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El Barcelona vuelve a atragantarse con el Rubin

Por
Kazan, asignatura pendiente del Barça

RUBIN KAZAN: Ryzhikov; Salukvadze, Navas, Bocchetti, Ansaldi; Ryazantsev, Murawski, Noboa (Natcho, min.87), Kaleshin; Karadeniz (Martins, min.64) y Kornilenko (Sibaya, min.62).

FC BARCELONA: Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Maxwell; Mascherano (Messi, min.60), Busquets, Xavi; Pedro, Villa (Bojan, min.85) e Iniesta.

--GOLES.

1-0. Min.30, Noboa, de penalti.

1-1. Min.60, Villa, de penalti.

--ÁRBITRO: Cüneyt akir (TUR), amonestó a Salukvadze (min.40), Ansaldi (min.74) y Sibaya (min.79) en el Rubin Kazan y a Puyol (min.51) y Piqué (min.90+1) en el Barcelona.

--ESTADIO: Centralni, 30.133 espectadores.

El Barcelona empató a uno en un partido que se le complicó mucho más de lo previsto y en el que los goles, de uno y otro lado, sólo llegaron desde el punto de penalti [Todos los datos y estadísticas del Rubin Kazan 1-1 Barça].

Si el coche contra el que corres es más rápido que el tuyo...pínchale las ruedas. Eso es lo que hizo el Rubin Kazan. Sabía que no podía jugar de igual a igual con el Barcelona porque la circulación de balón de los blaugranas es endiabladamente más veloz y peligrosa. Así que la solución fue la guerra de guerrillas. Secar su motor, léase el centro del campo y llenar el camino de zanjas, léase acumulando jugadores y más jugadores alrededor de su área.

Desde que empezó el partido, el Rubin Kazán le regaló el balón al Barcelona. No le interesaba jugar al fútbol. Su papel en esta película era otro: defender y llenar su defensa de piernas en las que tropezaran los pases del equipo de Guardiola.

Los rusos fueron generosos en lo físico y muy disciplinados en lo táctico y consiguieron gripar el fútbol de toque del Barcelona. Sin huecos, el juego habitualmente brillante del equipo de Guardiola se espesó y se tiñó de gris. El frío y la lluvia remaban a favor de los rusos, que querían convertir el campo en un ring de boxeo a la espera de que ellos pudieran sacar petróleo de un contragolpe, tal y como acabó ocurriendo.

Un mal despeje de Valdés se envenenó, se convirtió en un contragolpe de los rusos con todo el Barcelona descolocado y desembocó en el gol de Christian Noboa.

De penalti a penalti y tiro porque me toca

Alves llegó tarde y arrolló por detrás a Kaleshin dentro del área. El árbitro pitó penalti y los jugadores del equipo ruso lo celebraron como si ya lo hubieran marcado. El encargado de lanzarlo fue el ecuatoriano Noboa, que más que tirar el penalti lo fusiló. Su tiro fue un cañonazo con el empeine, más preocupado por la fuerza que por la colocación. Valdés estuvo a punto de pararlo, el balón le pegó en el cuerpo, pero la potencia era tanta que la pelota se colaba en la portería y el gol heleaba todavía más el banquillo blaugrana.

A punto de irse al descanso, Pedro tuvo una ocasión inmejorable. Un balón que le dejaba de cabeza Villa en el área pequeña, pero que se perdía rozando el palo tras el disparo del canario. Y es que ante el atasco que se encontraba delante, el Barcelona optó por traicionar un poco su filosofía, y en lugar de pases cortos y mucho toque, las pocas ocasiones que llegaron fue con centros largos al área.

En la segunda parte, el embotellamiento era parecido, hasta que en la misma portería que en la primera parte, se repetía la historia. En el mismo lugar Iniesta tenía una caída muy parecida a la Kaleshin, y el árbitro que pitó penalti. Lo lanzó Villa , más suave y ajustado que Noboa pero de nuevo, como ocurrió en la primera parte, el portero a punto estuvo de pararlo.

Messi reaparece y brilla

Con el empate despertó el Barcelona y la muralla defensiva del Rubin se resquebrajó. El milagro de quedarse los tres puntos en casa se hizo muy cuesta arriba y al desmoronarse la fe rusa, el Rubin notó el cansancio que antes no sufría y aparecieron los huecos.

Y por si fuera poco Guardiola sacó a Messi a jugar, en lugar de Mascherano, toda una declaración de intenciones. Aunque se supone que tenía para tres semanas, Messi reaparecía sólo 10 días más tarde y de nuevo volvía a ser el mejor del partido.

Para entonces el partido tomó otro tono. Quedaba media hora y volvía a ser en color el fútbol del Barcelona y la lluvia entonces empezó a ser la de ocasiones del Barça

Messi tuvo un mano a mano, Xavi disparó ligeramente por encima del larguero e Iniesta empezó a ver hueco para inventar pases. El partido se volvió loco y los dos equipos tuvieron una ocasión cada uno inmejorable. 

El Rubin estuvo a punto estuvo de llevarse el partido con un remate de cabeza al palo de Martins en el minuto 86  y en el descuento Iniesta lanzó un balón que se marchó rozando la escuadra. Dos sustos, uno para cada uno, pero al final, el partido terminó con empate.

Reparto de puntos con sabor agridulce para los dos. El Rubin se lleva un punto contra el rival más duro del grupo pero tuvo el partido en bandeja. El Barcelona resacató un punto de un partido complicado, pero sufrió mucho y por momentos parecía impotente sin Messi.

A la tercera tampoco fue la vencida

Antes del partido el argentino Ansaldi, muy en la línea de lo que le gusta a su entrenador, echó mano de la religión para hablar del encuentro ante el Barça: "Sólo nos queda encomendarnos a Dios, que el año pasado nos ayudó mucho".

Pues parece que sus oraciones dieron fruto y a la tercera tampoco fue la vencida. Despues de la victoria del año pasado (repasa aquí las claves de aquel partido) de nuevo el Rubin ha dado la sorpresa.

Guardiola tenía mejor coche, mejor motor, una carrocería más brillante y unos pilotos más experimentados ...pero Kurban Berdyev y su 'tasbih' volvieron a amargarle una noche de campeones gracias a un monumental atasco que impidió que el Barcelona despegara.