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Río 2016

Un campeón del mundo autodidacta

  • Julius Yego aprendió a lanzar jabalina mediante los vídeos de YouTube
  • Se colgó el oro en 'All-Africa Games' y recibió instrucciones en Finlandia
  • Llega a Río de Janeiro tras lanzar a los 92.72 metros en el mundial de Pekín

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Julius Yego, un campeón del mundo autodidacta
El lanzador de jabalina Julius Yego aprendió las técnicas de este deporte mediante vídeos de Youtube. Al ganar el oro en el 'All-Africa Games' la IAAF le propuso ir a Finlandia para recibir instrucciones y mejorar. El pasado año se proclamó campeón del mundo en Pekín con una marca de 92.72.

Sus marcas:Sus marcas:

2009: 74.00

2010: 75.44

2011: 78.34

2012: 81.81

2013: 85.40

2014: 84.72

2015: 92.72

Kenia. El pueblo Cheptonon del distrito Nandi. Julius Yego regresa a su pueblo natal para volver a la realidad, para volver a su origen. De la capital Nairobi, donde entrena sin entrenador y con las instrucciones que recibió en Finlandia, hasta Cheptonon, donde no hay coches ni electricidad. “Aquí es donde empezó todo. Para algunos será difícil de creer pero sí, aquí comenzó. Cree en ti mismo y te convertirás en campeón”.

Mientras a la mayoría le apasionaba correr, había un niño que se divertía lanzando piedras y palos. Así descubrió el deporte al que se dedicaría en un futuro Julius Yego.

El no tener ningún referente en el lanzamiento de jabalinas podría ser un inconveniente. O también la negativa de los padres por practicar ese deporte y no estudiar. No, sin embargo, para ese joven, que descubrió mediante YouTube las técnicas de los mejores lanzadores. Métodos de entrenamiento, técnicas para lanzar, la potencia, estiramientos adecuados, la mirada… Quiso aprender cada detalle de los mejores para luego convertirse él el mejor. “Cuando no tienes las facilidades, intentas ponerte a prueba con lo que tienes”.

Lo consiguió. En 2011 se colgó la medalla de oro en los ‘All-Africa Games’ –primer keniano en lograrlo en esa disciplina-, batiendo un récord nacional con 78,34 metros. Entonces fue cuando percibió el interés de la IAAF (Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo). Le propusieron ir a Finlandia para recibir las instrucciones de los técnicos europeos. Aceptó, pasó unos tres meses a las órdenes de Petteri Piironen y ahora, a sus 27 años, sin entrenador y conservando los métodos del finlandés, se ha convertido en uno de los mejores lanzadores de jabalina.

Pasión y exigencia

En 2008 la marca personal de Yego era de 72 metros. En el Mundial de atletismo disputado en Pekín el pasado año, el keniano llegó hasta los 92.72 metros. Entró entre los diez mejores lanzamientos de la historia y consiguió la primera medalla de oro de Kenia en las pruebas de campo.

Casi alcanzó al que fue su profesor indirectamente, el checo Jan Železný (98.48). El keniano miraba y memorizaba cada movimiento mediante la pantalla del ordenador de un cibercafé. En 2004 ya era profesional, pero a los cuatro años difícilmente pasaba de los 72. Algo tenía que cambiar y es por ello que encendió el ordenador.

Admiraba a Tero Pitkämäki y Andreas Thorkildsen, los mejores de la época y que superaban constantemente los 90 metros. La cabezonería de Yego fue tal que, ya con las técnicas de los mejores entrenadores de Europa, se puso a prueba a sí mismo. Si en el 2012 ya superó los 80 metros, en tres años progresó adecuadamente hasta llegar a convertirse en el mejor del mundo.

“Considero que (los resultados) se debe a los exigentes entrenamientos que he tenido”, afirmó a la web de la IAAF tras colgarse la medalla de oro en el mundial de Pekín. Conserva como paño en oro los métodos que le enseñó Piironen. Finlandia marcó un antes y un después en la vida de este keniano y junto con ello, su propia pasión y la auto-exigencia le han hecho campeón.

Quién lo diría que aquel niño que lanzaba piedras y palos, primero cerca de su casa –cortando ramas de los árboles- y luego en el campo de la policía donde él trabajaba, iba a convertirse en el campeón del mundo del lanzamiento de jabalina. Ese niño que en su primer contacto con la jabalina, hace doce años, consiguió una marca de 47 metros.

Primero pasó a la historia por ser el único atleta de Kenia que no participaba en una prueba de velocidad y luego, por subirse a lo más alto del podio en Pekín.

Ahora solo le falta una cosa. Colgarse la medalla olímpica en Río de Janeiro. Julius Yego será uno de los 50 deportistas keniatas que viajarán a la ciudad carioca. Los focos están ya sobre él por llegar con el apellido de “Campeón del Mundo” y, sobre todo, por ser autodidacta. Río 2016 acogerá a ‘Mr YouTube Man’ en su mejor momento.