Música, baile, naturaleza y literatura, museos...Desde Hemingway a Antonio Gades, pasando por el Guggenheim o el Palau de les Arts de València. Aquí podrás disfrutar de los mejores documentales.
Aquí está la llave de su habitación,
es la 216.
En algunos lugares de Europa existen focos de civilización
casi paleolítica.
En España, a cien kilómetros de Salamanca, hogar de alta cultura,
se encuentras Las Hurdes
aisladas del mundo por montañas de difícil acceso
cubiertas de tupidos matorrales de brezo y jara.
Canta en inglés
Hola buenas, ¿qué hace por aquí?
Pues aquí estoy en la casa de un amigo.
Bonito sitio.
¿Y esa música de dónde sale?
Pues es blues, es un poco la música de los esclavos
¿Y no podría hacer una música de aquí de la tierra
para los que trabajamos aquí para que la entendamos todos?
Pues sí, fíjese justo estaba pensando en eso viendo el documental de Buñuel
Huy Buñuel, menudo lío.
Aquí la gente habla mucho de Buñuel
En menudo lío se va a meter usted. -¿Por qué?
Pregunte a la gente, pregúntele.
Antes de llegar a Las Hurdes, debemos pasar por La Alberca
antigua villa de carácter casi feudal
Todos los habitantes de Las Hurdes eran tributarios de este pueblo.
La película se gestó en un momento crítico dela historia de España
ya cuando esas dos visiones antagónicas de España
en las que se pueden dar sobre un mismo asunto,
desde las derecha o desde las izquierda
acaban en un conflicto que solamente presagiaba
lo que la guerra civil que, lamentablemente fue lo que ocurrió.
Si pudiéramos transportarnos a un bar de entonces,
donde la gente pudiera hablar con naturalidad y con libertad
la gente estaría hablando de dos cosas
desde la llegada a Alemania como canciller de Adolfo Hitler
y lo otro de Casas Viejas.
Esas eran las dos noticias que ocuparon fundamentalmente ese año.
Cuando Buñuel concibe el proyecto en el año 1932,
hay dos coordenadas que le condicionan totalmente:
Una en París, él acaba de abandonar el partido, el grupo surrealista
y ha ingresado en el Partido Comunista.
Aquí en España, obviamente es la proclamación de la Segunda República
y una de cuyas cuestiones fundamentales es, justamente,
la cuestión agraria.
Crea una ceremonia que tiene todos los niveles que a él le interesa,
que es cuando los solteros tiran de los cuellos de los gallos
para degollarlos
que es una ceremonia sangrienta
y a continuación comparten el vino y unas obleas
que tiene algo de eucaristía
y por lo tanto es algo irracional.
Esa parte irracional es la que manifiesta, quizá más,
el Buñuel surrealista.
Recuerda en cierto modo esta escena tan impresionante
que a menudo se ha censurado , de los gallos,
el ojo cortado de "Un perro andaluz"
En su momento, en el año 32 exactamente,
se produce una división dentro del seno del surrealismo
entre aquellos que pensaban que tenía que tener
una actitud social, política, ética más comprometida
muchos de los cuales, muchos de cuyos componentes
se encaminan hacia el Partido Comunista
y otros que creían que el surrealismo se debía mantener
en una dimensión puramente estética y provocativa.
Buñuel es del primer grupo y por tanto no es raro
que él quisiera intervenir sobre esa realidad de España
y sobre esa situación general del país.
Creo que desde los cinco o seis años ya iba con las cabras
y me gustan, me gustan las cabras.
A pesar de que me hacen rabiar muchas veces, pero me gustan las cabras.
Sí me hacen rabiar.
Había veces que me las comería vivas.
Y, no pudiste estudiar, ¿no?
Estudiar es que había un profesor que pegaba mucho
y daba miedo ir a la escuela.
La primera vez que salí a un encerado a hacer una cuenta
me dio tantas hostias que me puso las orejas y los ojos negros
y le cogí miedo.
Y pues no, no aprendí mucho.
Cuéntame, que me ha dicho un pajarito que te gustaba escribir
Sí, me gustaba escribir no cosas mías
cosas que oía, versos que oía y lo escribía en las peñas
ponía un verso, mi nombre, si lo pones en una peña lo ves
Una vez escribí un verso que me gustaba mucho
y debajo puso otro, burro, eso no se escribe con b se escribe con uve
o al contrario
y me dio mucha vergüenza, mucha pena
y cada vez que paso por allí me da mucha pena
y digo, voy a intentar que a mi hija no le digan burro como a mí
y mi hija tiene mejor educación que yo
tiene ya dos carreras y va por la tercera
estoy orgulloso de ella, porque ya que yo no sé
Yo tengo un recuerdo de que me pegaron mucho y no aprendí nada.
Pero no he vuelto a escribir más en las peñas.
Para que se rían otra vez de mí, no.
¿Te acuerdas del verso? -Sí.
¿Te lo digo? -Por favor.
Pues mira, lo oí una vez y me recuerda a mí, porque
yo tengo una cosa parecida, como si fuera dedicado a mí.
Dice: "de qué le sirva al pastor tener la mujer bonita,
si de día no la ve y de noche se la quitan"
Cosas de esas escribía yo.
He aquí el laberinto de montañas en que se meten diseminadas
las 52 aldeas que forman Las Hurdes con sus 8000 habitantes.
Buenos días.
¿Qué tal Adriana?
Bienvenida.
¿Es la primera vez
que vienes por aquí?
Bienvenida al paraíso de Las Batuecas.
El hermano Joaquín se había identificado tanto con este lugar,
que él prefirió salirse de la orden.
No sé en qué línea, pero somos familia.
Y ahora yo entiendo al hermano Joaquín.
Cuando uno llega amar tanto un espacio como este
por encima incluso del amor que puede tener a la pertenencia
de una orden religiosa.
El hermano Joaquín lo sintió así, yo le entiendo.
Probablemente se mezclaba un poco todo
porque al fin y al cabo somos seres humanos
con elementos espirituales y materiales.
Me imagino que sí.
Sí, sí, quiso comprarlo.
Vio un lugar como este y se enamoró completamente de él.
Al ver que estaba abandonado,
creo que un monasterio abandonado tiene algo atractivo siempre.
Y en algún momento se ve que Buñuel miró esto y dijo
este es el lugar para mí e intentó conseguirlo.
Pero no pudo al final.
No estoy seguro, probablemente él no llegó a saber
por qué no pudo conseguirlo.
En su autobiografía él habla de las circunstancias prebélicas
porque él intentó comprarlo antes de la guerra civil española
hizo sus intentos, sus gestiones en Salamanca
y la razón que da es eso
que la situación prebélica no permitió que lo comprara.
Pero, curiosamente en febrero del 36 lo compran las monjas nuestras,
las madres carmelitas descalzas,
entonces yo me pregunto, ¿por qué el no pudo y ellas sí?
Ahí hubo algo que él no supo,
probablemente.
El obispo de Coria se enteró de que Buñuel lo iba a comprar
y el obispo de Coria no podía permitir que un hombre como Buñuel
imagínate, en una época como aquella él era ateo, comunista,
la Iglesia lo veía como el enemigo.
Yo creo también eso que dices,
pero lo interesante de ese documental es que intenta presentar la realidad
y el hecho de que él diera a luz un mundo oculto
pienso que le honra.
¿Cómo era vuestra vida cuando erais niños?
Era dura, porque desde pequeños teníamos que trabajar para comer.
¿Y a qué edad empezasteis a trabajar?
Antes de tiempo porque obligaba la necesidad.
Muy jóvenes. -Yo, con nueve años.
Con las cabras al campo, al monte.
Con mi madre a preparar plantas para el huerto,
y así fui aprendiendo todo lo que sé. -Claro.
Tío Manuel, cuéntame, ¿al colegio? -No había.
No había puente para pasar el río
hasta que no aflojaba el río no se podía buscar qué comer ni nada
¿Y carretera? -Carreteras tampoco, ni bicis ni nada
Y el médico usaba una mula para ir a los pueblos por una vereda
los bajaban en unas andas a los muertos para enterrarlos
los arriaban con una sábana en unas andas de palo
lo cargaban entre cuatro y los bajaban a enterrar.
Contadme cómo era vuestra casa.
La casa era unas de tierra y otras que era más curioso el piso
le ponían lanchas.
lanchas de piedra que se sacaban pizarras de los canchales
y el tejado también.
y las paredes, pues de piedra con barro
y muchas veces yo mismo estuve viviendo en una
que había estado allí el ganado y estaba llena de agujeros la pared.
Creo que son múltiples las razones.
Por un lado está un lado de surrealismo
que encuentra en la propia realidad las cosas más extraordinarias.
Cómo llegó allí, con qué testimonios cuál era su bagaje,
cuál era su equipaje estético para llegar allí en aquel momento.
Desde luego, con el ensayo de Geografía Humana de Mauricio Legendre
debió conocer también los trabajos de grandes fotógrafos de la época
como Venancio Gombau que en 1909 hizo el primer reportaje de Las Hurdes
después siguió Campúa en 1922
y Armando Pou en la parte cinematográfica
con el viaje de Alfonso XIII
y por último Agustín Pazos.
¿A qué edad te vas tú a Barcelona?
Yo me fui con 16.
Bueno, me llevaron.
Mete cuatro trapos en una bolsa y vámonos.
Yo sin saber dónde iba, ¿eh?
Yo creía que era para ir una temporadita y para casa otra vez
Complicados momentos.
El primer año bastantes lágrimas, muchas.
Y ahora que tenemos los móviles y los whatsapp y tal
que la comunicación es muy fácil.
No había ni teléfono en Ovejuela, por carta.
¡Por carta! -Todo por carta.
Y yo escribía, pero para que me contestaran,
a ver quién me contestaba, mis padres no sabían leer,
mi hermano Tino tenía que contestar, claro,
pero ahora lo hago, mañana, pasado mañana y no se hacía nunca.
El 25 de julio del 72 vuelvo otra vez.
Bueno, ahí llorábamos todos.
Llorabais de alegría. Claro.
Mi madre decía que le daban ganas de ponerse de luto
solo porque yo me había ido a Barcelona y no me veía
porque se creía que me había pasado algo.
Pero, te tienes que volver a marchar después.
Yo me casé, tengo dos hijos allí y los nietos
y a mis hijos les inculco todo lo que puedo Las Hurdes.
Para ti que has tenido la visión de tu tierra, de tu casa
desde la distancia, que es muy doloroso en sí
¿Qué es para ti Las Hurdes?
El sitio donde nací
y el sitio donde me gustaría morir.
Había mucha gente.
y ahora vienen ustedes por aquí.
Claro.
Pues a ver si ganabas para comer y para tener algo
La alegría de dios es muy grande.
Yo me ponía alrededor de la mesa
si alcanzaba la perola para todos pues yo encantada
si faltaba, yo de pie sirviéndolos a todos
entonces la vida era muy mala.
Para tener un cacho de pan la gente unos se iban a pedir a los pueblos
para La Castilla que estaban un poco más adelantados en el campo
y mis hijos han sido muy buenos, buenos, buenos.
No, entonces empezaba la gente.
Ahora las he puesto yo antes se trabajaban los corchos
el enjambre es como el demonio que tiene la reina
si falta la reina pues ya no pueden trabajar en el corcho
no puede aumentar, no puede haber otro enjambre
¿Cómo fue cuando naciste?
Cómo iba a nacer, pues como todos o usted, ¿verdad?
Más bien lo mismo.
Poco más o menos.
Cuéntame cómo fue.
Nada más nacer me trajeron aquí a Plasencia
mi madre es de aquí,
a buscar hospicianos y tuve la suerte de que me cogió ella
Que bien.
y me trajo mi madre y muy bien.
¿Y muy chiquitita? Pues nada más nacer,
no te digo que se me cortó eso en el camino
el ombliguillo que llamamos.
¿Y cuando llegaste ya había un hermano? -¿A dónde?
Cuando te trajeron.
Cuando me trajeron tenía un hermano. Otro hospiciano.
Pero tenía más tiempo, tendría unos tres años.
Y luego tenía otra hermana del matrimonio.
¿Y había muchos pilos?
Sí, sí había bastantes, sí.
Aquí había matrimonios que a lo mejor traían dos y hasta tres,
porque como pagaban pues claro, tenían a los hospicianos allí
y lo que querían era que los cogieran del hospicio.
Estoy enamorado de tus ojos.
¿Quien? -Yo ¿Tú?
Tú eres el que tiene que hablarme a mí ahora algo.
Es que yo he venido a escuchar.
Qué maja.
Un día vimos a un grupo de gente frente a una casa
un niño acababa de morir.
La madre.
Sí, andando, maja.
Desde aquí a Ciudad Rodrigo, andando íbamos.
Cuando estaba cansada nos sentábamos a descansar
y luego a andar otra vez.
Yo, con mi madre siempre.
Siempre me llevaba con ella.
No, yo soy de las del medio.
Empezó a dolerle la cabeza y nosotros habíamos ido a Ciudad Rodrigo
adonde iban los amos a buscar la gente para trabajar
y llegaba uno que se llamaba Antonio a vender carbón
y me dice ¿estás aquí Herminia?
Pues estate ahí que Emilín se te ha muerto
y empezó mi madre a llorar y yo llorando
por ahí para acá descalcita, bueno, calzado tenía, pero
tanto andábamos que se rompía el calzado por abajo
y llorando y cuando llegamos ahí arriba
al pico de arriba a la sierra,
vimos que venía la gente del entierro.
Y dice mi madre, mira hija, ya vienen de enterrar a Emilín
ya no llegamos al entierro.
Y así fue, nos tuvimos que venir sin ganas de hacer nada.
Un hombrito que el Señor lo tenga en el cielo descansando.
Tu padre fue un médico muy querido aquí en Las Hurdes
¿Cómo era la situación sanitaria que se encontró cuando llegó en los 50?
En aquellos años era una situación un poco problemática
el aspecto de ciertas enfermedades
en primer lugar enfermedades infecciosas,
tenían algún caso, parece ser, de paludismo,
se veían muchos cuadros de infección respiratoria,
infecciones digestivas, sobre todo gastroenteritis en niños, en verano,
hay que darse cuenta que no había aguas
entonces no disponíamos de aguas cloradas,
entonces claro, el tema de gastroenteritis en verano
se dieron casos de fallecer algún niño en esa época.
Porque incluso le tenían mucho miedo al dar el agua
yo recuerdo ponerle a mi padre en una consulta
lo primero que iba un niño, un vaso de agua
y se tiraban al agua porque iban deshidratados.
Era una situación dura en aquella época.
En primer lugar porque aparte del tema médico, de asistencia médica
el sistema de locomoción, no tenías tampoco carreteras,
había muchas veces pistas forestales, carreteras de tierra
y solamente el comunicarte con el paciente no era fácil.
Yo veía a mi padre salir por la mañana y no regresar hasta mediodía
Claro, mandarlo a un hospital era casi imposible, no había
no había medios.
Cuéntame cómo era la escuela de principios del XX.
Era dramático.
Entonces había muy pocas escuelas
y las pocas que había estaban regentadas no por maestros oficiales
ni con carrera, sino que eran gente que tenían algo se saber
que sabían un poquito,
y en su casa,
porque en la mayoría de los pueblos de Las Hurdes no había escuelas,
en sus casas o en un local un poquito adecentado se ponían a dar clase
por poquito, por unas pesetas, y muchas veces por alimento.
Que la gente les llevara alimento para comer.
Y, por ejemplo, el estado de los alumnos cuando llegaban
era un poco complicado, quiero decir, estado tanto de salud como de aseo
Primero, a clase iban muy poco.
Para que te hagas una idea en un pueblo, por ejemplo, Aceitunilla,
de 80 alumnos que tenía Aceitunilla censados,
solamente estaban matriculados 40.
La asistencia media era de 8 alumnos
y dirías tú, ¿por qué no iba la gente a la escuela en ese momento?
Pues muy sencillo, la preocupación de la gente entonces no era
la educación y la escolarización, era la subsistencia.
Era poder comer.
José Vargas que fue un pionero en la educación aquí en Las Hurdes
este hombre decía que en Las Hurdes en los chavales
para poder arrancar a hablar tardaban un par de años más que en otro sitio
para poder arrancar a leer y a escribir.
Decía que tenían que pasar por lo menos cien años
para que esa generación pudiera igualarse al resto de España.
Esto lo decía él.
Se había llevado una gran sorpresa, porque esto fue en el 30
está en sus memorias escrito que tendrían que pasar cien años
para que hubiese en el mismo sitio donde estaba él
hubiera un instituto y que en ese instituto en un solo curso escolar
actualmente ya hay 14 licenciados de los cuales cinco son doctores.
Y uno de ellos, un bisnieto suyo.
Las Hurdes es una metáfora de la España rural
porque cuando se hablaba de la España Rural
y se decía cuál era una de las situaciones que había que remediar
siempre en primer término salía Las Hurdes.
Hablar de Las Hurdes era hablar de un sobreentendido
que era toda una situación que estaba detrás.
La película lo que refleja es la España de los años 30,
una España enormemente dura en el medio agrario
con un sistema donde la Iglesia tiene un poder excesivo,
y por otra parte también un ejército que pronto se vería
que tenía unas ínfulas golpistas.
Por la época en que es rodada, es el período negro de la República
el Bienio Negro
se convierte en un arma política.
La película está hecha por un surrealista
con un lenguaje un realismo muy crudo
que en su momento de mayor crudeza recuerda, precisamente,
a los grandes maestros del tenebrismo barroco español.
Hay una cita dentro de la película a Zurbarán y a Ribera
y se habla de lo que es el realismo español.
Lo que Buñuel hace es elaborar una película
que yo creo que está muy trabajada
desde el punto de vista del encuadre, de la cámara, de los movimientos
pero sobre todo al servicio de una intervención
sobre la realidad que fuera significativa y concluyente.
Hace algo muy interesante que es
recortar la realidad,
como hace en todos los documentales,
para exhibir una situación que provoca indignación
en la sociedad en la que vive.
Él es un surrealista.
Buñuel hace esta película que es como un puñetazo en la cara
de ese conformismo burgués en esta tierra sin pan
para ver cómo el mundo, realmente, no está bien hecho.
Cuando se proyecta esta película
en el Palacio de la Prensa en Madrid, en la Gran Vía,
sale encolerizado.
Y le reprocha a Buñuel el porqué ha mostrado ese lado extremo
y desagradable de la realidad
cuando al lado de esta región en La Alberca,
dice que es una región bellísima
y que además tiene las danzas más hermosas del mundo.
Hacer un documental convencional no entraba
ni en el espíritu de Buñuel de la época
ni tendría sentido como obra, ¿no?
Yo conozco muy bien la controversia desde niño
porque nací cerca de esa zona, nací cerca de La Alberca,
y desde niño cuando se oía hablar de este tema
y salía el nombre de Buñuel a relucir
se hacía siempre en un contexto muy peyorativo,
porque se le acusaba de que había retratado a los hurdanos
casi, casi como infrahumanos.
¿Qué pensáis que sintieron los hurdanos de entonces?
¿Creéis que se han podido ver traicionados?
Mi opinión es que lo que hizo Buñuel estuvo mal
porque personas de mi familia y tanto de mi comarca
nos sentimos mal al ver esas imágenes
por ejemplo, se manipularon muchas imágenes,
como la del burro, la cabra, lo de los hijos
cuando decía les damos el pan aquí en la escuela
para que no se lo coman sus padres.
Eso es imposible en cualquier lado no pueden hacer eso.
Muchísimas imágenes se manipularon, no era todo verdad.
No había por qué mostrar esa realidad tan dura
la gente de aquí decía, pues nosotros así no somos.
Y la gente de fuera hasta hace poco han seguido pensando
que seguíamos así.
Si tú vas a hacer una crítica de algo
una denuncia social,
si la vas a hacer sobre algo que, aparentemente está bien,
nadie le va a hacer caso a esa crítica.
Es más, si muestras la verdad modificada, exagerada,
llama más la atención.
Hay que pensar en cómo se sentían cuando vieron ese documental
Se les está poniendo que abandonaban a sus hijos
y un padre no abandona a un hijo,
les hizo daño este documental a ellos
a ellos y a los demás que lo han visto.
Creo que Buñuel no intentaba ahí ninguna sensibilidad
ni criticar a las personas de Las Hurdes,
sino que intentaba denunciar algo y que llegara al gobierno
y Buñuel no estaba buscando ningún interés propio,
se veía que se le censurara su propio documental.
La mayoría de las cosas que se muestran en el documental son ciertas
solo que Buñuel no iba a esperar a que se cayera una cabra
a que una niña estuviera en la calle,
Lo fundamental de un documental es mostrar la realidad
y si eso no pasa no tienes por qué mostrarlo.
¿Qué pensaría la gente de dejar una niña en la calle?
Dirían: cómo es esa gente que se despreocupa de los hijos
y los deja morirse en la calle.
Eso pasa en muchos documentales
y con la información de hoy día que nos dan puede estar manipulada,
puede estar contada desde otro punto de vista.
Las imágenes de Buñuel se basan en escritos que había,
en testimonios que había.
Criticaban a Las Hurdes antes y a lo mejor la han criticado después
pero la culpa de todo no la tiene él.
Desde donde peor se ha visto la obra de Buñuel y al propio Buñuel
ha sido desde aquí mismo, desde Las Hurdes.
Faltan sentimientos.
Eso sí tenéis razón porque cuando alguien ataca,
sale en su propia realidad
desde donde peor se va a sentir va a ser desde donde estás retratando
¿Tú crees que si hubiera sido en otra comarca no habría pasado lo mismo?
A mí me parece que hay una clara voluntad
no de reflejar el horror como recreándose en él,
sino intentar que alguien tome conciencia de cómo es aquello
y pueda ejercer acciones reales que la modifiquen para mejorar.
Todo documental es una recreación,
es decir, no existe un documental objetivamente neutro
que simplemente se limite a poner la cámara ante una realidad,
hay un punto de vista y una mirada
y una forma de ver la realidad que se quiere mostrar.
Si el documental de Buñuel ha ampliado
no solamente el conocimiento de Las Hurdes,
sino el terreno del documental es porque, sencillamente, trabajó
con esa capacidad de trascenderlo.
Y eso, a falta de mejor nombre hay que llamarlo algo así como arte
o capacidad artística o talento.
La carne de cabra se come tan solo cuando alguna de ellas se despeña,
lo que ocurre a veces en estas escarpados terrenos.
A mí me parece que Buñuel trastocó la realidad
como hacen todos los documentales,
creo que lo hizo con honestidad,
o sea, que él pretendía un buen fin,
pero aún así, hizo una manipulación.
Hacer un análisis en términos de verdad o mentira es olvidar
que lo que hace Buñuel es cine.
Hay una frase de Picasso que dice:
"El arte es una mentira que, gracias a ello,
es capaz de transmitir la verdad".
La principal industria de Las Hurdes es la apicultura.
La primera vez que me dijo mi padre,
tienes que venir conmigo a las colmenas.
Fue un viaje de colmenas por la noche
lo tengo grabado porque era la primera noche que yo estaba despierto
Por la noche yo siempre dormía.
Era la primera noche que estaba despierto
al final me quedé dormido en el camión,
intenté ayudar a mi padre y no podía con las cajas,
las arrastraba como podía
y veía al hombre ahí sacrificado.
Yo recuerdo que mi padre siempre venía muy tarde,
muchas veces no podíamos compartir muchos momentos con él
ir al colegio o estar con él.
Muy duro y mucho tiempo.
Nunca sabes cuándo vas a llegar a casa
sales por la mañana temprano
y para transportarlas ya sabéis que es por la noche
porque es cuando se recogen.
Tú no puedes ir allí y tocar un silbato y decir,
venga venid todas para acá que nos vamos.
Hay que esperar a que sea de noche y poder hacer el transporte.
Durante la primavera se llevan las colmenas a Castilla
En esta estación es corriente ver a una, dos o más bestias.
¿Recordáis un poco cómo era la manera de tratar las colmenas entonces?
Trabajaban en corchos,
como medio de transporte era un mulo,
y para sacar la miel, que era lo que se cosechaba antes,
y esa miel te servía para consumo en la casa
o como trueque para poder conseguir otros alimentos.
Si tú no tenías aceite pues cambiabas el aceite por la miel.
Yo recuerdo que mi padre tenía polen de tres años guardado en el almacén
que no se podía vender.
Y ahora te lo quitan de las manos.
Ahora hay buenos precios,
pero está a base de la lucha que han tenido ellos.
¿Por qué queréis seguir ligados a la apicultura?
Es familiar.
Tenemos muchos primos, unos cuarenta y tantos
y más de la mitad son apicultores.
Familiar, sí, es que nos toca por todos los lados.
En Las Hurdes, ahora mismo, el cien por cien de las personas
viven de la apicultura.
No directamente, sino indirectamente.
O sea que hay que agradecerle a la apicultura
que pueda seguir disfrutando de ese arraigo.
Creo que si no hubiera apicultura poca gente quedaba en Las Hurdes.
Y creo que a lo mejor llegaría a desaparecer.
Vuestras vivencias son iguales para los tres,
que es que habéis vuelto o que habéis necesitado volver a Las Hurdes
¿Por qué?
En mi caso, nunca me he ido. Siempre he estado aquí.
Es verdad que he salido siempre más por conocer,
pero siempre que salgo me doy cuenta de que me mola más estar aquí.
Te gusta estar aquí.
Al final siempre vuelves porque la casa es donde estás a gusto
y en mi caso porque se me hacía un poco grande la vida en otro sitio,
supongo que eso son mis raíces y que es mi sitio.
Yo en el 2011 decidí venirme aquí porque mi mujer se quedó embarazada
y decidimos tener familia
y para darle unos buenos ideales decidimos regresar al pueblo
y crear allí nuestro negocio.
Tú estudiaste en un cole en Salamanca -Sí, estudié fuera.
Y, cuando llegabas aquí, ¿qué sucedía?
Se me hacía un nudo aquí,
como decíamos antes, se me añurgaba ahí.
Es verdad que siempre lo recuerdo, de hecho, me sigue pasando.
Siempre que veo las montañas de lejos llegando a Las Hurdes
me entra ese nerviosismo,
porque me siento desarropado, fuera de aquí me siento desarropado.
Siempre he vivido rodeado de montañas o abrazado de ellas
y cuando estoy fuera las echo de menos.
Ya hemos hablado un poco de vuestros sentimientos hacia la tierra,
¿cómo veis un poco el futuro para la gente de nuestra generación?
Yo lo percibo como una vuelta al pasado respetando el presente.
Muy interesante eso.
Sí, pienso que sí.
Cada vez más.
Se está creciendo, pero que no crezca a un ritmo desorbitado
manteniendo muy bien las tradiciones que había de antes.
Yo pienso que estamos en un buen momento
porque ahora, por circunstancias, hay bastante gente joven formada
y lo más importante, con ganas
y creo que ese momento hay que aprovecharlo
porque se un ingrediente fantástico.
Es decir, tenemos el medio, que es perfecto
y tenemos la gente formada y con muchas ganas de hacer cosas.
O sea, que creo que puede ser, el resultado puede ser buenísimo.
En la guerra civil salió un símbolo universalmente aceptado
que es el Guernica
y yo creo que no tiene menos valor simbólico,
probablemente tiene mucho más Las Hurdes.
Los dos están juntos.
Es decir, en el pabellón de París están el Guernica
y en una sala muy cercana se exhiben Las Hurdes
y la República entiende que esas imágenes son tan potentes
que las dos explican muy bien por qué están luchando los españoles.
Lo que hace de Las Hurdes un símbolo
porque cuenta la cultura
y la experiencia de vida que aquí se dio en el pasado
y que tiene capacidad para trascender su tiempo.
Yo creo que Buñuel marca ahí un hito
que es inevitable a la hora de reflexionar
sobre las relaciones entre el cine y la realidad.
Lo que hace es de pronto demostrar
todas las posibilidades que tenía nuestro país
y en concreto este territorio,
para manifestar el trasfondo de España,
no solo lo más pintoresco,
sino el verdadero fondo del mundo rural español.
Habladme de vuestra infancia.
¿Cuándo empezasteis a trabajar? -Desde que nacimos.
Nosotras es que hemos nacido trabajando
A mí me contaba mi madre que yo era de cuatro hermanos la más pequeña
luego ya tuvo más.
Y mi madre se iba al campo, porque los padres iban a los jornales
a la siega, ellos decían a Castillas, a Salamanca, a Ávila
y las madres se quedaban con todos los hijos.
Mi madre me cuenta a mí que nos echaba en un surco
en el que ponía una manta y de allí no me caía
y dormía siestas allí estupendamente.
Yo fui a la escuela hasta los doce años.
Cuando veníamos de clase si era la temporada de las patatas,
que había que trabajarla, trabajábamos patatas
y si no, ibas con cabras, y si no a buscar leña,
y si no a buscar boñigos con una cesta. -Lo que hiciera falta.
¿Sabéis qué son los boñigos? Pues lo que cagaban los burros.
La gente hacía mucho carbón
y aquí la gente solo se preocupaba, claro, no había dinero,
entonces, ¿qué hacían?
Pues si no había estiércol, había que recoger estiércol
y que había un camino que bajaban las caballerías del carbón
pues allí que nos mandaban con un saco.
¿Cómo era la casa?
La casa no tenía más que dos habitaciones, dos habitaciones.
Y sobraban camas.
En mi casa éramos seis hermanos de padre y madre,
porque mis padres se casaron dos veces.
Dormíamos tres para arriba y tres para abajo, perfectamente.
Y a nadie le olían los pies
y todo el mundo estaba feliz y súper a gusto
porque te conformabas con lo que te daban.
Como no sabíamos que existía otra vida
pues con lo que teníamos
Eras feliz porque lo que vivías en casa era felicidad
Era absolutamente todo sencillo
si es que no teníamos, a ver,
no había muebles, pues no había que limpiarlos ni se rompían.
Estaba la lumbre, los cuatro taburetes donde nos sentábamos
y luego los camastros donde nos acostábamos
y eso era todo lo que había, ese era todo el mobiliario.
Todo muy diáfano, muy estilo japonés.
¿Había felicidad?
Mucha, mucha.
Tú eres un hurdano, pero de Badajoz.
¿Cómo se come esto de que un técnico de sonido
de repente llega a un pueblo de siete habitantes?
Pues, vaya, el amor que siente uno cuando llega aquí
y deja que esta luz te entre y los olores que hay.
Y si llegas a ver eso y a tenerlo un poquito, pues para los restos.
Esto empieza un poco siendo muy niño
ese enamoramiento de Las Hurdes.
Sí, con siete años.
Es que date cuenta un niño aquí con siete años lo tiene todo.
Tienes amigos, tienes el río, tienes campo, pajaritos, bichos,
Y tú, de Sevilla aquí con el hurdano de Badajoz.
Pues nada, al final, cuando empezamos
desde siempre lo teníamos muy claro
yo, al principio no conocía esta zona
y al final me convenció.
Llegamos a un punto allí en Sevilla en el que no avanzábamos mucho
y decidimos que era el momento de probar suertey venir para acá.
De volver. Sí, sí.
Tú tenías allí tu vida hecha con carrera, tu historia,
Sí, estaba trabajando, y bueno, no éramos felices tampoco allí
buscábamos otra cosa.
A mí me flipa tu historia, porque es
como si volvieras al paraíso perdido de la infancia.
Ahí está.
Para mí esto, realmente, es un paraíso.
Realmente lo importante en mi vida es disfrutar de mi mujer
y en un sitio donde yo esté a gusto y sepa que ella está bien
es un poquillo duro, pero lo que te aporta esta tierra,
si estás sufriendo un poco se te pasa se te olvida.
Es un cambio también muy radical.
De la ciudad, de tenerlo todo a mano
pues irte a un pueblecillo
tan pequeñito como en el que vivimos de seis habitantes.
Son seis habitantes. -Sí, sí, seis.
Y vosotros dos ocho. -No, con nosotros dos seis.
¿Tiene bar el pueblo? -No, eso es lo que le falta.
Mi casa, que hay cerveza fría.
¿Y cómo veis el trabajo, el futuro?
Yo antes me preocupaba muchísimo por eso, muchísimo,
lo pasaba súper mal.
Pero, ahora mismo,
me da igual.
Cerezas, aceitunas, si hay que poner ladrillos se ponen,
hacemos cuero también,
un poquito de aquí, un poquito de allá, tenemos manos.
No pasa nada.
Además, es un sitio, yo lo estoy comprobando en este viaje
que es idóneo para la composición y para la música.
Yo en parte, como poquito músico que me considero
un sitio así encuentro que es ideal
para que llegue un músico,
te sientas en una piedra que dé un poco el sol con tu guitarra
es un sitio donde encuentras inspiración en cada rincón.
Es un sitio que tiene música.
Si te paras a escuchar, sí, escuchas música.
Película que recupera la memoria del documental de Buñuel sobre Las Hurdes 80 años después.
Contenido disponible hasta el 16 de diciembre de 2019.
Histórico de emisiones:
07/10/2017
28/04/2018
16/09/2018
27/01/2019
Película que recupera la memoria del documental de Buñuel sobre Las Hurdes 80 años después.
Contenido disponible hasta el 16 de diciembre de 2019.
Histórico de emisiones:
07/10/2017
28/04/2018
16/09/2018
27/01/2019