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Tenis | Masters de Roma

Nadal 'octavo' de Roma

  • El balear ha vencido la final del Fóro Itálico a Sascha Zverev (6-1, 1-6 y 6-3)
  • La lluvia se alió con Nadal cuando peor estaba para aplazar el partido
  • El alemán perdió a iniciativa tras el parón y el español remontó la final
  • Rafa Nadal recuperará este lunes el número uno del mundo
  • Datos y estadísticas del Rafa Nadal - Sasha Zverev

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Rafa Nadal muerde por octava vez el trofeo de Roma.
Rafa Nadal muerde por octava vez el trofeo de Roma.

Rafa Nadal ha conquistado su octavo Masters 1000 de Roma tras vencer en la gran final del Foro Itálico a Sascha Zverev (6-1, 1-6 y 6-3). El alemán llegó a tener contra las cuerdas al español, 3-1 en la manga definitiva, pero la lluvia apareció y provocó un parón de unos 45 minutos que cambiaría el rumbo de la final.

Esta victoria le devuelve el 'número uno' del mundo al balear, que regresará al trono de la ATP a partir de este lunes y le arrebata el honor a su eterno rival, el suizo Roger Federer. Además, también despoja a Zverev del trono romano. Nadal ha disputado diez finales en la tierra batida de Roma y solo ha perdido dos, ambas ante Djokovic, una en 2001 y 2014.

La contienda empezó con un Nadal algo nervioso que perdió su saque a las primeras de cambio, lo que hizo esbozar una sonrisa a Zverev, que no podía comenzar mejor en el Foro Itálico de Roma. Además, el alemán llegaba como flamante campeón de Madrid.

Pero solo fue un espejismo. El español y número dos del mundo pisó fuerte en la arcilla romana y empezó a mover al alemán a su gusto por la pista para cerrar un primer set brillante, en el que sumó seis juegos seguidos, sin dejar que Zverev llegase a sumar un suelo juego con su saque, 6-1.

El gran pecado del alemán fue el no saber adelantarse en pista y, sobre todo, falló muchos primeros, echando por tierra una de sus grandes armas, un saque potentísimo que le ha hecho sumar una media de más de 210 Km/h durante el torneo italiano.

Y si la final podía parecer un paseo para el 'rey' de la tierra batida en la última década, nada hubo más lejos de la realidad. El segundo set comenzó con un Zverev transformado y que tomó nota de sus errores, que le llevó a sumar un parcial de 5-0.

Zverev resurge a base de dejadas

El número tres del mundo empezó sirviendo y por fin sumó el primer juego de la final con su saque en el inicio de la segunda manga. El porcentaje de errores no forzados del alemán cayó en picado y sus primeros servicios comenzaron a entrar.

En poco más de 20 minutos, Zverev le dio la vuelta a la tortilla y le endosó cinco juegos seguidos a Nadal, llevando el marcador al borde del 'rosco', algo poco habitual de ver ante el mejor jugador de arcilla de los últimos tiempos.

El tenista español logró salvar su saque en el tercer intento y, al menos, evitó el 'donuts' del alemán, que cerró el set con un revés muy potente y que hizo mucho daño a Nadal. El alemán forzó las tablas en la final y se puso de cara un partido que tenía muy mal, 6-1.

Zverev forjó su resurgir con las dejadas, que hicieron muchísimo daño al rival, además, logró sentirse cómodo en la red, algo a lo que no está acostumbrado, y dominó el fondo de la pista con su revés cruzado, su mejor virtud.

Rafa Nadal solo se había dejado un set en cuartos de final ante Fabio Fognini (4-6, 6-1 y 6-2). Antes no se despeinó ni ante Damir Dzumhur (6-1 y 6-0) ni frente a Denis Shapovalov (6-4 y 6-1). En las semis del sábado recordó sus duelos míticos ante Djokovic, aunque venció por la vía rápida (7-6 y 6-3).

La lluvia ayuda a Nadal

Nadal comenzó sirviendo en el tercer y definitivo set de la final, pero siguió sin estar cómodo, llegando tarde a las bolas propuestas por el número tres del mundo y defensor del título en el Foro Itálico. Zverev aprovechó la tercera bola de rotura de la que dispuso para continuar con la dinámica ganadora de la segunda manga y que confirmó con su servicio, 2-0.

El balear empezaba a ver cada vez más lejos su octavo trofeo en Roma, pero la lluvia empezó a caer sobre la arcilla y el partido se paró durante 15 minutos cuando servía para el 2-3. Tras la breve pausa, Nadal acortó distancias para meterse de nuevo en el partido, que se suspendió definitivamente cuando se iba a disponer a servir Zverev.

El juez de silla no dejó servir al alemán por la intensa lluvia que empezó a caer sobre la arcilla romana y que se iba a convertir en aliada improvisada de Nadal. Los 45 miuntos de parón sirvieron para que el español analizara la manera de parar a su rival y evitar que revalidara el título.

La final regresó con un Zverev muy dubitativo que perdió su servicio ante la intensidad recuperada por el que será nuevo número uno del mundo, que refrendaría la rotura con su saque hasta cerrar el aprtido con un parcial de 5-0. El balear solo desaprovechó un 'match point' y refrendó su octava corona con un exquisito respeto hacia su rival.