Domingo a las 20.30 horas
“Llega el atardecer, encendemos los focos y se acabó; se acabó. Estamos viviendo un infierno”. Quien así habla es Miguel, responsable del CD Guadalmar, el equipo de fútbol que lleva el nombre de este barrio acomodado de Málaga, situado a orillas del río Guadalhorce. Y precisamente del río es de donde se sospecha que surgen las plagas de mosquitos que están sufriendo desde hace dos años. Las fotografías no dejan lugar a dudas. Caras y piernas llenas de ronchas por las picaduras. Los vecinos, hartos de que no se solucione, han montado hasta una plataforma antimosquitos: “Estoy harta de poner repelente a mis hijas cada mañana para llevarlas al cole. Y además para nada, porque los niños vienen acribillados y hay días que no pueden ni salir al recreo”, se lamenta Maite, madre y miembro de la plataforma.
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