Yo soy Peppa Pig.

Este es mi hermano pequeño George. (Gruñe)

Esta es Mamá Pig. (Gruñe)

Y este es Papá Pig.

(Gran gruñido)

"La estrella de la guardería"

Peppa y sus amigos están en la guardería.

Ya está, terminé.

Peppa, me encanta.

¡Pero qué dibujo más bonito has hecho!

Estamos George y yo, mi mamá y mi papá en nuestra casa.

Pero no os veo, ¿dónde estáis?

Solo veo la casa.

Claro, es que estamos todos dentro.

Anda, ya lo entiendo.

Pues por haber hecho un dibujo tan precioso te doy algo.

Toma, una estrella de la guardería.

¡Hala! Muchas gracias, Madame Gazelle.

Es hora de ir a casa

y los papás han venido a recoger a sus hijos.

Mami, papi, mirad, ¡he conseguido una estrella!

Vaya, qué maravilla, Peppa.

Recuerdo que Madame Gazelle me dio una estrella de la guarde

cuando era pequeñita.

Hace mucho tiempo,

cuando Papá Pig y Mamá Pig eran pequeños,

Madame Gazelle era su maestra.

(Gruñe) (Ríe)

Toma, para ti, una estrella de la guarde.

(Ríe)

Qué ilusión, me puse muy contenta.

¿Y te dieron más, tuviste muchas estrellas, mami?

Un montón, sí.

Papi, ¿a ti también te dieron muchas estrellas de la guardería?

Eeeh..., pues es que fue hace tanto que, la verdad, no me acuerdo.

No, por lo que recuerdo no te dieron ninguna, ¿verdad?

¿Nunca te dieron una estrella de la guarde?

¿Nunca, papi?

No, nunca me dieron una estrella en la guardería.

¿Ni siquiera una pequeñita?

No.

En fin, no pasa nada,

como ha dicho Papá Pig, fue hace mucho tiempo.

Tampoco hay que darle tanta importancia.

¿Cómo que no, qué dices?

Que te den estrellas es importantísimo.

¿A que sí, papi?

Eeeh, sí, Peppa.

¿No te da pena

que nunca te dieran una estrella en la guarde, papi?

Pues he hecho otras cosas en la vida de las que me siento orgulloso.

A lo mejor si haces un dibujo bonito,

se lo enseñas a Madame Gazelle y le gusta,

te da una ahora.

Las estrellas de la guarde son para los niños,

no para los adultos.

Ya está, el tejado ha quedado como nuevo.

Gracias, Señor Bull, ha hecho un trabajo estupendo.

Se ha ganado una estrella de la guarde.

Anda, qué bien, muchas gracias.

¿Lo has visto, papi?

Al Señor Bull le han dado una estrella.

Y es mayor. (Suspira)

Es de noche y Peppa y George están en la cama.

¿Sigues estando triste porque nunca te dieron una estrella?

¿Sabes qué, Peppa?

Cuanto más lo pienso más convencido estoy

que me tendrían que haberme dado una estrella.

¿Por qué?

Porque me encantaba hacer todas las tareas

y siempre estaba dibujando en clase.

¿Te acuerdas de cómo era tu mejor dibujo?

¿Te gustaría verlo?

Creo que todavía lo tengo por algún sitio.

Seguro que lo puse en el desván.

¡Ah, mi vieja cartera del cole!

Y aquí está mi dibujo.

¡Hala, menudo dragón! ¡Grrr!

Es muy chulo, papi!

Sí, me encanta cómo me quedó.

¿Y no te dieron una estrella por él?

No. Pues qué pena.

Es la mañana siguiente, Peppa y George van a la guardería.

Mira, mira lo que tengo, Suzzi. (Gruñe)

Eso no vale, Peppa, no es justo, se te da muy bien dibujar.

¿Qué? Pero si no lo he hecho yo, es un dibujo de mi papá.

Ah, si es de un adulto no está tan bien.

Lo dibujó en la guarde, hace mucho, cuando era pequeño.

¡Ah!

¡Peppa, a ver! ¿Has hecho otro dibujo?

No, Madame Gazelle, este dibujo es de mi papá.

¡Oh, sí, sí! Recuerdo que le gustaba mucho dibujar.

Pero nunca le dio una estrella de la guarde.

No puede ser, por este tuve que darle una.

No se la dio, qué va.

Pues ahora mismo lo arreglo.

Papá Pig, te mereces una estrella de la guarde.

Jo, jo, jo, gracias, nunca he estado tan orgulloso.

(Gruñe)

Papá Pig tiene una estrella de la guardería.

(Todos) ¡Hurra! ¡Hurra por Papá Pig!