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Copa Davis

Un equipo que no conoce límites

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España celebra su cuarta ensaladera

No pasó ni una hora de la victoria de España en la Copa Davis, la cuarta en su historia, y la gente ya se hacía la pregunta: "¿Hasta dónde puede llegar este equipo". "Este equipo no tiene límites", aseguraba Albert Costa en rueda de prensa posterior al partido.

El historial de la competición pone a mucha distancia aún de España a selecciones como las de Australia (28) y Estados Unidos (32). Al lado de éstas, la española parece una recién llegada al 'Olimpo' de la Davis.

Tal vez sea una recién llegada, pero lo que es un hecho es que su irrupción ha sido fulgurante. Cuatro títulos en nueve años tras cinco finales jugadas. Las tres últimas la consagran como la mejor selección del siglo XXI (si empezamos a contar el siglo desde 2001), y hasta este sábado igualaba con Rusia, vencedora en 2002 y 2006.

España es sexta en el palmarés de la Davis y quizá los 32 triunfos norteamericanos parezcan aún muy lejanos. Pero ya está muy cerca de otros combinados como Reino Unido, Francia (9) y Suecia (7).

La última victoria de los galos no está muy lejos, en 2001, contra Australia en Melbourne. Era el equipo de Escude, Grosjean, Pioline y Santoro. Por su parte Suecia ganó su última Davis en 1998, apeando en las semifinales a España. El equipo que lideraban Corretja y Moyà cayó ante la Suecia de Magnus Norman y Magnus Gustaffson.

Los escandinavos fueron, además, los últimos en ganar dos años seguidos, testigo que ha recogido España. Y tenían la marca de 'velocidad' a la hora de ganar cuatro ensaladeras en un año más que España. Aquella era la Suecia de Matts Wilander y Stefan Edberg.

En 1998 ya empezaba a asomar una generación de tenistas españoles que daría mucha 'guerra' en la Davis. Corretja se convertiría en ganador en 200 y Moyà en 2004. Dos equipos distintos, pero con algo en común.

Hermanos mayores

Entre aquel equipo ganador de 2000 y este último de 2009 hay nueve años de diferencia y sólo un jugador en común, Juan Carlos Ferrero. Pero también hay un vínculo que es el que ha hecho que esta escuadra se convierta en un verdadero equipo y algo más, casi una familia.

Ferrero, Robredo y el capitán Costa se pueden considerar los "hermanos mayores" de los Feliciano, Verdasco, Ferrer y Nadal. La experiencia previa de los  veteranos se ha ido inculcando entre los que iban incorporándose al equipo como el caso de Nadal, que ha pasado de ser la revelación del equipo de 2004 al líder indiscutible de este de 2009.

En 2004 era compañero de equipo de Ferrero y Robredo, pareja de dobles. En la reciente final contra Chequia ambos le animaban desde el banquillo para dar el primer punto a España.

Su peso específico es tal que pese a no haber disputado la final del año pasado en Mar del Plata contra Argentina, el resto de compañeros considera tan suyo aquel éxito como de Verdasco y Feliciano.

De la misma forma, Robredo y Ferrero han compartido las mieles de la cuarta ensaladera con el llamado 'equipo A' de España: Nadal, Ferrer, Verdasco y Feliciano.

Sólo dos finales ganadas por cabeza

La juventud de este equipo permite aventurar con que superarán una curiosa barrera que se ha instalado por casualidad en el equipo. Por unas razones u otras, ninguno ha pasado de dos finales ganadas.

Por edad y por ser uno de los fijos en las convocatorias, Nadal podría llevar tres, pero como ya se ha recordado no jugó por lesión la de Argentina. Ferrer, Verdasco y Feliciano han ganado las dos últimas, pero el toledano también podría tener tres en su palmarés de haberse impuesto España a Australia en 2003.

Aquella final la jugó también Ferrero, campeón en 2000 y 2004. Tres finales que podrían haber sido cuatro con esta de 2009. En el año de su reaparición en el equipo, el hecho de haber sido llamado como quinto hombre y haber podido festejar el éxito con los demás es todo un reconocimiento a su aportación al combinado en momentos decisivos como los cuartos de final contra Alemania.

Sin duda algo por lo que le estarán infinitamente agradecidos los miembros de una generación llamada a repetir más éxitos en la Davis.