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Fútbol | Clásico Madrid - Barcelona 2011

La recuperación anímica del Madrid pasa por Ponferrada y Sevilla

  • Los blancos deben demostrar que la derrota ante el Barça es solo un tropiezo
  • Sus próximos rivales son la Ponferradina, en Copa, y el Sevilla, en Liga
  • El Barça ya está en Japón para pelear por sus segundo título de la temporada
  • Las claves del Real Madrid 1-3 Barcelona

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El Real Madrid - Barça, al detalle

'De lo que pudo ser y no fue' podría ser un buen título para la película madridista del clásico. El primer Real Madrid-Barcelona de la presente Liga, séptimo del 2011, se presentaba como una ocasión única para que el Real Madrid asestase una dentellada casi decisiva a la Liga, pero el resultado fue totalmente contrario y el Barça se ha marchado a Japón en lo alto de la tabla y traspasando la presión a su rival. [Las claves del Real Madrid 1-3 Barcelona

Llegaban ambos equipos con los papeles cambiados, pero el protagonista se convirtió en secundario y el secundario volvió a erigirse en protagonista. Los altos vuelos del equipo de Mourinho, con quince victorias consecutivas, un gran juego y una alta efectividad presentaron a los blancos como "favoritos" de cara al 'Clásico'.

Enfrente, el Barcelona, a tres puntos del máximo rival y con un partido más, se enfrentaba al reto de evitar una brecha casi insalvable en el campeonato liguero. Además, sus tropiezos fuera de casa no eran el mejor presagio para una visita al Bernabéu. Una derrota les condenaba a marcharse a Japón con la presión extra del trabajo por hacer a su vuelta.

Sin embargo, pese a que en la mayoría de los pronósticos no aparecía una victoria clara del Barça, de nuevo las sensaciones se esfumaron sobre el terreno de juego, donde los de Guardiola volvieron a mostrarse superiores, volvieron a dominar la posesión, el centro del campo y estuvieron acertados de cara al gol.

La presión, en el tejado madridista

Así, el 1-3 a favor de los culés les permite viajar al Mundialito con la conciencia más que tranquila y con el valor añadido de haber traspasado su presión al Real Madrid. Los tres puntos logrados en el Bernabéu les han colocado líderes de la Liga (con un partido más), empatados con el Real Madrid, que deberá refrendar su ventaja en su próximo partido liguero contra el Sevilla.

Pero antes, el equipo de Mourinho tendrá que afrontar un encuentro que no debería de ser más que un mero trámite. El próximo martes 13 de diciembre, los madridistas se estrenan en Copa del Rey ante un rival, a priori, muy inferior: la Ponferradina.

Será la ida de los dieciseisavos de final de esta competición y es una buena oportunidad para ver si los jugadores blancos superan el jarro de agua fría de este sábado.

Pero el verdadero termómetro de la situación llegará el próximo sábado ante el Sevilla. El conjunto hispalense, tras pinchar ante el Levante, saltará ante su afición con ganas de hacer un gran partido frente al Real Madrid. Ahí, los hombres de Mourinho tendrán la oportunidad de demostrar si la derrota ante el Barça ha sido un simple tropiezo o un problema más serio que pueda hacer peligrar sus opciones de pelear por la liga.

En cualquier caso, la presión ahora está en el tejado madridista. Los blancos ven temerosos como podrían terminar el año por detrás del Barcelona después del mejor inicio liguero de la 'era Mourinho', un escenario en el que ningún madridista se veía hace menos de 24 horas.

De esta manera, los de Mourinho deberán levantar el golpe anímico de la derrota con el Barcelona y conseguir los tres puntos que le mantengan por delante de su máximo rival.

A Japón con los deberes hechos

Por su parte, el Barcelona está ya en Japón con los deberes hechos en la liga y con la vista puesta en el 'mundialito'.

El Mundial de Clubes supone un paréntesis que podría prolongarse hasta el próximo 18 de diciembre, día en el que se juega la final, y en el que los azulgrana pueden conseguir más que un título.

De llegar a la final y ganarla supondría su segundo título de la temporada pero es que, además, si el Madrid cae en Nervió, los culés terminarían el año en lo alto de la tabla. Todo un triunfo moral, teniendo en cuenta que hasta este 'clásico' todo apuntaba a que el Madrid se 'comería el turrón' como líder indiscutible.