Antes de adquirir YouTube en 2006, Google había lanzado su propia plataforma de videos para hacerle la competencia, Google Video, que permitía al usuario subir vídeos para verlos y buscarlos en el navegador. Finalmente, pasó a funcionar como un mero buscador de vídeos en la red, y YouTube quedó como el único servicio que permite la subida de vídeos.
Parecía que los entornos digitales nos conducirían a recrear para nosotros, convertidos en avatar, una existencia virtual en mundos imaginarios y alternativos. Pero el Second Life de Google también tuvo una vida breve e intrascendente. Google Lively fue lanzado en julio de 2008 y cerrado en diciembre de ese año. Su propuesta de vida online, con salas de chat para compartir conversaciones, fotos y vídeos con gente interesante, en entornos públicos o con mayor privacidad no tuvo tanto interés, en buena parte porque las opciones de personalización estaban limitadas a un catálogo prediseñado.
Google Health nació como una aplicación de auténtico servicio público, ya que permitía a los usuarios registrar y facilitar el acceso a la información sobre su salud, y de la que a su vez podía recibir información útil. Sin embargo, desde el principio sobrevolaron serias sospechas hacia la privacidad de los datos que contendría y por el interés de Google en albergar una información que no iba a monetizar con publicidad. El hecho es que no cuajó y terminó cerrando el 1 de enero de 2012, tras mantener sus datos un año más antes de eliminarlos.