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Fútbol | Liga

El Barça no se desinfla y el Atlético pierde fuelle

  • El conjunto que dirige Luis Enrique hace pleno de victorias sin encajar un gol
  • El Sevilla y el Granada se perfilan como equipos revelación en el inicio
  • El Madrid ofrece síntomas de recuperación mientras el Atleti se atasca

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Cuarta jornada de Liga
Cuarta jornada de Liga

La cuarta jornada de Liga va perfilando la condición de los favoritos y nos deja un líder, el FC Barcelona, que amenaza al resto con volver a ser el de no hace mucho. A su estela se sitúa un Sevilla con mucho oficio, al que se le puede sumar el Valencia si triunfa en su visita a Getafe.

Pero mientras se decide el reparto de puntos en la noche de este lunes, el Granada disfruta por unas horas de su inédita cuarta posición. Con ocho puntos iguala desde puestos de Champions al actual campeón, el Atlético de Madrid.

El Barça no tuvo piedad del colista, el Levante, y le endosó cinco goles. Entre las notas destacadas están también la capacidad defensiva que está mostrando el conjunto de Luis Enrique, puesto que lleva cero goles encajados.

Precisamente la defensa ha sido la que más ha dado que hablar durante este verano, poniendo en entredicho la capacidad de Andoni Zubizarreta como director deportivo. El exguardameta respira tranquilo este inicio de temporada, ayudado por los números de 'Lucho'.

El asturiano, un triatleta, un 'ironman', ha impregnado al equipo de ese carácter y le ha dotado de un estilo propio que, no obstante, hace soñar a la afición culé con logros de anteayer.

Luis Enrique está sabiendo dar forma a un 'puzzle' con varias piezas nuevas. El central Mathieu, Ivan Rakitic o el canterano Munir, entre otros, se conjuntan con el resto como si llevaran un lustro.

Sevilla y Granada, oficio andaluz

Por detrás, el Sevilla de Unai Emery y el SevillaGranada ofrecen sensaciones parejas con tan solo dos puntos de distancia entre ambos. Segundo y cuarto de la tabla se muestran como dos conjuntos con oficio, muy del estilo de sus respectivos técnicos.

Unai Emery y Joaquín Caparrós tienen en su ya dilatado currículum la merecida fama de saber sacar el mayor rendimiento posible a sus jugadores. Este fin de semana han celebrado sendas victorias a domicilio, destacando la del segundo ante uno de sus exequipos, el Athletic de Bilbao (0-1).

Entre medias de los dos, un Atlético de Madrid que no termina de parecerse al campeón versátil de la temporada anterior. Un equipo que parece condenado cada año a reinventarse por la pérdida de piezas clave, ha tenido en este tiempo a su entrenador, Diego Pablo Simeone, como nexo de unión de todo el entorno rojiblanco, desde el vestuario a la afición.

Sin embargo, todos parecen haber sufrido las consecuencias de la sanción que le fue impuesta por la 'colleja' a un cuarto árbitro durante la Supercopa de España.

La decisión, tomada desde las alturas del palco, de cambiar a Griezmann por Raúl García en el empate ante el Celta (2-2) le valió escuchar los primeros pitos desde que está en el banquillo colchonero.

Independientemente de los argumentos técnicos que detalló en rueda de prensa, el 'Cholo' parecía querer salvar de una pitada aún mayor al mexicano Raúl Jiménez, que no parece adaptarse.

El Madrid y James respiran

El que sí se va adaptando al ritmo de la Liga es el Real Madrid. A las dudas de medio campo para atrás han respondido los de medio campo para adelante como mejor saben: goles.

El 2-8 al Deportivo ha devuelto las esperanzas al madridismo, aunque no oculta que nuevamente le toca remontar desde atrás después de una mala salida. Tampoco es un secreto que Ancelotti se vio obligado a buscar una solución táctica a las bajas de Xabi Alonso y Di María, justo cuando acabó la temporada con un equipo que funcionaba mejor como bloque.

La rápida adaptación de Kroos, el que más ha brillado desde la pretemporada, ha contribuido a la mejoría. Pero también se va mostrando más integrado el colombiano James Rodríguez, cuyo esfuerzo y derroche físico se ha visto recompensado con goles, uno en Champions y otro de bandera en Riazor. Le toca confirmarse ante su afición en el Bernabéu.