial porque tiene a dos chicos con discapacidad adoptados y hace unos años acogió, dentro del acogimiento profesional y permanente, a una niña también con necesidades especiales. Ella siempre lo tuvo claro y sus hijos han ganado en autonomía y en autoestima desde que están con ella. Su hija llegó en silla de ruedas, sin dar abrazos ni mirar a la cara a quien le hablaba pero ahora es todo amor. Camina, corre y es feliz.

Para esta madre, ellos son la vida pero como mujer también tiene sus espacios de intimidad. Porque "sólo hay que organizarse", reconoce. Cada día aprende con ellos y disfruta de cada minuto en familia. Porque es una familia especial dónde la vida se vive intensamente porque esta mujer a la que le encanta escalar no duda en llevárselos a la montaña o dónde les apetezca porque ella "no siente que sus hijos tengan alguna discapacidad". Al contrario, tienen muchas capacidades y se lo demuestran a diario. Su reto es que el tiempo que estén juntos, sus hijos sean lo más autónomos y felices posibles. Y lo consigue porque además siempre está pendiente de qué actividades son las más adecuadas para ellos pero integrados con el resto de niños y niñas.

La fundación Márgenes y Vínculos recibe las peticiones de las familias de acogimiento y estudia qué niños o niñas podrían tener un hogar y con quien sería mejor. Hay muchos niños y niñas, sobre todo con necesidades especiales, que necesitan el calor de una familia, de un hogar, de una madre o de dos padres porque no hace falta ser un familia estándar para acoger. Porque en los centros se les atiende lo mejor que se puede pero no hay nada ni nadie que pueda sustituir la figura de una madre o de un padre que sea su referente, que le de cariño y le quiera. Y son niños que no eligieron crecer en un centro, merecen ser felices y dar felicidad porque todas las familias de acogimiento coinciden en que se recibe mucho más de lo que se da.

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