Lunes a viernes a las 16.30 horas
¿Cenarías conmigo? Yo pongo la casa y las velas.
-¿Cuándo? -Esta noche.
La vida es breve.
-Nos hemos precipitado quedando esta noche.
-No tiene por qué ser tan malo.
Si quiere ir más despacio es que te quiere volver a ver.
-Yo no sé si quiero.
-Se nota que te gusta un montón.
-Lo del beso en la mejilla me descolocó un poco
y después no he parado de hacerme las típicas preguntas.
-¿Qué preguntas?
-Si te gusto, qué va a pasar...
-Claro que me gustas, Espe.
-¿En serio?
-Hay algo de Álvaro que debes saber. La chica con la que sale.
Es inspectora de policía.
-Tú no nos dejarás con el culo al aire igual que el viejo.
-Claro que no. ¿Eres tonto? -Pues ya sabes lo que has de hacer.
-No siento nada por ti. Esto es un error.
-Tienes vía libre con Álvaro.
-De verdad, me sabe mal.
-De eso nada, aprovecha tu oportunidad.
-Entiendo que estés cabreado.
-¿Tú qué vas a entender, Luis?
¿Cuándo te ha pasado algo así?
-No todo en la vida es trabajo. -Lo sé.
-A ver qué días traes una chica a casa.
-¡Eh, Andrea!
-Qué calladito te lo tenías.
-Acabamos de conocernos. -Se os ve muy compenetrados.
-¿Desde cuándo estáis saliendo? Eso de "amiga", no cuela.
-Es un rollo, no vamos en plan novios.
Quiero estar seguro de querer ir en serio antes de presentártela.
-Menuda tía se ha ligado. Parecía tonto.
-Eh, que es la novia de tu hermano.
No pueden hacer eso.
Nos vamos a plantar en Milán y ya hablamos allí con él.
Me he comprado un billete a Milán para esta noche.
No, quédate hasta que se resuelva lo de Alicia.
Ya que eres tan lista, dime quién es este chico.
No pienso hacerlo.
¿Te han enviado otro mensaje?
Está bien, Iker.
Hablaré con Maica. -"Voy a hacerlo, Fernando".
-¿Seguro? ¿Te lo has pensado bien?
-Sí, quiero ayudarte a salvarla.
-¿Tienes algún plan esta noche? Deja que te invite.
-Vale, vale, sí, perfecto.
-¿Nada nuevo sobre el caso de Rita?
Me aterra pensar que hay suelto un asesino de mujeres.
-Nacha, ¿tenemos que preocuparnos?
-Hemos hallado el cadáver de una mujer.
Solo te puedo adelantar que fue estrangulada.
No quiero exagerar,
pero con el violador de la máscara empezamos así.
-Para que la venganza sea completa
ha de ser él con sus propias manos quien te mate.
Ve pensando durante este rato
en tu pequeño Leo, que se quedará huérfano.
Desahógate. Será lo último que hagas en esta vida.
¡Pues yo no puedo más!
¡A Alicia le quedan cinco horas de vida y estamos sin hacer nada!
De ti me fío, pero del CNI no.
Para ellos, la prioridad es Konchalovsky,
no liberar a mi hija.
No puedo más.
¿Puedo hablar?
Oleg ha quedado con Maica para cenar,
la recogerá en su hotel.
He venido en cuanto me he enterado.
Pero ¿qué hace este aquí?
¿A qué viene? ¿No estaba preparando una infiltración?
¿Para qué lo sacamos de la cárcel? ¿Para nada?
-Será mejor que te tranquilices y no te precipites.
Es una mujer muy lista y valiente.
Confío plenamente en ella
y se ha ofrecido a hacer todo lo posible
para encontrar a Alicia.
(ACUSADOR) -Así que ese es vuestro plan.
Encargarle a un tercero que se juegue el pellejo por Alicia
porque vosotros no sois capaces de hacerlo.
-No me toques las narices, Marcelino.
Te juro que estoy haciendo todo lo que puedo
y, si esa mujer, Maica, está dispuesta a dar la cara
es porque sabe lo que siento por Alicia.
Por eso también está dispuesta a arriesgarse.
¡Te juro por Dios
que si pudiera me cambiaba por ella!
¿Quieres otra cerveza?
Esa debe de estar caliente. -Déjalo, da igual.
-¿Qué, un día duro en el taller?
-No, lo contrario: un día demasiado tranquilo.
-¿Y cuál es el problema?
-Me gustaría tener más curro para estar entretenido
y no darle vueltas al tarro.
-Si algo te preocupa y necesitas hablarlo, estoy aquí.
Puedes contar conmigo.
-Gracias, pero no me apetece mucho hablar de mí.
-Como quieras.
¿Y qué te parece la novia de Luis? Ya te habrás enterado.
-Sí, mi madre se ha encargado de contarlo delante de todos.
Ni que fuera una gran noticia.
-Bueno, pues todos contentos.
-No sé qué decirte, no la conozco.
-La verdad es que se me hace raro ver a Luis con pareja. ¿A ti no?
-No, a mí no. Ya le tocaba, ¿no?
Todo el mundo se merece ser feliz alguna vez.
-Tú te mereces ser feliz más que nadie, con o sin pareja.
Y si hace falta yo te voy a ayudar.
-¿Ah, sí? ¿Y cómo vas a hacerlo?
-Para empezar, cambiándote esta cerveza por otra.
Te pongas como te pongas.
-Ojalá fuera todo tan sencillo.
-Las cosas sencillas son las que nos hacen felices.
A veces están más cerca de lo que uno piensa.
Solo hay que saber verlas.
-Hola. -¡Anda!
-Álvaro, te presento a Andrea.
Andrea: Álvaro, mi hermano.
-Encantado. -Igualmente.
Tenía ganas de conocer al hermanito de los Soler.
Luis me ha hablado mucho de ti y muy bien.
Dice que eres muy majo y muy responsable.
-Mi hermano exagera mucho.
Yo tenía muchas ganas de conocerte también. Se lo tenía muy callado.
-¿Qué tal, Andrea? ¿Quieres tomar algo?
-No, pero si me prestas el cargador del móvil...
Me lo he dejado en el gimnasio.
-Ven, que lo tengo en el almacén.
-Te felicito, hermanito.
Es guapa y parece simpática. ¿Dónde la habías escondido?
-Un golpe de suerte. ¿Te gusta?
-Sí, pero, bueno, ya sabes:
lo importante es que le guste a mamá
y que no piense que va a dar muchos problemas.
-Tú también tendrás tu golpe de suerte. Te lo mereces.
-Pensaba que lo había tenido con Silvia, pero parece que no.
Y no tengo mucho humor para seguir buscando.
-Esas cosas no se buscan, se encuentran.
Y a veces están más cerca de lo que uno piensa.
-Ya. Es curioso,
porque Sara me ha dicho algo muy parecido.
-¿Y por qué no le haces caso? Igual tiene razón.
-Qué pelos llevaba... Parecía la bruja del cuento.
-¿Es una impresión o te veo más animada?
-Hoy he tenido una charla con Bremón.
Creo que nos hemos entendido.
-Ya era hora. ¿Cómo ha sido?
-He ido al despacho a pedirle instrucciones.
Después de la rueda de prensa,
muchos periodistas querían saber más sobre las mujeres estranguladas.
-Pues que no pararemos hasta dar con ese maldito asesino.
¿Qué más quieren saber? -Eso me pregunto yo.
Me he ofrecido a bregar con ellos y así liberarlo a él.
-¿Y ha aceptado? -Sí.
Creo que ha descubierto que soy una buena policía
y que tengo habilidades para lidiar con la prensa.
-Es que el comisario, además de ser un gran policía,
es honesto y se preocupa por el bienestar de su gente.
Ya lo irás descubriendo.
-Creo que me precipité al juzgarle. No tenía datos suficientes.
Hasta mañana. -Hasta mañana.
-Mañana a primera hora solicitaré la orden al juzgado.
Cuando lleguemos, la nave estará llena de trabajadores,
así que habrá que pedir refuerzos.
Me encargo yo, te veo mañana.
Oye, para pedir refuerzos a Miralles,
¿mejor ahora o mañana?
-Mejor ahora. Pero llámala, no la he visto en todo el día.
-Ah, por cierto.
¿Qué era el mensaje ese de "momentazo en la ferretería"?
-Puede parecer una mala noticia, pero no lo es.
-¡Explícate!
-¿Recuerdas que me quejaba de que no captaba mis señales?
-Sí.
-Pues hoy ha ocurrido todo lo contrario.
No me ha mandado una señal,
sino una pista de aterrizaje, toda iluminada.
-Ahora soy yo la que no te capta.
-He ido a la ferretería para hablar con él y comentar
lo desastrosa que fue nuestra cita
y se ha dado cuenta de que debió haber sido más directo y...
¡bum!, ha sido directo.
-¿Cómo de directo?
-Me ha dado un beso de película.
-Pero, ¿te ha gustado? ¿no?
-Ha sido torpe, incómodo, inoportuno...
Pero me ha encantado.
(RÍE) -¿Y ahora cuál es el plan?
-Si es que me he ido pitando porque he recibido una llamada.
Ojalá lo supiera. -Si no lo sabes tú...
-Lo que he aprendido de Pablo
es que nunca sabes qué le pasa por la cabeza ni por dónde saldrá.
-Pues tú no te quedas corta.
Vamos, que quizá él tampoco sepa qué pasa por tu cabeza.
Sois la pareja perfecta, vamos.
(FELIZ) -¿Verdad que sí?
-Mamá, relájate y no te preocupes.
Parece un fallo de la sonda lambda,
que no mide bien los gases de escape.
¿Me escuchas? Estoy en el Moonlight, me salgo fuera.
-¿Tenías que ponerte ese vestido? -¿Qué pasa? ¿No te gusta?
-Sí, estás muy guapa.
Pero no sé si es lo más apropiado.
-No seas carca, Luis.
-¿Tú qué haces ahí como un pasmarote?
¿No saludas o qué?
-Solo estaba mirando la buena pareja que hacéis.
Y el vestido que me llevas, porque ¡madre mía!
-¿Te gusta? -Y tanto.
¿Siempre te vistes así para el gimnasio?
-¿Algún problema? -No.
-Ya que me machaco, por lo menos, que sirva de algo.
-Di que sí. Y ya que estamos tan guapos,
¿y si nos hacemos un selfi?
-Mejor os ponéis juntos y os lo hago yo.
-Mira, no, que de esas fotos ya tenemos muchas
y aquí la novedad eres tú.
Ahí está.
Joder, no veas si habéis salido serios.
Pero la foto mola igual.
En fin, me voy, que tengo prisa. ¡Hala!
-¿Seguro que es el mejor lugar para un micrófono?
¿Y si se cae o suelta algún pitido?
Y las cámaras, ¿no las va a ver ahí?
(SUSPIRA) ¿Es necesaria tanta parafernalia?
-Todo esto es por tu seguridad, Maica.
Necesitan asegurarse de que estás bien.
Es la única forma de tener vigilado a ese hombre aquí dentro.
Yo estaré también en la habitación de al lado.
-Eso es bueno saberlo.
¿Eso qué es?
Espera, ¿quieres dejarte de tecnicismos e ir al grano?
¿Y cómo le distraigo? No se quedará de brazos cruzados mientras lo hago.
¿Fetiches sexuales también? -Maica, Maica...
La información que hay aquí es vital para ti.
Si ellos la comparten contigo
es para que sepas qué tipo de persona tienes delante.
Por lo demás no te preocupes: hay cámaras,
y vamos a estar aquí al lado, pendientes de todo lo que pase.
¿De acuerdo?
(SUSURRA) -Sí.
-Gracias, Álvaro, déjalas por ahí.
La culpa es mía. Tendría que haber hecho sitio en el almacén.
A ver si tengo un rato y me pongo a ello.
-Tranquila, sabes que me encanta echarte un cable.
Y así te devuelvo el favor.
-¿De qué favor hablas?
-Siempre estás cuando te necesito.
Me escuchas, me ofreces tu mejor sonrisa,
incluso intentas ayudarme.
Al lado de eso, cargar dos cajas no es nada.
-Pues, si tanto te gusta ayudarme,
podrías fregar el suelo o recoger las copas.
(RÍE)
-Si me lo pides así, me lo pienso.
-Otro día. Yo casi he terminado y hoy le toca currar a Juan.
-Qué pena.
¿Ahora quién me cambiará la cerveza cuando se me caliente?
-¿Te vas a quedar aquí bebiendo solo?
-No me apetece volver a casa. Estoy haciendo tiempo.
-Habéis discutido, ¿no?
-Para variar.
No debe de ser fácil convivir con tu madre y con tus dos hermanos.
Ahora, también sería raro si no discutierais.
-Visto así, tienes razón.
-Lo importante es que sois familia y estáis unidos.
-Pero pasar demasiado tiempo juntos es un poco agobiante.
Necesito espacio para oxigenarme.
-Y cargar cajas te ayuda, ¿no?
-No. Me ayuda más estar contigo.
Me tranquiliza, ¿sabes?
Es una sensación un poco rara,
es como si te conociera de toda la vida.
-Anda ya. -Te lo digo en serio.
Tienes una energía contagiosa.
Y eres muy positiva.
-Yo soy como soy, y tú vales mucho, Álvaro. No lo olvides.
-Gracias.
Después de ese piropo, te cargo las cajas que quieras.
-¿Te puedo dar un consejo?
-Claro.
Todos los que quieras.
-Para olvidar, no hace falta que te machaques cargando cajas
ni currando a tope en el taller,
ni hinchándote a cervezas.
Hay maneras mucho mejores.
-¿Ah, sí? (ASIENTE)
¿Cómo cuáles?
-Como esta...
¿Y si se guarda el móvil en la chaqueta?
¿Insinúas que tengo que acostarme con él?
-¡No, no, no! Tú y yo no hemos hablado nada de eso
y no permitiré que Maica...
Y mientras él va a lavarse, le conecto el cable en su móvil.
¿Y cuánto tiempo debe estar el móvil conectado?
Iker, ¿podéis dejarnos solos un momento?
Maica, escúchame bien.
Si algo de esto saliese mal,
yo podría perderos a las dos
y te juro que no me lo perdonaría en la vida.
-Eso es que en el fondo te importo algo.
Lo haré. Espero que así me perdones.
-Yo ya te he perdonado, cariño.
-Lo haré igualmente,
para que veas lo que siento por ti.
-Te quiero.
(ACENTO RUSO) ¿Le importaría levantar la barbilla?
Da igual.
Así todo será más natural.
Tranquila, solo estoy ensayando.
Aún falta un poco para la función.
Exactamente, 3 horas y 36 minutos.
Va a quedar muy bien.
¿No te gusta el cine? A mí me encanta.
En mi país hay un director con mi mismo apellido:
Andrei Konchalovsky.
Es uno de los más grandes.
Supo sobrevivir a la caída de la U.R.S.S.
Pues debería,
porque vas a ser la protagonista de una película muy realista,
emitida por "streaming".
Sí.
Pero conectaré la cámara diez minutos antes
para dar tiempo a tu novio para reflexionar.
Quiero que piense que aún hay esperanza,
que voy a perdonarte...
y que, después, contemple
cómo te reviento el pecho y todo se llena de sangre.
¡Va a ser puro arte!
Quiero que vea cómo tus ojos se quedan sin luz.
Y que se fije en su retina para siempre
la imagen de la mujer que no pudo salvar.
Así sabrá lo que es
fallar protegiendo a los suyos.
El único culpable es tu novio y pagará por lo que hizo.
Así, con esa mirada, fantástico.
Finges valentía, pero en el fondo estás aterrorizada,
y eso aún le da más patetismo a la escena.
Deberías haber sido actriz.
(GRUÑE)
Eso te contó, que fue un accidente.
Disparó y mató a un niño de 15 años.
Eso nunca puede ser un accidente.
Mira estas dos balas y dime qué ves.
"Izbushka, Izbushka".
Es del mito de Baba Yaga, la leyenda de la bruja eslava.
Cuando Yuri era pequeño se la contaba cada noche.
Le daba miedo,
pero yo lo hacía igualmente para hacerle más fuerte.
Su parte favorita
eran las palabras que el valiente
recita para entrar en casa de la bruja.
"Izbushka, Izbushka".
"Da la espalda al bosque y el frente hacia mí".
Con estas dos balas, le llevarás el mensaje
de que pienso en él todos los días.
Pero también serán dos balas como las que mataron a Yuri:
una en el esternón,
la otra en el pecho.
La misma muerte,
el mismo... accidente,
como tú lo llamas.
Ojo por ojo.
¿Está la mesa como le gusta a la señora? ¿Está a su gusto?
-Déjala tranquila, Fede,
que ha tenido un día lleno de emociones.
Tiene que recuperarse.
-¿Qué ha "pasao"? ¿Tiene que ver con el ferretero?
-Bueno, un poco.
-¿Cómo que "un poco"? ¿No me lo piensas contar?
¿Ya me estás escondiendo tus rollos amatorios?
O sea, que no muerdo, lo nuestro pasó en el pleistoceno.
-¿Cómo que lo vuestro...?
-¿No se lo has "contao"?
-Qué fuerte.
-Fue una cosa así veloz, absurda. Quiero decir...
Igual que cuando ves un coche de Fórmula 1, ¡zum!
Visto y no visto. -Y ya está olvidado.
-Eso, olvidado y enterrado.
Así que podrías contar algo de lo del ferretero de oro.
-Si es que no pasa nada. -Bueno, Espe, algo sí ha pasado.
-Un beso. Simplemente, ya está.
-¡Ah, que os habéis besado!
Voy a...
¡Hombre, Pablo!
Me imagino que vendrás a ver a Espe. ¡Es Pablo!
-Sí. ¿Llego en mal momento? -No, en un momento estupendo.
-¿Qué tal? -Hola, Silvia.
-Fede, ¿me ayudas a reiniciar el ordenador?
(TORPEMENTE) -Sí, el ordenador.
-Qué sorpresa, ¿no? -Sí...
-A ver... Que no sé muy bien cómo empezar.
-Ven, vamos a sentarnos.
-Verás...
yo quería hablarte de lo que ha pasado en la ferretería.
Que... yo solo quería cambiar
la sensación que habías tenido de que era una mala cita
y quizás he sido demasiado...
...impetuoso.
-A mí me ha parecido bien. Vamos, que me ha "gustao".
-No, no, si a mí también me ha gustado.
A ver, yo te tengo que ser sincero.
-¿Qué pasa?
-Espe, me gustas mucho.
Hace mucho tiempo que no siento algo así.
Yo no he tenido muchas novias.
-Bueno, creo que la conversación de los ex
deberíamos dejarla para más adelante.
-Claro, sí.
A ver, lo que te quiero decir con esto
es que yo no tengo mucha experiencia en relaciones de pareja.
-Pues es un tema que no deberías sacar
después de besar a una chica.
-Tienes razón, es que soy muy torpe.
-¡Que no, hombre!
-A ver, Espe, que me estoy desconcentrando,
que, cada vez que intento agradarte, la cago más.
Ah, y ahora te vas a reír de mí.
-Que no, hombre, que no. Por favor, no me estoy riendo.
Lo único que te quiero decir
es que solo tienes que ser tú mismo.
Y comportarte de una manera
un poco coherente, con sentido común...
Y, con eso, ya me tienes ganada.
-Es que no quiero cagarla contigo. Me gustas mucho.
-Pero no pensemos que va a salir mal la cosa.
-No, claro. Podemos pensar que todo va a ir muy bien.
-Claro.
-Y ponernos las cosas fáciles en vez de ponérnoslas difíciles...
(ASIENTE)
-Y, bueno, callarme la boca, ¿no?
Quizás he sido muy brusco.
Pero...
lo puedo hacer mucho mejor, ¿eh?
(ASIENTE) -Mucho mejor.
-Bueno, pues después de esto ya me voy.
Que, oye, mañana podemos quedar y seguir ensayando.
Todavía hay muchas cosas que perfeccionar.
-Yo creo que necesitamos mucho ensayo: mañana, pasado,
al otro... Cuando quieras. -¿Cómo?
¿Eso qué quiere decir, que estamos...?
-...saliendo.
-¡Saliendo!
Hasta mañana.
-Hasta mañana.
(FEDE) -Esperanza Beltrán, acuda a las cajas, por favor.
(RÍE) -Venga, que hay hambre.
-¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en el "pub"?
-Me he ido a dar una vuelta con Andrea.
Pero tú deberías ir a echar una mano y no solamente a beber.
Te recuerdo que somos socios.
-Mira, hermanito, hoy no es el día para echarme la bronca,
porque la has "cagao", pero bien.
-¿Qué dices, tío?
-Antes de nada, tu novia, Andrea,
¿dónde te ha dicho que trabaja?
-En el Gym Total. Es monitora.
-¿Y te has pasado por allí para comprobar eso?
-¿Por qué tendría que hacerlo?
-¿Alguna vez te ha pedido pasta?
-¿Qué insinúas, que está conmigo por la pasta?
-Mira, Luis,
no hay manera fácil de decir esto.
Tu novia es prostituta.
-¿Tú me estás vacilando?
-No. Yo sí que me he pasado por el Gym Total...
-Te voy a partir la cara, imbécil.
¿Para qué te metes donde no te llaman?
-Tranquilízate.
Solo te estoy diciendo a qué se dedica: es prostituta.
¿Me dejas que te lo explique?
La primera vez que la vi, su cara me sonaba,
pero no ha sido hasta hoy cuando he empezado a atar cabos.
Le he pasado a unos colegas la foto que nos hemos hecho.
-Para eso la querías, para enseñársela a tus coleguitas.
-Exacto. El caso es que me ha parecido recordar
dónde la había visto, pero tenía que asegurarme primero.
Y efectivamente, unos colegas la han reconocido.
Se llama Sheila, trabaja en un club de alterne,
el Butterfly 8.
-¿Vas mucho por allí o qué? -No, yo no.
Pero el Lucho y el Bala sí que van de vez en cuando
y la han reconocido. -Están equivocados.
-Luis, no están equivocados.
Me han enviado fotos...
Y es que Sheila es Andrea. Mira.
Hace unos meses me enseñaron esas fotos de una fiesta.
Por eso me sonaba su cara.
(RÍE) Y tú eres el hermanito listo. Esta vez te la han colado doblada.
Trae, te voy a enviar las fotos para que se las enseñes a tu novia.
-Tú disfrutas con esto, ¿no?
-¡Me dirás tú! Llevas toda la vida dándome la chapa, pero, ahora,
el que se la enfila eres tú.
Y recuerda darme las gracias, porque esto es un favor.
-¿Un favor? -Sí.
Te he abierto los ojos con Andrea. O, mejor dicho, con Sheila.
Ya tienes las fotos.
¡De nada!
-Ay, siento que hayamos tenido que subir,
pero es que no puedo más con los tacones.
No los llevo ni quince minutos y ya tengo los pies machacados.
-Es un privilegio subir a tu habitación.
-¿Te apetece un vino?
¿Podrías servir dos copas?
Me gustaría compensarte por ser tan caballeroso conmigo.
-La Flor de Hita,
es uno de mis vinos favoritos.
Pero es muy exclusivo. -¿Lo conoces?
No solo eso, llevo meses intentando conseguir una caja sin éxito.
-La añada fue excelente y casi no les quedan botellas.
-Aun así, tú tienes una.
La Flor de Hita son selectivos con las personas
a quienes venden sus productos.
-Les gusta el arte y yo sé qué ofrecerles.
-¿En serio?
¿Y qué le has ofrecido?
¡Vamos, no te hagas la interesante!
-No puedo.
Mis clientes me piden máxima discreción y yo lo cumplo.
-Perdona si te he puesto en un compromiso.
Por ti, Maica: por tu belleza, elegancia y profesionalidad.
(MAICA SE QUEJA)
-¿Me permites?
Los pies son mi especialidad.
-Ah, claro.
(TENSA) Qué bien.
¿No tienes calor con esa chaqueta?
-Tienes unos pies preciosos y delicados.
"No deberías castigarlos tanto".
-¡Como siga tocándola así, no respondo!
¿Hace calor o es cosa mía?
-Sí, hace calor, sí.
-No sé, es que me sobra ropa.
-Gracias por el masaje, ha estado muy bien.
¿Qué tal si volvemos al vino para celebrarlo?
Por tus manos, que son toda una obra de arte.
-Me han dicho más de una vez,
pero en otras circunstancias.
(GIME) -¡Ay, perdóname!
-Bien, ahí está.
Ahora se tiene que ir al baño.
-Te he arruinado la camisa, disculpa.
-Tranquila.
Lo peor es despreciar un vino tan excepcional.
-No... Espera, es que creo que tengo un quitamanchas.
Lo llevo siempre. Una vez me manché antes de una subasta
y esto me lo dejó como nuevo.
Aquí... Mira, aquí está. Aquí está.
Te la limpio yo si quieres.
-No, gracias. Yo me encargo.
¡Oleg ha terminado, la pillará!
¿Qué haces?
-¿Eh? Traerte la chaqueta.
Te recuerdo que tenemos una mesa esperándonos y vamos a llegar tarde.
¿Has podido limpiar la camisa? -Eso parece.
-Muy bien, pues vamos.
-Espera.
Se me ocurre algo mejor que ir a cenar.
(MAICA) -"¿No tienes hambre?"
-"La cocina rusa
la tengo muy vista.
Prefiero disfrutar de otros placeres.
"¿De verdad quieres perder el tiempo en un restaurante?"
No te conviene castigar esos pies bonitos que tienes.
-No creo que sea perder el tiempo.
-Lo mejor sería no salir de la habitación.
-Yo la verdad es que tengo un poquito de hambre
y me apetecía probar el restaurante que has elegido.
-¿Sabes qué pasa?
Ahora, cuando he visto tu habitación,
he masajeado tus pies...
lo de la cena ha perdido el interés.
-No, por favor.
-El vino, el masaje...
Se me ha despertado otro tipo de... apetito.
-¡Por favor! ¡Quita! ¡Quita!
(OLEG RÍE BRUTALMENTE)
(MAICA GRITA)
-¡Tengo que sacarla de ahí!
¡No me pienso quedar quieto
mientras ese cabronazo intenta violarla!
¡Ve a por Alicia, yo me encargo de esto!
(OLEG) "Me gusta este juego.
Al principio,
tú muestras sexy, elegante, sugerente...
Y después tú muestras tu carácter.
(ENTRE RESUELLOS) -Y tú quieres parecer un caballero,
¡pero no eres más que un cerdo!
(MAICA RESPIRA ENTRECORTADAMENTE)
No me hagas daño, por favor.
-Quítate la ropa.
¡Quítate la ropa!
(MAICA SOLLOZA)
-Estoy empezando a cansarme.
(MAICA LLORA)
Muy bien... Me gusta.
Seguro que eres como ese vino.
Con la dosis justa de acidez y dulzura.
(MAICA LLORA)
(KONCHALOVSKY) "Buenas noches, Iker Lemos.
En breves minutos, mi venganza teñirá de sangre este lugar.
La ley del talión,
el ojo por ojo,
no reparará nunca el daño que hiciste.
Ese sufrimiento me lo llevaré siempre conmigo.
Me quitaste lo que más quería,
ahora yo arruinaré tu vida".
(SOLLOZA)
(SOLLOZA)
(LLORA)
(MAICA) Por favor...
(SOLLOZA)
(MAICA GRITA)
(LLORA)
-Tranquila, ven aquí. Ven aquí, cariño.
Ya está. Ya, ya, ya.
Espera un momento.
(MAICA GIME Y SOLLOZA)
(LA TRANQUILIZA)
-Ya pasó, ya pasó.
-Sé lo que estás pensando,
que esto es injusto.
¿Por qué debes morir tú, que no tienes nada que ver con Yuri?
Pero te pareces mucho a él.
Más de lo que crees.
Tú también eres joven,
inteligente,
comprometida con lo que crees.
Tus compañeros te respetan...
Tienes talento
y mucho potencial.
Una persona capaz de mancharse las manos por sus seres queridos.
También tienes buen corazón
y eres inocente.
Morirás siendo parte de una guerra que no entiendes,
como Yuri.
Te digo esto porque...
quiero que tu muerte sirva para mandarle
un mensaje a mi hijo allá arriba.
Y ahora...
"Izbushka, Izbushka", Alicia.
Da la espalda al bosque
y el frente hacia mí.
Creo que esta relación será diferente a todas las demás.
Como que lo tengo muy claro.
-Tampoco te ilusiones tanto.
Igual estáis yendo un poquito rápido.
Lo digo por ti, por si sale mal.
-No sé por qué dices eso.
-Creo que te estás precipitando.
-El aeropuerto es muy frío para una despedida.
Prefiero dejarlo para el reencuentro.
-¿Se supone que para nosotros habrá un reencuentro?
-Si tú quieres.
-Claro que quiero, cariño. Es lo que más deseo en el mundo.
Bueno, en realidad lo que más deseo es que te quedes aquí en Madrid.
Bueno, ¿y qué tal llevas el día?
-No me puedo quejar.
-¡Espera!
-¿Qué pasa? ¿Te da corte aquí o qué?
-No, no es eso.
-¿Entonces?
-Sara, ayer lo pasamos genial:
nos enrollamos, lo pasamos bien y ya está.
-¿Sabes lo que tienes que hacer?
Dejarte de esta tontería de salir a correr
y cantarle las cuarenta a Sheila.
Déjale claro que de un Soler no se ríe ni Dios.
-Antes tendré que comprobar si lo que dices es cierto.
-¿Qué pasa, que no me crees?
-No puedo llamarla y acusarla de buenas a primeras.
-Aquí tienes lo acordado.
Van 50 euros más por ser el último pago.
-¿Cómo que el último?
Me dijiste que si todo iba bien estaría cobrando meses.
-Pero mi hermano te reconoció del club ese, el Butterfly 8.
Sabe quién eres, Sheila.
-No quiero que lo sepa nadie, así que guárdame el secreto.
-Tranquilo. Tu secreto está a salvo conmigo.
-¿Ricardo Campos Soler? -Sí. ¿Lo conoces?
-Sí, es uno de los socios del Moonlight.
Él y su hermano. Les interrogué por el caso de Rubén Gimeno,
el tipo de los fármacos adulterados.
-Teniendo en cuenta lo que sabemos,
es normal que sea así, es que viene de familia.
-¿Qué está pasando? ¿Hay algo que no te atreves a decir?
-Que, aunque lo nuestro no haya salido bien,
por lo menos nos podamos tratar con normalidad.
-Mírame a los ojos y respóndeme a una pregunta.
¿Estás pasando de mí porque soy policía?
Un tal Alberto Posada, estranguló a una mujer hace ocho años.
El juez decretó su ingreso en un centro psiquiátrico.
He pedido la sentencia y la evaluación psiquiátrica.
Lo sé es que el "modus operandi" es el mismo:
ni huellas, ni restos biológicos.
-¿Cuánto hace que salió del internamiento?
-Agárrese: dos meses. Ahora vive en Distrito Sur.
El tiempo se acaba. A Alicia solo le quedan cuatro horas de vida y el éxito del operativo de rescate depende de Maica. Ricky descubre que Andrea tiene mucho que ocultar. Tras su ruptura con Silvia, Álvaro encuentra consuelo en Sara. Espe y Pablo deciden salir juntos.
El administrador de la página ha decidido no mostrar los comentarios de este contenido en cumplimiento de las Normas de participación