Enlaces accesibilidad
Europeo de balonmano | España-Alemania

Alemania, Rumanía y Noruega, los retos de la misión imposible de las 'Guerreras'

Por
Alemania, Rumanía y Noruega, los retos de la misión imposible de las 'Guerreras'

Ficha técnica

España: Silvia Navarro (p), Mercedes Castellanos (p); Carmen Martín, Silvia Arderius, Eli Cesáreo, Sara Gil, Paula García, Nerea Pena, Lara González, Soledad López, Alicia Fernández, Ana Isabel Martínez, Almudena Rodríguez, Ainhoa Hernández, Paula Valdivia y Mireya González.

Alemania: Eckerle (p), Roch (p); Berger, Grijseels, Smits, Schmelzer, Behnke, Zschocke, Bolk, Grossmann, Weigel, Geschke, Muller, Schulze y Stolle.

Pabellón: Palacio de Deportes Jean Weille, en Nancy.

Hora: 18.00h.

Con el equipo aun reponiéndose tras el desliz ante Hungría y conscientes de que la clasificación describe lo complicado de ese sueño de las semifinales, el principal reto de la selección española femenina de balonmano ha de ser sumar los maximos puntos posibles. En el horizonte se divisa el objetivo real de esta España en construcción: acercar o facilitar el camino a los Juegos de Tokio.

Nuestro equipo más guerrero afronta el desafío de sobreponerse a lo sucedido y disfrutar del derecho ganado de afrontar tres partidos de la Main Round. Allí aguarda Alemania, rival últimamente muy frecuente para las chicas de Carlos Viver, la Rumanía de dirección española y esa Noruega venida a menos que tras la ronda preliminar parte con los mismos puntos que nuestras Guerreras.

Alemania, una vieja conocida

Tras el fracaso en su Mundial el pasado año, cuando apenas alcanzaron los octavos, el proyecto de Henk Groener parece obligado a pelear por los metales, una circunstancia complicada por la retirada de algunos pilares de Die Mannschaf como la veterana Anna Loerper. Rival de España en la fase de clasificación, reparto de victorias, el campeonato francés ha apuntado la consabida peligrosidad de su primera línea en la que brilla una Emily Bolk que sigue confirmando su maravilloso porvenir.

Potencia de fuego que alimenta el brazo de Alicia Stolle, algo menos atinada de lo esperado tras un buen comienzo ante Noruega, o el de Xenia Smits. Atención en el pivote a la jugadora del TUS Metzingen, Julia Behnke. El último precedente, hace bien poco, en el TIE de Alicante con victoria española 22 a 20.

Europeo de Balonmano femenino: Así es Alemania, por Anna Pi

Rumanía con acento español

Es dificil encontrar en el balonmano un rol tan relevante en su selección como el de la extraordinaria Cristina Neagu en la Rumanía de Ambros Martín. La jugadora del Bucuresti, toda una estrella en su país como bien confirma su muy generoso salario, es una balonmanista fabulosa capaz de condicionar cualquier defensa que pretenda minimizar el daño del descomunal poderío de lanzamiento de la que es ya la máxima goleadora en la historia de esta competición.

Con un gen competitivo tan ilimitado como difícil de llevar, Neagu personaliza el mayor peligro de una escuadra con una primera unidad de mucho nivel pero escasas rotaciones de verdadero potencial. Junto a su estrella, lucen nombres como la central Eliza Buceschi, también con una media de 8 goles por partido, o esa fantastica pivote que es Crina Pintea.

La notable Yuliya Dumanska guarda la red con un talento de brillo presente y certeza de estrellato futuro. En el debe rumano la necesidad de gestionar esfuerzos ante los escasos relevos que insinúan problemas para mantener un rendimiento hasta ahora extraordinario.

Noruega, la reina cede su corona

Tan extraordinario como el rendimiento de Rumania está resultando el desacierto de Noruega. La hasta hace muy poco gran dominadora de este deporte de sliza por primera vez la sensación definitiva de fin de ciclo. Tampoco han ayudado las bajas que arrastran y que han lastrado especialmente su lateral derecho.

Sin Nora Mork ni la alternativa de Amanda Kurtovic, el nivel de Sulland y la todavía muy joven Silje Waade bajan las prestaciones de una primera línea formada en muchos momentos por tres diestras. Escenario en el cual, el maravilloso talento de Stine Oftedal y la inmensa calidad de Veronica Kristiansen padecen por ello de cierta orfandad.

Descartarla resulta precipitado porque su palmares es argumento incontestable pero sus urgencias demandan de una huída hacia delante no siempre efectiva.