Dirigido por: Julián del Olmo
El rastro de Dios, que el programa va siguiendo, le lleva a descubrir la infinidad de campos en los que la Iglesia está comprometida: pobreza, enfermedad, ancianidad, cultura, arte, vida contemplativa, minusvalías, juventud, campos de refugiados, niños de la calle, Sin Techo y Sin Tierra, mutilados de las minas antipersona, grandes catástrofes humanas, naturales o provocadas, etc.
Pretendemos hacer una comunicación que muestre el rostro de una Iglesia samaritana y provoque en la audiencia comunión, solidaridad y compromiso con los más desvalidos de nuestra sociedad y de nuestro mundo.
Nos aplicamos las palabras de Juan Pablo II: "Cada día, los medios de comunicación social llegan a nuestros ojos y a nuestro corazón, haciéndonos comprender las llamadas angustiosas y urgentes de millones de hermanos menos afortunados, perjudicados por algún desastre, natural o de origen humano; son hermanos nuestros que están hambrientos, heridos en su cuerpo o en su espíritu, enfermos, desposeidos, refugiados, marginados, desprovistos de toda ayuda; ellos levantan los brazos hacia nosotros, cristanos que queremos vivir el Evangelio y el grande y único testimonio del amor". (Juan Pablo II. Cuaresma de l986).
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Escriba al programa Pueblo de Dios: pueblodedios@rtve.es
Yo he sido muy feliz y, además, me he sentido muy a gusto
haciendo todos los líos en los que me he metido.
Yo pienso que lo interesante de la vida
es atreverse a resolver problemas,
pero no tratar de evitarlos.
El rostro de Dios que yo he descubierto
estando con los africanos aquí,
es el de un padre que ama siempre,
que nunca te pide que se te ocurran...
Yo comento a veces a los chicos en las salas de clase:
"Cuando tienes la idea de que has hecho algo mal,
que has pecado o llámalo como quieras, ¿qué hay que hacer?"
Y todos responden siempre: "Pedir perdón".
Yo digo: "Eso no le interesa a nadie. Dios no quiere que pidas perdón.
Quiere que empieces a hacer bien las cosas.
Dios lo que quiere es que cambies, que mejores.
La prevalencia del VIH sida es aún elevada.
En el marco de la transmisión madre-hijo
es donde realmente el Estado está invirtiendo.
En las consultas prenatales,
hacemos sistemáticamente la prueba a todas las mujeres que vienen.
Si están infectadas, les orientamos
y después les damos el tratamiento.
Incluso el niño que va a nacer
lo hará en una estructura sanitaria que esté bien.
Y tras el parto,
el niño estará las primeras 24-48 horas bajo cuidados
para evitar la transmisión madre e hijo.
Todo esto lo hacemos aquí, en el centro de salud.
La ayuda de España llega realmente en un buen momento
para la población de Koumra.
Sobre todo, para este centro de salud.
Antes el centro de salud
era gestionado por un organismo de la iglesia de Chad.
Desde diciembre de 2011,
esta institución se retiró por falta de financiación.
Desde entonces,
el ambulatorio solo cuenta con sus propios recursos.
Sin el apoyo actual de España,
el centro de salud no podría salir adelante.
Así pues, vuestra ayuda es de una importancia capital
para la población de Koumra.
No solamente para la población del barrio que cubre este centro,
sino para toda la gente de la ciudad que viene aquí a consultas.
Es, por tanto, un apoyo
que llega realmente a las necesidades de la población.
-Para nosotros ha sido fundamental la presencia de SED.
Realmente, ayuda mucho tener unos esquemas de ayuda,
de presentación, de búsqueda de medios.
La ayuda ha sido, realmente, importante.
Y los medios económicos fundamentales.
Si no, estaríamos todavía empezando.
Desde 2006, el colegio ha servido verdaderamente a todos.
A pobres y a ricos.
Para nosotros, los hermanos maristas,
la educación que damos a los menores es lo más importante.
Y los padres y madres valoran el seguimiento educativo
que les damos a sus hijos e hijas,
traducido en una buena educación y un buen servicio.
El colegio marista en Chad está abierto a todas las personas,
sin distinción de credo.
Así pues, hay musulmanes, cristianos católicos
y cristianos protestantes que están aquí.
Está abierto a todo el mundo
y todo el mundo recibe la misma educación.
No hacemos distinción en nuestro colegio.
Desde la creación de la escuela,
no ha habido problemas en relación a la religión.
Hay una cohabitación pacífica en la escuela, no hay distinción.
Incluso aquí en la escuela aconsejamos a los jóvenes
no considerar a los demás como musulmanes o cristianos,
sino que todos somos hermanos y hermanas aquí
y tenemos un solo Dios, no hay diferencia ni distinción.
La primera dificultad es el tema alimentario.
Muchos no comen nada en sus casas antes de venir al colegio.
Por lo que, a veces, vienen y están cansados, estresados,
o no tienen ganas de venir.
Sin embargo, vienen porque tienen ganas de aprender.
Esta sería la primera dificultad.
La otra dificultad es el clima social.
A veces, los menores no tienen ningún tipo de seguimiento,
lo que perturba sus motivaciones por aprender.
Koumra cambió mucho.
No digo que por nosotros, pero ha cambiado mucho,
y los maristas hemos ayudado bastante.
Yo he mantenido,
no hace más de siete u ocho años, terribles discusiones
con las señoras que, más o menos,
tenían influencia en los barrios y demás,
por ejemplo, para decir que las chicas tienen que ir a la escuela.
No podemos tener madres que no saben leer.
Los chicos crecen al lado de su madre.
Necesitamos chicas que hayan estado en la escuela.
"¿Para qué tiene que ir la chica a la escuela?"
"Tener hijos y aprender la cocina".
Pero te lo decía gente que parecía seria y formal.
Te quedabas escuchándoles diciendo: "¿De qué vais?"
Y hemos logrado que, en este momento,
la tasa de presencia femenina en la escuela
sea incluso superior que la masculina.
Normalmente, hacemos trabajos en relación a este tema,
la no escolarización de las niñas.
En Moundou no he encontrado niñas que no hayan estado en el colegio.
En Sarh había muchas.
Yo sé que muchos padres creen que el espacio de una niña es la cocina.
Pero una niña puede hacer lo mismo que un niño.
Hoy en día vemos mujeres ministras, mujeres que trabajan en empresas,
incluso, en puestos por encima de los hombres.
Quiero decir que las niñas
tienen el mismo derecho a la educación que los niños.
Pero, en muchos casos, esto no es así por la mentalidad de los padres.
A veces, también influye la pobreza.
La causa principal es la pobreza y la ignorancia de los padres.
Porque, cuando no hay dinero para matricular a una niña en el colegio,
no hay elección.
Ya soy una privilegiada por tener esta ayuda.
Gracias a ella me he podido inscribir aquí.
Hay muchos que, si recibieran una ayuda,
también podrían ir a la escuela.
Pero, como no la tienen, están en la calle.
(HABLA EN FRANCÉS)
"Estamos comprometidos hasta la médula.
Implicándose en la vida misma.
Aquí tenemos un recuerdo alegre e, incluso, motivador,
los que han entregado la vida en el Chad.
Hermanos que fueron socios primeros, como el hermano Pedro Huidobro,
el hermano Lorenzo, que han dejado su vida
y están enterrados aquí.
Han dejado la vida por África, por los africanos,
porque fue el sentido de su propia vida.
Sus vidas no hubieran tenido sentido si no fuera por esa cercanía
y esa entrega a África. SED está en la misma línea".
Queremos, no inundar de dólares y de euros,
queremos inundar de vida cada pueblo, cada comunidad de aquí, del Chad.
Y para eso necesitamos la ayuda de todos aquellos que son generosos,
los voluntarios que están a nuestro lado,
las personas que nos ayudan.
Esa experiencia marcó un antes y un después en mi vida
y fue mi primer contacto con Chad, y del cual guardo
un recuerdo muy bonito.
Fue una experiencia muy intensa, muy de emociones,
de sentimientos, de presencia.
"Y aparte del trabajo que hicimos,
sobre todo, lo que creo que es importante
es el hecho de poder tener la experiencia
de durante, en este caso, un mes estar en contacto permanente
con la cultura local, y de dejarte empapar
por todo el contexto y por toda la cultura africana,
la cosmovisión, para entender dónde trabajamos,
con quién trabajamos, cuál es el contexto,
las características y demás.
Te queda, sobre todo, las personas. Te quedan las personas.
El nombre de esas personas con las que empatizas,
con las que compartes.
Es el hecho de compartir
y de ver que hay más semejanzas que diferencias".
Merece la pena y, sobre todo, a nivel interior creces muchísimo
y te permite tener un pensamiento bastante más abierto
de lo que sucede en el mundo y de las realidades
y de por qué estamos como estamos.
"Los discapacitados y los enfermos son abandonados
por algunos familiares y amistades
porque piensan que alguien con discapacidad
no es útil para la sociedad.
La persona infectada por el VIH tampoco está considerada".
Y cuando estas personas enfermas o con discapacidad
se encuentran delante de la máquina de coser,
que es eléctrica y no todo el mundo conoce,
y sobre la que todo el mundo pregunta dónde la hemos conseguido,
estas personas mejoran su autoestima.
"Piensan que tienen algo que ofrecer a la sociedad
y se sienten con ánimo para afrontar la vida".
Yo pienso mucho en los estudios de mi hija,
en su futuro, en encontrar una casa mejor
y en que el taller de costura funcione bien,
para así poder continuar trabajando.
(CANTA EN OTRO IDIOMA)
(CANTA EN OTRO IDIOMA)
"Algunos poblados no tienen medios.
El salario medio de un africano es menos de un dólar por día,
y los pozos que financia SED cuestan miles de euros.
Obtener esas cantidades en los poblados
y poder realizar pozos es algo imposible o casi imposible".
Por eso yo cree una organización que lucha
para que las personas de los poblados puedan tener acceso al agua potable
y así luchar contra las enfermedades hídricas.
Ese es el objetivo.
El pozo es bueno para nosotras, porque gracias al pozo,
tenemos agua para beber.
Podemos preparar la comida, el ganado bebe,
son muchas cosas.
Sigue siendo el sonido de los tambores una llamada.
Sigue siendo un grito "vamos a compartir,
estamos en la misma historia, hay que hacer el camino juntos".
Esa es la llamada de los tambores hoy.
Así empezó la historia de SED en el Chad.
Unos protagonistas, los hermanos que fueron fundadores
hace 25 años de SED,
que escuchando esa llamada, se vinieron.
Trasladaron aquí su espíritu,
su espíritu misionero, su espíritu solidario
y generaron aquí una vida que hasta nuestros días
está creciendo, está aumentando y potenciándose.
Es el grito de África, un grito de "vamos a caminar juntos,
aún contamos con vosotros".
En Koumra, al sur del Chad, hay una misión marista. Con la ayuda de la ong SED, han puesto en marcha una escuela de secundaria, un centro cultural, varios proyectos de atención a mujeres enfermas de SIDA y discapacitadas y construido 14 pozos de agua en poblados del entorno.
En Koumra, al sur del Chad, hay una misión marista. Con la ayuda de la ong SED, han puesto en marcha una escuela de secundaria, un centro cultural, varios proyectos de atención a mujeres enfermas de SIDA y discapacitadas y construido 14 pozos de agua en poblados del entorno.