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Getafe 0 - Espanyol 0 | Jornada 26 de Liga

Getafe y Espanyol igualan en insatisfacción

  • Empate sin goles en el Coliseum Alfonso Pérez de la localidad madrileña

Datos y estadísticas del Getafe 0 - Espanyol 0 de Liga en RTVE.es

Por
GETAFE ESPANYOL
El delantero colombiano del Espanyol John Córdoba (i) pelea un balón con el defensa del Getafe Alexis Ruano.

Ficha técnica:

0.- Getafe: Moyá (Codina. min. 59); Valera, Alexis, Rafa, Roberto Lago; Borja (Adrián, min. 72), Juan Rodríguez; Pedro León, Lafita, Diego Castro (Sammir, min. 64); y Ciprian

0.- Espanyol: Casilla; Javier López, Sidnei, Colotto, Fuentes; Torje (Pizzi, min. 68), David López, Víctor Sánchez, Simao; Córdoba (Álex Fernández, min. 56) y Sergio García.

Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Mostró cartulina amarilla a Colotto (min. 18), Sergio García (min. 37) y Córdoba (min. 38) por parte del Espanyol y a Alexis (min. 35), Lafita (min. 42) y Moyá (min. 58) por parte del Getafe.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo sexta jornada de la Liga BBVA disputado en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe ante cerca de 9.000 espectadores.

El Getafe y el Espanyol empatan a cero en un partido insulso, con poco fútbol, y que no deja satisfechos a ninguno de los dos equipos en sus respectivas aspiraciones. [Datos y estadísticas del Getafe 0 - Espanyol 0 de Liga en RTVE.es]

Un poco más contento el Espanyol, que suma un punto bueno para sus aspiraciones europeas, pero en el Getafe no sirve para subir la moral ante la lucha por evitar el descenso que se les avecina.

Por Getafe se corrió a lo loco y en el Coliseum se están acostumbrando. Hace mucho, mucho tiempo, que ese estadio no disfruta de un gran partido de su equipo. Antes del pitido inicial, encadenaba diez partidos seguidos sin ganar. Sumó uno más, once.

Una cifra excesiva para un club que hace no mucho soñaba con jugar en Europa. Pero la realidad era otra y ésta encendió las luces de alarma: desde el 29 de noviembre el Getafe no ganaba, cuando derrotó 1-0 al Levante. Algo más de tres meses sin sumar tres puntos de una tacada. Mucho tiempo y bastante sopor en diciembre, enero y febrero. Un 2014 nefasto.

En Getafe no hay espectáculo del bueno, el que hay cada dos fines de semana es el regular, en el que viven inmersos en el Coliseum, que, por cierto, no presentó una buena entrada. Ni siquiera con la oferta del club: por veinte euros, cada abonado podía conseguir dos entradas.

Pero el tema del público y la entidad del sur de Madrid es otro. El importante es el fútbol, y en el Getafe-Espanyol la primera parte fue tediosa. Por un lado, estaba el cuadro local, con ganas de tocar la pelota y llegar a la portería de Kiko Casilla por medio del buen juego. Eso sí, sin éxito. Por otro, el Espanyol, jugó sin intermediarios. Pelotazos al colombiano Jhon Córdoba y a Sergio García, a ver si caía algo.

Lo que cayeron fueron 45 minutos plomizos resumidos en cinco tarjetas amarillas, dos disparos desde lejos de Ángel Lafita que paró sin problemas Kiko Casilla y más de lo mismo en el otro lado: un zurdazo de Sergio García que detuvo Miguel Ángel Moyá. Eso fue todo.

Aguirre controla el partido

El segundo acto mejoró un poco. El Getafe, acuciado por la necesidad, intentó estirar sus líneas. Sacó al terreno de juego al croata Jorge Sammir, que debutaba en la competición y tenía la misión de compartir su creatividad con sus compañeros. Luis García también dio minutos a Adrián Colunga, para dar más mordiente al pobre ataque azulón.

Mientras, el técnico mexicano Javier Aguirre, desde la grada (fue sancionado la pasada jornada), apostó por el control. Quitó del campo a Córdoba y sacó a Álex Fernández, que dio más posesión al bloque 'periquito'.

Todo eso no fue suficiente para mejorar el espectáculo. Pero una cosa estaba clara: en un partido sin casi ocasiones, el que marcara primero iba a ganar. Lo pudo hacer Sergio García, con un disparo desde fuera del área que en el minuto 78 salió lamiendo el poste derecho de la portería que defendió por accidente casi toda la segunda parte Jordi Codina (sustituyó a Moyá, que se marchó lesionado).

Y eso fue todo. Las intenciones fueron buenas, pero nadie marcó. Todo acabó como empezó, con bostezo.