Lunes a viernes a las 16.30 horas
Los ecoterroristas nos la han jugado. -Maldita sea.
Más les vale encontrarlos pronto, porque si yo lo hago antes,
se les van a quitar las ganas de hacer más pintadas
para el resto de su vida.
¿Cuánto les podría caer?
Es una barbaridad, van a destrozar la vida a esos chavales.
Sí, así me llaman, Carvallo.
Parece que los de arriba han requerido mis servicios
en esta comisaría. -Has estado espectacular.
Yo creía que eras uno de los nuestros.
Si no hubiese visto tus películas pensaría que eres policía.
Y tu hermano, ¿no está en casa?
-No, está currando, me parece. -Me está bien empleado por no avisar.
Tenía tantas ganas de verlo
que he dejado las maletas y me he venido corriendo.
-Ya puedes ir a las duchas si quieres.
-Mañana más. -Venga.
Hola.
¿No podemos quedar para tomar una cerveza
y agradecerte la ayuda que me estás brindando aquí?
-No, lo siento. -¿Te puedo dar un abrazo aunque sea?
-¡Olga!
-Ha llegado esto para usted, señor Mayoral.
-Ayer me dijiste que pensara lo que quería
a cambio de mi silencio. -¿Tú sabes la cantidad de pirados
que llaman cada día diciendo tener pistas que resultan ser falsas?
-Pero la mía es verdadera. -¿Y cómo la demuestras?
-Esperaba que hubieses descubierto algo sobre Elena.
Tengo la sensación de que a mi hija le ha pasado algo muy malo.
-Pero ¿qué mierda estás diciendo, abogado?
¿Que no tienes el coche ni la puñetera moto?
-Te digo que te voy a dar suficiente dinero
para comprar un coche a cada miembro de tu familia,
pero el chantaje tiene que acabar hoy.
-Porque tú lo digas.
Mira, tienes 24 horas.
¿Qué, pensando en algún experimento culinario?
-No, porque no son horas.
-No me puedo creer, ¿no estás soñando con pudín caramelizado
o frutas bañadas en chocolate?
Venga, pongamos los pies en la tierra,
¿has practicado el pilpil? El otro día te salió medio medio.
-Si no te gusta cómo me sale el pilpil,
el próximo día lo haces tú.
Pues mira la gracia que me ha hecho.
-Solo intentaba que hablaras un poco,
o si no es mucho pedir, arrancarte una sonrisa.
Pues sí, ¿sabes por qué?
Porque estoy harta de que todo el mundo me tome por imbécil.
Pues tú, por ejemplo,
con tu charla de ayer: que si soy infantil, que si los celos,
que si tengo que aprender a controlar mis sentimientos...
Pues después de hablar contigo fui a pedirle perdón.
¿Ahora qué consejo me vas a dar? -¿Has pillado a Quico con otra?
-Sí.
"In fraganti", abrazados,
su cuerpo, uno pegado al otro, con la cabeza hundida en su cuello.
Y no le vais a defender porque no tiene defensa,
son todos iguales, unos cerdos.
Que se controlen ellos que son todos iguales.
-Calla, Olga, no hables así.
-¿Qué pasa, que te molesta que diga la verdad?
¿Que todos buscáis lo mismo?
¿Que por eso tú corriste a los brazos de Montse Ibarra?
Hola. -Hola.
Vengo a hablar con Olga.
-No creo que sea el mejor momento, la verdad.
-¿Tú cómo te atreves a venir a mi casa?
-Porque creo que necesitamos hablar
y estoy harto de enviarte mensajes y no recibir respuesta.
-Y yo estoy harta de tus mentiras.
Sé perfectamente lo que vi anoche,
y Pilar y tú estabais muy agarraditos.
-Olga, déjame explicarte.
-No, tú no tienes nada que explicar porque tú y yo hemos roto.
-Olga, por favor...
¿No me has oído? Que ya no es mi novio.
-Pasa, las cosas hay que hablarlas.
Claudia, llegamos tarde a trabajar, ¿no?
Buenos días, abogado. -¿Tú no duermes?
-Llevo horas levantado preparando los aperos de pesca.
¿Tienes un minuto?
-Pareces más educado que anoche.
-Porque no quiero que discutamos,
solo quiero que me des lo que te he pedido.
-Ya lo sé, Rafa,
pero no hace falta que me lo recuerdes a cada momento.
¿Por qué no te vas a pescar y me dejas trabajar?
-Esa es la cuestión. -¿Qué cuestión, qué he dicho?
-Porque a mí antes me encantaba ir al alba al pantano
que es cuando pican más,
pero conforme cumplo años me cuesta mucho trabajo levantarme
y pegarme una paliza con la bicicleta.
Mantecado está muy mayor y le cuesta seguirme.
Si tuviera el 4X4, mi Mantecado se vendría conmigo encantado.
-¿Mantecado es tu perro? -Sí, ¿quieres conocerlo?
-No, ni se te ocurra traerlo por aquí.
-Pues él a ti sí que te conoce bien, de la noche de autos.
La noche de autos, ya hablo como un abogado, o como un policía.
-Al grano, dime lo que me tengas que decir y vete, por favor.
-He ido al pantano a pescar carpas con la caña que me regalaste.
Me hubiese gustado más ir al lago a pescar truchas,
pero como no tengo el 4X4... Pues llegando al pantano,
me he llevado una alegría descomunal al verla.
-¿Al ver a quién? -A la víbora
cruzando el camino. Si hubiese venido Mantecado
la hubiese atrapado, pero como está mayor, y me he dicho:
"Voy a cogerla yo para llevársela a mi amigo el abogado".
He cogido un palo en forma de horquilla,
la he perseguido, he levantado una piedra y ahí estaba.
Y cuando la iba a coger ha pegado un salto y casi me muerde.
Pero yo no me rindo nunca, ¿sabes?
Y la tengo aquí, en el macuto,
¿la quieres ver? -Mira, ni se te ocurra.
-Te la enseño para que entiendas la diferencia
entre la culebra viperina y la víbora,
porque el otro día me miraste raro cuando te expliqué.
-Haz el favor de dejarla en la bolsa, ¿qué pretendes?
-Demostrarte que no bromeo, abogado.
Entrégame ya mi 4X4 y mi moto si no lo quieres pasar mal.
-Sergio, perdona...
-¿Cómo tengo que decirte que llames antes de entrar, González?
Largo.
-Tranquilo, abogado,
no te conviene que tu personal te vea tan acelerado.
Deberías ir al pantano a pescar. Templa mucho los nervios.
-Vete, por favor, y llévate al bicho ese.
-Y si te dijera que no hay ninguna víbora en el macuto,
¿cómo te lo tomarías? (RÍE)
Qué poco sentido del humor, mira,
si no hay víbora ni nada, solo un bocadillo de longaniza.
No la hay, pero puede haberla
si al acabar el día no tengo mi 4X4...
-¡Lo vas a tener! Solo necesito tiempo.
-El tiempo es oro.
Tictac.
Tictac.
-Fue un abrazo espontáneo de ella
que a mí también me pareció extraño, pero fue así.
-Es cariñosa para ser solo una clienta del Atlas.
Ah, no, que la paranoica soy yo.
Todas las clientas en el Atlas son igual de cariñosas.
-Olga, escúchame y luego juzgas, ¿vale?
Es verdad que Pilar me invitó anoche a cenar,
y es verdad que me tiró los tejos.
-Ah, lo reconoces.
-Sí, pero yo le dije que tenía novia, que nunca te haría daño,
y que no te cambiaría por nadie. -Claro.
Y para demostrárselo le diste un tierno abrazo, ¿no?
-Pero que el abrazo me lo dio ella para despedirse.
-Un tío te da calabazas y tú te cuelgas de su cuello.
Lo más normal del mundo.
-Mira, Olga, yo te quiero con toda mi alma,
y nunca te mentiría o te engañaría con otra.
-Lo siento, pero yo tengo que pensar, y quiero hacerlo sola.
¿Comisario Bremón?
Supongo que me estaba esperando.
Vengo a Distrito Sur para ponerme a sus órdenes.
Creo que me confunde. Inspector Carvallo
de Homicidios. ¿Con quién tengo el gusto?
Inspectora jefe Miralles, es todo un honor,
es usted una leyenda dentro del cuerpo.
No sabe la alegría que me acaba de dar,
¿para usted mi interpretación ha sido aceptable?
Más que aceptable, ha sido buena. ¿Me daría el aprobado como policía?
Claro, tomo nota:
gafas de sol, chicle, ¿qué era lo otro que me dijeron?
¿Qué opina sobre las manos en los bolsillos?
Algo me comentaron unas compañeras
que me recibieron cuando vine a presentarme.
digamos que era muy tarde.
Sí, pero la impaciencia me pudo.
la televisión fue en mis inicios.
Sí, pero no nos desviemos del tema.
Eso es, pero no me traten de usted, que tampoco soy tan mayor.
¿Y a ustedes cómo debería tratarles?
Yo, Carvallo.
¿Así es como lo hacen tus hombres?
Perfecto, pues aclarado este tema
lo único que necesito es que me mostréis
la verdad que todo policía lleva dentro.
Por ejemplo:
digamos que me asignáis un operativo verdaderamente peligroso.
Necesito vivir en mis propias carnes
todas vuestras vivencias para convertirme en uno de los vuestros.
Los actores del método trabajamos así,
nos transformamos en el personaje hasta diluirnos en él.
Si yo te contara.
Somos capaces de todo para conseguir la verdad.
Leonardo DiCaprio en "El renacido"
durmió dentro del vientre de un caballo muerto,
incluso comió el hígado crudo de un bisonte.
Y total, consiguió un Óscar.
No, no, esto no puede ser,
tengo que hacer una inmersión total dentro del sistema policial.
"El latido de la calle" va a hacer historia
y yo tengo que estar a la altura.
Medio millón.
Estoy a la altura de cualquier futbolista galáctico.
Si queréis nos sacamos una foto...
Buenos días, Marisa. A ver, que no me líe,
estos son los que salieron por la noche:
la ruta de Zaragoza, Junquera,
y de ahí directo para Dinamarca. -¿Y Fernando?
-Si le hubieras llamado te habrías ahorrado un viaje.
-Lo llamé, pero no lo cogía. Le esperaré.
-Va a estar toda la mañana con reuniones
y va a llegar muy tarde.
Tira para adentro, anda.
Espera un momento, Marisa.
¿Se puede saber a qué vienen esos nervios en la oficina, tío?
-Tengo un problema.
A lo mejor tú me puedes ayudar.
-Tienes un problema y quieres que yo te ayude.
Depende. -Seguro que sí,
tú siempre ayudas a Quintero con estos asuntos.
-No sé de qué estás hablando,
pero te recuerdo que Fernando es mi jefe,
mientras que tú eres... -Si me ayudas sabré agradecerlo.
-Vamos, Sergio, dime de qué se trata
y ya veré yo si me interesa o no ayudarte.
(SERGIO SUSPIRA)
-Sé que para reforzar la seguridad de la empresa, a veces,
Quintero ha contratado matones.
-¿Qué estás hablando, tío?
A ti se te ha ido la cabeza,
lo único que tenemos aquí son seguratas, deja de decir tonterías.
-Sé distinguir seguratas de matones.
-¿Sabes distinguirlos? -Sí.
-Enhorabuena, tío.
Te daré el teléfono de la empresa de seguridad
y hablas con ellos. -No soy tonto.
Sé de lo que es capaz Quintero con tal de protegerse.
-Baja la voz un poco y dime en qué marrón te has metido.
-Prefiero no darte detalles, ¿vale?
Solo dame el teléfono del cabecilla de una de esas bandas,
yo me encargo del resto. El dinero no es problema.
-Dime de qué se trata.
-Jairo, por favor, no insistas, tío.
Tú solo facilítame ese teléfono.
Fíate de mí que somos colegas. -¿Desde cuándo somos colegas?
¿En qué momento lo hemos sido?
¿Eh?
Hasta hace cuatro días nos insultabas,
dijiste que Róber era un muerto de hambre
que quería dar un braguetazo con Alicia Ocaña,
¿y ahora quieres que te ayude? -Estaba celoso.
No me lo tengas en cuenta.
Pero ahora es algo serio.
Por favor, ayúdame.
-Que no, que me da exactamente igual.
Si no me dices de qué se trata, yo no te voy a ayudar.
Vuelve por la tarde, le lloras a don Fernando,
y él, si quiere, te ayudará, yo no me arriesgo por ti.
Humo.
-Vete a la mierda, tío.
Todos los Batista sois iguales.
-No lo sabes tú bien.
Solo que recibí un balazo en el lado y todavía tengo secuelas.
estaba con mi compañero de patrulla y recibimos un aviso de...
tuvimos que acudir a una gasolinera para impedir un atraco
nada más llegar allí,
un chorizo se abalanzó sobre mi compañero y yo me lancé
en su defensa, fue entonces cuando me disparó por la espalda.
Fue algo desgraciado.
¿No? ¡Ah, lo pensé!
Lo pensé de verdad, pero me dejé llevar por la emoción.
El resto fue convincente?
Lo sabía. H-50.
H-50, maravilloso.
Voy a tomar nota. H-50, ¿qué significa?
Anoche fue todo un placer.
Por cierto, inspectora,
¿sería posible que me asignaran con la agente Beltrán
para patrullar las calles?
Inspectora, usted sabe lo buena que soy yo patrullando,
y creo que Carvallo y yo haríamos un buen tándem.
Inspectora.
Me voy zumbando que me espera Nacha en el coche.
¿Quién es el inspector Carvallo? -Yo mismo.
-Ah.
Yo creo que es mejor que patrulle con otra pareja.
-¿Y no te importa quedarte en Atención al Ciudadano
y yo salgo a patrullar?
Bueno, si tú lo dices.
Oiga, inspectora,
¿qué perfil de policía diría que es Elías?
Tiene rollo, sí.
Tendré que ponerme el uniforme para patrullar,
la productora me ha hecho uno a medida.
-Seguro que te queda que ni pintado. -Elías, ¿dónde nos cambiamos?
-Nacha y yo patrullamos de paisano,
y tú tienes que hacer lo mismo, así que andando. ¡Vamos!
-Hasta luego.
He venido para decirte en persona que ha salido del coma.
Sabía que te alegrarías, aunque poca cosa pueda representar
de cara a la investigación.
Los médicos siempre suelen curarse en salud,
dicen que es un avance favorable en su evolución.
Sí, y nos ha reconocido un poco.
Está todavía muy aturdida.
Es lo que hemos pensado.
¿Sabéis alguna cosa?
Por favor. Me voy, que quiero pasar el máximo tiempo con ella.
Olga, ¿tienes un momento?
Tu eres Olga, ¿no?
-Sí, soy Olga,
tengo mucha prisa y muy pocas ganas de hablar contigo.
-Creo que estás confundida con lo que pasó en el gimnasio.
-¿Confundida? No, engatusaste a mi chico
para que me pusiera los cuernos contigo.
-Te juro que no fue así, solo le invité a tomar algo,
pero no sabía que tenía novia, lo siento.
Te juro que no pasó nada, créeme.
Nos dimos un abrazo de amigos
después de que él me diera calabazas
y me dejara claro que te quiere mucho.
Si quieres seguir enfada así, tú misma,
pero no la pagues con él, de verdad.
No tienes por qué.
-¿Te manda él para que me comas el coco y le perdone?
-Si hago esto es para que veas que quiero ir de buen rollo contigo.
Después de todo, estamos un poco unidas por aquello que nos pasó,
y sería una pena que lo echáramos a perder por una tontería.
-Es que para mí la infidelidad no es ninguna tontería.
-Te repito que Quico es superfiel,
no tienes por qué tener dudas ni celos ni nada.
Él está colado por ti, de verdad.
Tal vez no te des cuenta de lo que cuesta
encontrar un chico tan noble y tan bueno como él en estos tiempos,
pero no se merece que lo castigues así, en serio.
Venga, sé feliz con él. Chao.
-¿Qué tal, cariño?
¿Ya has hecho las paces con Quico?
-No, pero las haré.
Parece que, al final, todo es un malentendido.
-Ves, hablando se entiende la gente. Te puede el genio.
Me voy a la consulta. -Espera,
te quería pedir perdón por lo de esta mañana
que te he dicho cosas horribles.
-¿Qué pasó esta mañana? No me acuerdo de nada.
-Por lo que te dije de Montse. Tienes razón, me puede el genio.
-¿Eso sabes a quién se lo tienes que decir?
A tu madre, que también le dolió.
-Te juro que ya había pensado en decírselo en cuanto la encuentre.
-Saldré para el pueblo en cuanto encuentre un billete para hacerlo.
Mi tía ha sufrido una recaída y no se puede valer por sí misma.
-¿Fue ella quien te cuidó cuando sufriste la agresión?
-Sí, me quiere como a una hija,
no te imaginas lo que ha llegado a sufrir
por las cosas tan malas que me hizo ese monstruo.
Por eso, ahora que me necesita tengo que estar ahí, cuidándola.
-Ojalá se recupere pronto y vuelvas a seguir con tu labor.
-Ojalá, cada día tengo más claro que quiero ser policía
y ayudar a la gente como lo haces tú.
-Escucha, Pilar, para cualquier cosa que necesites
aquí estoy, ¿de acuerdo? No dudes en contar conmigo.
-Bueno, te dejo,
que tengo que ir a por ese billete.
Muchas gracias por todo, Lola. -A ti, Pilar.
Teniendo en cuenta lo que pasó, está muy recuperada.
Pilar es formidable.
Ella presta ayuda en una ONG
que colabora con mujeres que han sido agredidas,
contando su experiencia y cómo superó su trauma.
Quiere ser policía y yo la estoy ayudando en todo lo que puedo.
Y la verdad, me está subiendo mucho la autoestima con su admiración.
Si algo me ha enseñado Pilar es que ante las situaciones traumáticas,
lo mejor es pasar página.
No me refería solo a la violación.
Tus dotes de observación deben estar atrofiadas.
Pues la sensación que tengo es de que estás rehaciendo tu vida
como si lo nuestro no hubiera pasado,
como si no significara absolutamente nada.
¿Y tú te imaginas cómo lo estoy pasando yo?
Tú, al menos, tienes una familia, Emilio,
yo me he quedado colgada.
Al menos tienes algo que reconstruir.
Y ahora, si me disculpas,
tengo que ir a dar una charla a mujeres agredidas de una ONG.
-Martín,
qué gusto me da verte escribiendo otra vez con ese brío.
-La verdad es que he recuperado las ganas de escribir.
Y después de lo de Laura,
pensé que no volvería a hacerlo.
-Pues yo te felicito por haber recuperado la inspiración.
-Digamos que me he aplicado la máxima de Picasso.
-No me digas que también le estás dando al pincel.
-No, eso sí que sería una torpeza por mi parte.
-Picasso decía que la inspiración existe,
pero te tiene que encontrar trabajando, ¿no?
Y por ahí he tirado yo. -¿Pues yo sabes lo que creo?
que Laura, esté donde esté, se ha convertido en tu ángel,
y que te va a ayudar en todo lo que necesitas.
-Seguro que sí, María.
Yo pienso constantemente en ella.
-Inspectora, ¿qué te pongo?
-Claudia, perdóname un momento.
¿Tú podrías pasarme el contacto de Cristina Feijoo,
la coordinadora de educación?
Verás, es que no dejo de pensar en estos chavales,
los que quemaron los contenedores de Transportes Quintero.
Me gustaría dar con la clave de qué es lo que les mueve a actuar así.
Claro, es que
los jóvenes antisistema son un caldo de cultivo
para organizaciones como Planeta Libre.
Estoy en ello, pero el tema es más complejo de lo que parece,
por eso me gustaría hablar con Cristina, ¿sabes?
Por ella está día a día trabajando con los jóvenes.
Sí, hay que estar en la brecha, ¿no?
El trabajo es lo que te mueve a salir de la cama cada mañana.
Mamá, que bien que te encuentro, te estaba buscando.
No.
Te quería pedir perdón por lo que dije,
ya sé que me puse muy borde.
Ya le he pedido perdón, y de verdad, os prometo
que nunca más lo voy a volver a sacar.
Todavía no he hablado con él,
pero he entendido que toda esta rayada mía
es fruto de un malentendido.
Luego iré al gimnasio y le pediré perdón.
¿Sabia? Si lo único que hago últimamente es meter la pata.
Tienes razón, y cuando la tienes te la doy y punto.
Que gusto da ver a madre e hija tan bien avenidas.
No te preocupes, luego me lo pagas. Adiós, preciosa.
Muy bien chicos, esto ha sido impecable.
-Es la última vez que patrullo con este payaso.
-No te quejes que ha sido un rato de lo más entretenido.
-Pero si es un circo. -¿Qué sucede, Guevara?
-Le estaba diciendo a Nacha
que ha sido la intervención más patética de los últimos años,
teníamos a los carteristas listos para detenerlos
y tus fans la han liado parda. -Eso no es nada,
tendrías que ver cómo se ponen en un "photocall".
Inspector Carvallo, encantado.
¿Qué quieres, dime?
El inspector Carvallo ha sido muy rápido en reflejos
y ha salido tras los carteristas.
-Estuve a punto de darles caza, forma física no me falta.
-Ni a tus fans que corrían detrás de ti,
y menos mal que no llevaba pipa, que se lía a tiros.
-Vaya, hombre, "keep calm",
yo sé dónde están mis límites, en serio.
Uno se hace a todo,
es bonito recibir todas esas demostraciones de cariño popular,
¿Sabes qué hago cuando me vengo abajo?
Me doy una vuelta por un centro comercial,
en cuestión de minutos me suben la moral:
que si fotos, que si abrazos, besitos, ¿sabes?
-Qué dura es la fama. -Oye, Nacha, verás,
el operativo de hoy para mí ha sido una revelación,
de verdad, ha sido algo superinstructivo
y te lo quería agradecer a ti.
Sí, eres una compañera magnífica,
ojalá pudiera decir lo mismo de todo el mundo,
pero todo a su tiempo, pronto me convertiré en un gran policía.
Tan grande como tú, Elías, y cuando eso suceda,
me suplicarás que sea tu compañero de patrulla.
-Mira, ya lo estoy viendo.
-¿Por qué no vais a comisaría, yo tengo que ir a la farmacia?
-¿Qué te parece si te espero en la sala de descanso
y nos tomamos un café luego?
Vaya, hombre, siempre es agradable tener algún fan.
Era para tu hermano, ¿verdad?
Supongo que habrá visto todas mis películas.
Pues dile a tu hermano que ahora soy un actor de cine, ¿de acuerdo?
De cine.
¿Sabes qué te digo? No tengo tiempo que perder,
tengo que preparar un personaje.
-Una cosita, Carvallo,
-Sí, hombre, sí.
-Te lo digo por la preparación de tu personaje,
aquí en comisaría, están mal vistas las relaciones personales.
-Pues no sé de qué me hablas. -Te lo digo por Nacha,
que tengo ojos en la cara, y te digo que estás perdiendo el tiempo.
Para que tu personaje no patine. -Se nota que no me conoces.
-Lo suficiente para saber que tienes un ego que no cabe en esta comisaría.
Pero todos los actores estáis cortados por el mismo patrón.
-Se ve que has visto a pocos actores,
es una pena que no todos nazcamos en una familia de artistas.
-Será eso, pero ya te digo
que con Nacha estás perdiendo el tiempo.
-Elías, ya sé que Nacha es lesbiana,
no hay ningún problema, la seducción es todo un arte
que no está al alcance de todos,
y yo podría seducir a quien quisiera,
incluso a ti, Elías.
Me gusta tu rollo, tío,
contigo o sin ti, me voy a convertir en el mejor poli de esta ciudad.
-¡Anda, tira!
-(RÍE)
Hola, Alicia, ¿qué te pongo?
No tienes que disculparte.
Si me he presentado así es porque me urge contarte algo importante.
Sí, y que estuviste hablando con él.
¿Te dijo que los ingleses se quedaron el bufete de Castellanos?
-No, gracias. Cóbrate lo suyo y lo mío, por favor.
-Muy bien, gracias.
-Te habló de mi amante, ¿no?
Lo averiguó y me extorsionó para obtener mis acciones,
como yo no cedía, se lo contó todo a Marisa.
Siento no haberte contado el alcance de la situación
cuando hablamos el otro día.
Lo estoy pasando bastante mal con Marisa, la verdad,
pero voy a reconstruir mi matrimonio.
Sé que lo apreciará, pero en realidad,
quería contarte otra cosa.
Me dijiste que estuviera muy vigilante con Sergio
y cualquier cosa que notara te lo hiciera saber.
Últimamente, ha estado recibiendo visitas de un tipo...
bastante siniestro.
y nadie sabe nada de él en el despacho.
Ese nombre tan curioso lo pilló al vuelo uno de los pasantes
mientras el tipo entraba en el despacho de Sergio,
eso es lo que hace; entra y sale sin dar explicaciones.
Lo importante es cómo afectan esas visitas a Sergio,
y con razón, el tipo lo está chantajeando.
Hoy mismo he oído, por casualidad,
como el tipo le exigía con un tono bastante amenazador
un coche, una motocicleta...
Es un tipo muy raro y primitivo.
Además, huele fatal,
como si no se duchara desde hace meses.
A veces parece que baja del monte, literalmente,
siempre lleva las botas sucias.
No sé nada más, pero no me extrañaría
que el tipo ese, por el motivo que fuera,
tuviera a Sergio por las pelotas, y perdón por la expresión.
Ojalá que haya encontrado la horma de su zapato,
me gustaría que pruebe de su propia medicina.
Lo haré. ¿Crees que podéis hacer algo con lo que te he contado?
Muchas gracias.
Muchas gracias.
"Los jóvenes implicados, ¿tenían conciencia de lo que hacían
o, simplemente, se comportaron como vándalos?
Urge educar a nuestros jóvenes
para que no confundan unos ideales que pueden ser loables,
con prácticas violentas que podrían llevarles a la Audiencia Nacional.
Sorprende que un movimiento tan pacifista como los ecologistas,
abrace métodos propios de terroristas".
-Hola.
-Hola.
-Me encontré a Pilar en la plaza y estuvimos hablando.
-Ya, y te habrá dado una versión de los hechos,
no muy distinta a la que yo te di esta mañana.
-Sí, tienes razón.
-Pero tenía que ser Pilar quien te convenza.
¿Por qué no podías creerme a mí?
-Sí que te creí un poco. -No, no confías en mí.
-Sí que confío en ti, Quico,
lo que pasa que entro aquí y os veo abrazados
y me hace sentir insegura. -Tu inseguridad hace daño.
-Yo nunca he sido celosa. -Entonces, ¿por qué lo eres conmigo?
-Ha sido algo puntual.
De verdad que no quiero perderte,
esto me ha hecho darme cuenta de que te quiero mucho.
-Y yo a ti, Olga.
No podía soportar la idea de estar peleado contigo.
Me he ido esta mañana de casa
pensando que habías roto conmigo de verdad,
me sentía como si me hubiera atropellado un camión.
-Tú y yo no vamos a cortar, y si quieres,
para demostrarlo esta noche dormiré contigo.
-Me apetece un montón, Olga.
¡Robi!
¡Qué ganas tenía de verte!
Sí, estaré unos días por Madrid,
he venido porque supe que te encontraría al pie del cañón.
Hola, Alicia.
Gracias.
Quizá no debería haber venido por sorpresa,
tendréis curro.
Pues vamos a tomarnos algo.
-¡Hola!
-¿Qué tal, inspector Carvallo? -Bien, bien.
-¿Cómo ha ido el operativo con Elías y Nacha?
-Con Nacha fenomenal, es una poli de primera,
Guevara, menudo carácter, no sé cómo lo aguantáis:
es torpe, gruñón, maleducado...
-No te fíes de las apariencias,
Elías es uno de los mejores hombres de esta comisaría
en todos los sentidos, aunque a veces se porte como un cascarrabias,
en el fondo es una bella persona. -Será muy en el fondo.
-Hugo, la inspectora jefe Miralles
tiene un ojo clínico para hacer equipos,
y si te asignó a Elías para este operativo
es porque tienes mucho que aprender de él.
-Sí, intento tomarlo como ejemplo,
y fijarme en lo que hace, e incluso imitarlo,
pero no para de pegarme bufidos cada dos por tres:
"Tienes un ego tan grande como esta comisaría".
"Todos los actores estáis cortados por el mismo patrón".
-Pero si eres igualito a Elías.
Eso te ha dicho, ¿en serio?
No se corta un pelo el tío. -¿A que no?
Pero no te preocupes, a mí todo me sirve para sumar,
al fin y al cabo,
el inspector Carvallo va a tener mucho de Elías Guevara.
-No me pienso perder "El latido de las calles".
-Qué linda eres.
No hablemos más de mí, tampoco soy tan interesante
¿Qué tal tu mañana?
-Más o menos. -¿Y eso?
-No sé, a veces me da rabia cómo se portan algunos sinvergüenzas.
Hay unos mangantes que andan robando por el polígono.
Roban a mujeres que salen de trabajar de una conservera que hay allí.
-Qué desgraciados,
¿cómo lo hacen, con navaja o con pistola?
-No, por el método del tirón.
A veces van en moto, a veces a la carrera.
Un tipo se pone a la altura de la mujer,
le agarra el bolso por la fuerza...
-Pero eso puede ser muy peligroso para ellas, ¿no?
-Sí, a veces las víctimas caen al suelo y sufren accidentes,
incluso se rompen huesos.
-¿Y dices que siempre actúan por el polígono Este?
-En general sí.
-Tienes que darme la localización exacta, ¿de acuerdo?
El inspector Carvallo les va a dar caza.
-Hugo, que tú eres actor, no policía.
-No sería el primer caso, Espe.
¿Tú sabes quién es Gregor Mistely?
¿El protagonista de "Ley en la ciudad", la serie?
El caso es que Mistely estaba tan metido dentro de su papel
que incluso salía de casa con el uniforme de policía puesto.
Lo que oyes. Un día encontró a unos ladrones
atracando una gasolinera y los cazó.
Así, tal cual.
-¿En serio hay que meterse tanto en la piel del personaje?
-Espe, en tu profesión y en la mía, vamos al límite.
Fíjate, esto lo tenemos en común.
-Va a ser que en algo nos parecemos, sí.
-Yo necesito sentir la adrenalina de vuestro día a día,
y para conseguirlo solo lo haré comportándome como vosotros.
Así que me apostaré cerca de la conservera
y esperaré hasta que aparezcan esos malnacidos,
y entonces, el inspector Carvallo les dará caza.
Todo el mundo en Madrid hablará de él.
-Perdona, pero me parto contigo.
-Espe, estoy hablando en serio,
de verdad, tienes que ayudarme,
no hay nadie como tú en esta comisaría.
-Ay, Hugo, no me engatuses.
-Espe, de verdad, lo presiento,
hacemos una pareja de policías increíble.
Vivamos al límite.
-Qué recuerdos me trae este bar.
-Pero bueno, Bika, qué alegría.
-¿Qué tal vas, Salima? -Aquí, dándolo todo en La Parra.
-Bien hecho. ¿Y María no está?
-Se ha ido a hacer unos recados.
Cuéntame tú, estarás triunfando por el mundo.
-No me quejo, bolos no me faltan.
-Normal, tienes la voz más bonita que he escuchado en mi vida.
¿Vais a dar otro concierto en La Parra?
A María le encantaría, y a mí ni te imaginas.
-Sería muy chulo repetir, pero vengo por poco tiempo,
solo estoy saludando a los viejos amigos.
-Sentaos que tengo que atender unas mesas en la terraza.
¿Qué queréis tomar? -Para mí un agua con gas.
¿Y a ti te gustaría que volviera?
¿No te lo pasaste bien tocando conmigo?
Si en público no te gusta, repetiremos en la intimidad.
Está muy bien, te manda saludos.
Él no tiene tan buenos recuerdos del barrio
desde la paliza que le dieron aquellos indeseables.
Genial, y nos tomamos algo.
Será mañana en Alcalá,
nos han contratado para un festival que se celebra allí.
Estuvimos también en Suecia y en Finlandia.
Les chifla, hemos arrasado.
Y no son tan fríos como nos imaginamos.
Ay qué bien estar contigo, Robi,
nadie me mira como me miras tú,
con esos ojitos achinados.
Así solo te llamo yo,
y me hace sentir especial.
Los vikingos son apañados,
pero donde se ponga un chico del polígono
que te diga que estás guapa...
Será porque estoy atravesando un momento especial.
Frío, frío.
Estoy embarazada, Robi.
Probablemente no tenga importancia, pero prefiero contártelo.
Además de preguntar por su hermana,
mi hija se ha puesto a pronunciar el nombre de Sergio Mayoral.
-Hombre, Alicia, ya te vale.
Que os vais a casar,
y me tengo que enterar yo dos días después que María.
Os parecerá bonito.
Hace unos años estuvo en Nueva York unos meses
estudiando un máster en derecho,
mi hija siempre había sido un poco frágil,
inestable,
pero cuando volvió de allí, vino con una depresión muy profunda.
Al poco de llegar, se tiró por una ventana.
-Tienes un galán bebiendo los vientos por ti.
-No digas tonterías, Hugo no me tira los tejos,
y en esta comisaría hay mujeres más inteligentes y guapas que yo.
Por ejemplo tú. -¿Ah, sí?
Pues me lo acabo de cruzar y ni me ha mirado.
-¿Ah, no? Qué raro.
A ver si va a ser verdad que le gusto.
La verdad, yo preferiría salir a patrullar con ella,
y atrapar a esos tironeros que andan robando bolsos
por el polígono Este.
Creo que no debes dejarte fiar por las primeras apariencias,
detrás de esa cara tan dulce, existe una mujer aguerrida,
llena de acción. Ella y yo hacemos un gran equipo, de verdad.
Échale un ojo a esto, ¿vale?
Es una secuencia de mi guion en "El latido de la calle".
-¿Para qué quieres que la lea?
-Me gustaría que me echaras una mano con la réplica,
y pudiéramos hacer un ensayo juntos.
Si no te importa, preferiría que no me hables de Natalia.
-Yo no estoy metido en ningún asunto turbio.
Yo solo le pedí información a Jairo
sobre la empresa de seguridad que trabaja para Quintero.
-Hermano, Bika y tu hacéis muy buena pareja, tío,
entre vosotros siempre había química, y yo creo que ahí...
Supongo que la otra vez que despertó del coma, Elena le hablaría de mí
y le contaría que éramos pareja, no sería raro.
¿Qué otra podría ser?
Maite, la madre de Elena, comunica a Miralles que su hija Isabel ha vuelto a salir del coma. Olga y Quico se reconcilian, después del equívoco vivido con Pilar. La llegada del famoso actor Hugo Ferrer a la comisaría provocará más de un contratiempo.