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Jornada 20 | Atlético 1-1 Girona

Un rácano Atlético se despide de la Liga tras empatar con el Girona

  • Los rojiblancos dicen prácticamente adiós a la Liga con un nuevo tropiezo (1-1)
  • Griezmann adelantó a los locales y Portu ejecutó el empate definitivo
  • Datos y estadísticas del Atlético 1-1 Girona

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Los jugadores del Girona celebran el gol marcado por Portu ante el Atlético de Madrid.
Los jugadores del Girona celebran el gol marcado por Portu ante el Atlético de Madrid.

Ficha técnica:

1 - Atlético de Madird: Oblak; Vrsaljko (Vitolo, m. 80), Savic, Giménez, Lucas; Correa, Saúl, Thomas, Carrasco; Griezmann (Koke, m. 69) y Diego Costa (Gameiro, m. 60).

1 - Girona: Bono (Gorka Iraizoz, m. 46); Aday Benítez, Juanpe, Bernardo Espinosa, Jonás Ramalho, Johan Mojica; Pere Pons, Àlex Granell (Timor, m. 84), Borja García, Portu; y Olunga.

Goles: 1-0, m. 34: Griezmann culmina un pase de cabeza de Diego Costa. 1-1, m. 75: Portu remacha un cabezazo de Bernardo.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Comité Vasco). Amonestó a los locales Thomas (m. 45), Vrsaljko (m. 65), Giménez (m. 81) y Oblak (m. 90) y a los visitantes Juanpe (m. 30), Aday Benítez (m. 37) y Bernardo (m. 81).

El Atlético de Madrid ha jugado con fuego y se ha terminado quemando. Los de Simeone, al igual que en otros partidos esta campaña, no fueron a sentenciar el encuentro cuando iban ganando y han terminado empatado 1-1 con el Girona, por lo que prácticamente dicen adiós a sus opciones de ganar la liga. [Datos y estadísticas del Atlético 1-1 Girona

Los rojiblancos, sin hacer un buen juego, se adelantaron en la primera mitad, gracias a un tanto de Antoine Griezmann. Ya en la segunda, se dedicaron a especular con el resultado y solo cuando Portu anotó el 1-1, se lanzaron a la desesperada a buscar la victoria.

Una carrera contra el crono que afrontaban además sin Griezmann ni Costa, ambos en el banquillo, ya que Simeone decidió darles descanso pensando en el trascendental partido de Copa ante el Sevilla, el martes.

Al final, por pensar en el duelo copero, los rojiblancos pueden haberse despedido también de la Liga ya que, con 43 puntos, están a ocho del Barcelona, que todavía tiene que jugar su partido ante el Betis.

Partido aburrido en el Wanda

El encuentro comenzó con un sentido homenaje de la afición a Panadero Díaz, ex jugador rojiblanco fallecido el martes. La grada del Wanda Metropolitano alzó las banderas al aire y guardó un respetuoso minuto de silencio, después de que el minuto de silencio oficial, el miércoles en el partido de Copa, apenas durase 15 segundos.

En lo puramente futbolístico hubo poco que contar. Simeone alienó un once poco habitual, con Giménez, Savic y Lucas como tripleta de centrales. Vrsaljko y Carrasco, por las bandas y Saúl y Thomas en la medular, organizando el juego. Arriba, el Cholo sacó a su tridente integrado por Correa, Griezmann y Diego Costa.

Sin embargo, el juego fue muy trabado en todo el primer tiempo y apenas hubo ocasiones de gol. El primer acercamiento lo protagonizó Correa, en el 8, y terminó reclamando penalti por derribo de Bernardo.

Después, hubo que esperar 15 minutos más para ver otra internada peligrosa. Un buen contrataque del Atlético, iniciado por Thomas, y en el que Griezmann asisitó a Correa pero el meta Bono ganó el mano a mano al argentino y desvió el balón a córner.

Y tras otros 10 minutos de aburrimiento, llegó el tanto del Atlético.  Un golazo de Griezmann, de volea, que supuso el 1-0, en el 34. Thomas inició la jugada con un gran pase picado para que Costa, de cabeza, bajara el balón y diera la asistencia al ‘Principito’.

El tanto tampoco animó un partido frio, en el que la mayor parte del juego se desarrolló en el centro del campo. Así, lo único reseñable que ocurrió hasta el descanso fue la amarilla que vio Aday, y que al ser quinta tarjeta acumula suspensión y la lesión del meta Bono,  que fue sustituido por Iraizoz tras el paso por vestuario.

Antes del pitido, el Girona dispuso de su única ocasión en este tiempo. Tras un saque de falta, Portu enganchó el balón mordido y Oblak detuvo sin mayor complicación.

Portu empató el choque

Tras el paso por la caseta, se vio a Diego Costa hablando con el ‘Profe’ Ortega y el hispano-brasileño se convirtió en el primer cambio de los de Simeone, cuando corría el minuto 60. Costa se retiró con molestias y Gameiro ocupó su lugar.

Pero el partido seguía sin tener dueño pese a que el Atlético debía ir a sentenciarlo. Cierto es que dispuso de una buena ocasión para hacer el 2-0 pero Iraizoz ganó el mano a mano con Carrasco, tras un gran pase filtrado de Saúl.

Entonces Simeone se conformó con el 1-0 y decidió reservar a Griezmann para el partido de Copa ante el Sevilla. En su lugar entró Koke y, cuando los rojiblancos estaban sin sus dos referentes ofensivos, el partido se les complicó, con el gol de Portu (min. 72)

Aday había avisado justo antes con un lanzamiento de falta que despejó Oblak. Pero los de Machín no desaprovecharon su oportunidad y, justo después, Portu recogió un balón dividido en el área y puso el 1-1 en el marcador.

El ‘Cholo’ metió a Vitolo en lugar de Vrsaljko pero los nervios y las ansias ya se habían apoderado de los rojiblancos que veían como, por pensar en Copa, entregaban la liga.

En los instantes finales, el Atlético reclamó dos penaltis casi consecutivos. Uno sobre Lucas que no fue, y otro sobre Vitolo, más dudoso, ya que hubo contacto de Bernardo.

También desaprovechó dos buenas ocasiones: una de Giménez que se marchó por poco y otra de Thomas a la que no llegó Gameiro. Instantes finales intensos pero que no sirvieron para nada. Y es que el Cholo volvió a tropezar en la misma piedra de otros encuentros. Conformarse con un rácano 1-0 e intantar, a la desesperada, lograr una victoria cuando el rival le empata en casa.

Una falta de ambición con la que pueden haber dicho adiós completamente a la Liga.

Así, los rojiblancos se quedan con 43, puntos mientras que el Griona, suma 27.

Quizá estaba tan presente el encuentro decisivo del martes en la Copa del Rey ante el Sevilla, el hecho de dosificar esfuerzos en futbolistas determinantes, el sentir que la victoria, y era así por sensaciones y mínimas ocasiones rivales, estaba encarrilada que el Atlético se olvidó unos instantes de la Liga. Y lo pagó: 1-1.

La volea de Griezmann en el primer minuto, atajada por Bono sin aparentes dificultades, una ocasión tan rápida, fue la excepción que confirmó un primer tiempo complejo, encallado en la táctica, muy medida siempre y trabajada por el Girona, dentro de su estructura de cinco defensas, el sustento de un equipo que se mueve como bloque.

No exigió ninguna parada de Jan Oblak hasta el borde del descanso, ya con 1-0, pero contuvo mucho rato al Atlético con el 0-0 con sobriedad. Ni cuando la posesión era suya, con una circulación sin riesgos, ni cuando era del equipo rojiblanco, atrapado en una 'telaraña' de rivales por momentos, sin hallar una fisura y muchas veces con el pase atrás como única solución para rearmar el ataque.

Mientras el argentino Diego Simeone gesticulaba, se desesperaba, se desgañitaba o pedía el balón con celeridad al recogepelotas para ponerla de nuevo en juego, reclamando toda la velocidad y la verticalidad que él quería y que su conjunto no tenía, sobre todo a partir del robo de pelota, el duelo discurría por todo lo contrario.

También su equipo, que necesitaba más movimiento, más rapidez, más precisión, con y sin balón; cualidades indispensables todas ellas para romper un partido y a un adversario hasta entonces sin un solo susto, hasta que el Atlético concentró todas esas destrezas en una acción, desde el medio hacia adelante para desmontar tácticas.

No terminó en gol esa jugada, un pase de Thomas, que habilitó a Griezmann para correr y conducir frente a la defensa y que terminó con un tiro picado de Correa repelido por Bono, pero seguramente era el camino, por la verticalidad en el pensamiento y en la ejecución, la misma que pedía antes Simeone y que adelantó después al Atlético.

Era ya el minuto 34 cuando Thomas encontró de inmediato la opción de pase, por encima de la zaga, que ya le había dibujado el marcaje perfecto de Diego Costa a la espalda de la defensa. Mientras el hispano-brasileño esperaba el balón ante la salida de Bono, ya le acompañaba Griezmann para remachar el regalo con la cabeza de Costa.

Si el primer gol de cada partido siempre tiene un valor altísimo, este sábado era enorme, porque el encuentro, hasta entonces, no había ofrecido ni apenas ocasiones del Atlético ni concesiones atrás del rocoso Girona, obligado desde entonces a otra cosas. Por detrás en el marcador, ya no valía sólo con defender. O atacaba o perdía.

Lo hizo al borde el intermedio, con una volea fallida de Portu, que enganchó el balón a medias: dirección a la portería de Jan Oblak, al que le requirió una estirada, pero sin apenas potencia; la primera oportunidad del equipo catalán, que encaró el segundo tiempo sin Bono, lesionado en la portería y sustituido por Gorka Iraizoz.

No logró discutir entonces el Girona, mucho mejor en defensa que en ataque, la victoria del Atlético, que, ya sin el estrés del 0-0, se sintió más seguro, porque el triunfo parecía suyo, porque la responsabilidad ya no era suya y porque no había ningún sobresalto atrás mientras aguardaba el partido decisivo del martes en Sevilla.

Quizá por eso, por una cuestión de desgaste del duelo del pasado miércoles, el de este sábado y del que le espera el martes que viene, Simeone sustituyó a Diego Costa justo a la hora de partido. Antes, en la alineación inicial, ya había rotado a Gabi y Koke, ambos titulares el pasado miércoles y el próximo martes en Copa.

Diez minutos más tarde reemplazó a Griezmann para el duelo en el Sánchez Pizjuán, mientras el partido mantenía un arriesgado 1-0, Yannick Carrasco apuntó al 2-0 hasta que se cruzó Gorka Iraizoz; Álex Granell obligó a intervenir a Jan Oblak... Y empató el Girona, mucho más listo y atento que el Atlético en el área contraria.

Un despeje altísimo y al medio de Koke lo cazó con la cabeza Bernardo y lo aprovechó Portu para colarse entre todos y adelantarse al portero esloveno; un empate imprevisto y un golpe tremendo a 15 minutos del final para el Atlético, que conectó un cabezazo, que pidió tres penaltis y que, salvo sorpresa, ya ha entregado la Liga.