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Brasil 2014 | Río de Janeiro

Río de Janeiro, fútbol por los cuatro costados

  • La 'Cidade maravilhosa', corazón futbolístico del Mundial 2014 y sede de la final
  • La 'canarinha' inició su historia en la sede del Fluminense, primer club de Río
  • Flamengo, Botafogo y Vasco de Gama, los otros tres 'grandes' cariocas

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El enclave donde está situada la sede del Fluminense, como casi todo en Río, es espectacular.
El enclave donde está situada la sede del Fluminense, como casi todo en Río, es espectacular.

El fútbol llegó a Brasil en la mochila de un inglés, Charles Miller. Ciento veinte años después, el país palpita al ritmo del Mundial 2014 y los campos de fútbol brotan por los lugares más insospechados. En Río de Janeiro, ciudad que respira fútbol por los cuatro costados, se sitúa el corazón del campeonato y será la sede de la gran final entre Argentina y Alemania.

El barrio de Copacabana es el epicentro de los miles de aficionados que visitan el país para disfrutar de la Copa del Mundo. Pasear por la playa es hacerlo por el Mundial, con una mezcla armoniosa de seguidores de todo el planeta. Ellos han elegido Río, una ciudad que supura fútbol, que tiene a Maracaná como el segundo punto más visitado de la ciudad tras el Corcovado y que asienta su historia futbolística sobre cuatro pilares legendarios: Flamengo, Fluminense, Vasco de Gama y Botafogo.

Si Charles Miller se presentó en 1894 con un balón en el puerto de Santos, Oscar Cox, un brasileño de origen británico, hacía lo propio en Río tras terminar sus estudios en Europa. En 1902, Cox fundaría el primer club de fútbol de la ciudad, el Fluminense Football Club.

A sus 22 años, Cox acababa de inocular en Río un 'virus' que se extendería con tremenda virulencia por todo el país. Su primera idea fue enfrentar a un equipo de Río contra otro de Sao Paulo, creando una rivalidad que todavía perdura entre los dos grandes núcleos futbolísticos del país. La segunda, fundar el Fluminense en el actual barrio de Laranjeiras.

Laranjeiras, punto de partida de la 'canarinha'

En su estadio, además, tuvo lugar el primer partido de la selección de Brasil. La pentacampeona inició su histórica andadura en un pequeño recinto de aire clásico enclavado entre montañas. La sala de trofeos del club guarda con cariño el balón con el que se disputó aquel partido, uno más de los tesoros de un club que volvió a ser grande el año pasado con la consecución del Brasileirao, con el internacional Fred en sus filas.

De las propias entrañas del Fluminense nació su gran rival, el Flamengo. Un grupo de 'disidentes' decidió hacer la guerra por su cuenta en 1912 e integrarse en lo que entonces, y hoy es, el Club de Regatas Flamengo. Y es que, por aquel entonces, el deporte acuático ganaba por goleada en afición y practicantes al fútbol, que se abria paso a toda velocidad por la facilidad de su juego.

Ahora, el Flamengo es conocido en el mundo entero por el deporte de la pelota. El autoproclamado 'club más querido del mundo', según el letrero que te recibe en la sede del equipo en Río de Janeiro, es el equipo con más seguidores de Brasil, por delante del Corinthians paulista. Su camiseta de rayas rojas y negras horizontales la hizo grande Zico, el 'Pelé blanco', con el que conquistaron la Copa Libertadores en 1981.

Un deporte para ricos y pobres

La rivalidad entre ambos clubes es feroz y Maracaná retumba cada año en el bautizado por Mário Filho como el 'Clásico de las multitudes'. Los tricolores', como llaman al Fluminense por el verde, blanco y granate de su rayada camiseta, representan históricamente a la clase acomodada, mientras que con el 'Fla' se alinean las clases más populares.

Tradicionalmente vinculado a las clases más altas de Río, el Fluminense, como otros grandes equipos brasileños, tardó en permitir la entrada en el equipo de jugadores negros. De hecho, uno de sus apodos proviene del primer mulato de su historia, Carlos Alberto, que utilizaba polvos de arroz para blanquear su cara. El sudor, sin embargo, lo acababa diluyendo y la afición gritaba aquello de "Po de arroz" que todavía hoy sigue utilizándose para referirse al Fluminense.

Botafogo y Vasco de Gama, de Garrincha a Romario

Pero 'Flu' y 'Fla' no son los únicos grandes equipos de la ciudad. Río tiene cuatro pulmones futbolísticos y a los más conocidos se les añaden Botafogo y Vasco de Gama, ambos nacidos también del seno de dos clubes de regatas. El primero, equipo del barrio del mismo nombre, presume de haber tenido en sus filas a uno de los más grandes jugadores que ha dado Brasil: Garrincha.

El equipo blanquinegro disputa sus partidos, además de Maracaná, en el estadio olímpico Joao Havelange y pasa por ser el equipo de la selección, al haber aportado al mayor número de jugadores a la 'canarinha' a lo largo de la historia. El 'Glorioso' fue la referencia a finales de los cuarenta, con un equipo inolvidable en el que se juntaron Jairzinho, Didi, Nilton Santos, Amarildo o Garrincha.

El Vasco de Gama, por su parte, nació de la población de emigrantes portugueses que vivía en la ciudad. Cuenta con un palmarés envidiable en el que se alinean una Copa Libertadores y cuatro campeonatos nacionales. Su camiseta la vistieron ídolos como Roberto Dinamita, Juninho Pernambucano o Romario, que después jugaría también en Flamengo y Fluminense.

Su estadio, el Sao Januario, situado al noroeste de la ciudad, cuadra los cuatro puntos que unen el corazón futbolístico de Río de Janeiro, una ciudad pegada a una pelota que vive con el Mundial su gran momento de esplendor balompédico y por la que, estos días, es difícil cruzarse con alguien sin una camiseta relacionada con el fútbol.