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Un ministro de Angola dice ahora que el conductor no está muerto

  • El ministro para los asuntos de Cabinda aclaró que el conductor no ha fallecido
  • La FIFA culpa a Angola del ataque ya que conocía los riesgos y no lo evitó

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La FIFA no se asusta por el ataque a Togo

Angola pretende acabar con los rebeldes del Frente para la Liberación del Enclave de Cabinda (FLEC) que han reivindicado el ataque contra el autobús de la selección de fútbol de Togo y perseguir a sus miembros también en el extranjero, según señaló a Reuters el ministro sin cartera para los asuntos de Cabinda, Antonio Bento Bembe, quien aclaró que el conductor no falleció en el ataque como se había informado previamente.

El FLEC, un pequeño grupo rebelde que lucha desde hace 30 años por la independencia de este territorio de Angola, es dirigido desde París por su presidente, N'Zita Tiago, y se cree que algunos de sus rebeldes operan desde la República Democrática del Congo (RDC), situada al norte de Cabinda.

"Queremos que se emita una orden de arresto internacional para capturar a los responsables de fomentar este ataque", señaló Bento Bembo, aclarando que el conductor del autobús, que inicialmente se creía que había muerto, se encuentra vivo y fuera de peligro, por lo que son sólo dos las víctimas mortales del ataque del viernes, ocurrido en Cabinda.

Según el ministro, el líder del FLEC debería ser detenido. "N'Zita Tiago tiene conexiones con los que llevaron a cabo este ataque terrorista y debería ser detenido. Estamos hablando de un grupo de mafiosos que quieren propagar el terrorismo, el miedo y la inseguridad", aseveró.

Las autoridades angoleñas han detenido a dos personas que afirman participaron en la emboscada, en la que murieron el segundo entrenador y el jefe de prensa de la selección togolesa cuando circulaban en autobús por Cabinda con destino a Angola donde se celebra la Copa Africana de Naciones.

Bento Bembe indicó que uno de los detenidos procede de la República del Congo y pidió ayuda de ese país y del otro vecino de Cabinda, la RDC. "Pedimos a todos los países que nos ayuden a capturar a los responsables de esta atrocidad", aseveró. "No nos quedaremos cruzados de brazos ante esta amenaza. Es nuestra obligación hacer todo lo posible para llevar a estas personas ante la justicia", añadió.

En una declaración publicada por la prensa en Kinshasa, el portavoz del Gobierno congoleño, Lambert Mende, dijo que la RDC, cuyo territorio separa a Cabinda del resto de Angola, considera ahora al FLEC como "una organización terrorista" y privará a sus miembros de su estatus de refugiados.

Bento Bembe dijo que Angola garantiza que no habrá más ataques durante la Copa de Africa y que las compañías petroleras que operan en Cabinda, donde se produce el 60% del crudo del país, están seguras. En este enclave están presentes petroleras como Chevron, Exxon Mobil y Total.

La FIFA culpa a Angola del ataque

Según el organizador del Mundial de Sudáfrica 2010, Danny Jordaan, el ataque contra la selección de Togo perpetrado por el FLEC el pasado viernes "es responsabilidad de Angola". Según él, el país organizador de la Copa de África conocía los riesgos y no evitó el ataque de Cabinda.

Un segundo grupo asume el atentado

Un segundo grupo separatista, el Frente de Liberación del Enclave de Cabinda-Fuerzas Armadas de Cabinda (FLEC-FAC), asumió el atentado contra la selección de Fútbol de Togo ocurrido el pasado viernes en ese territorio angoleño, que costó la vida al menos a tres personas.

En un comunicado difundido hoy en Luanda, el FLEC-FAC asegura que el atentado estaba dirigido contra las fuerzas angoleñas que escoltaban el convoy de la selección de fútbol de Togo y "lamenta" las víctimas causadas a la expedición togolesa.

Por ese motivo, la nota, firmada por el teniente general Estanislau Miguel Boma, jefe de estado mayor de las FLEC-FAC, asegura que no llevarán a cabo nuevos ataques en Cabinda hasta que finalice la Copa de África de naciones de fútbol, que comenzó el domingo pasado y finalizará el 31 de enero en Angola.

Boma añade que la tregua está destinada a "garantizar mejor la seguridad de los civiles indefensos" durante la disputa de la Copa de África, una de cuyas sedes está en la ciudad de Cabinda.

El atentado fue asumido previamente desde París por Rodrigues Mingas, jefe de las Fuerzas de Liberación del Estado de Cabinda Posición Militar (FLEC-PM), lo que ha sido desmentido por el FLEC-FAC, que le ha acusado de "oportunismo para buscar protagonismo".

El autobús que transportaba a la expedición de Togo que debía participar en la Copa de África de Naciones, escoltado por la Policía angoleña, fue ametrallado poco después de entrar en Cabinda desde Congo.

Pese a que en julio de 2006 el Gobierno de Luanda firmó un acuerdo de paz con la mayoría de las facciones del Frente para la Liberación del Enclave de Cabinda (FLEC), encabezadas por Bento Bembe, algunos disidentes mantuvieron la lucha por la independencia y aún se producen acciones esporádicas contra las fuerzas angoleñas.