Ya está aquí, como todos los años,
como la marmota
de aquella película célebre,
la feria de... La feria, ¿de qué?
¿Del libro o de las vanidades?
¿De los escritores
o de los intrusos?
¿De los lectores o de los fans?
¡Qué anglicismo tan detestable!
Fans tendrán los futbolistas,
los políticos, las modelos,
Fans tendrán los futbolistas,
los políticos, las modelos,
los cantantes.
Pero ¿los escritores? ¡Por favor!
Disculpen el arrebato.
Esa palabra que escucho a menudo
me saca de mis casillas.
Comienza...
Todo está en los libros,
todo está en los libros.
Todo, todo,
todo está en los libros.
Hoy no tendremos invitado.
Hoy dedicaremos todo el programa
a hablar entre nosotros.
De libros, claro.
Pero no forzosamente de novedades,
aunque también las habrá.
Y cuando digo nosotros,
me refiero a Anna Grau,
Ayanta Barilli, Elia Rodríguez
y este servidor de nadie.
Uasabi, más que nunca,
espolvoreado en esta ocasión
por un pellizco de pimienta,
de mostaza, de sal y de guindillas.
A los libros
les sienta bien el picante.
¿Feria del libro?, decía,
¿o feria de otras cosas?
Permítanme ser un poquito ácido.
El uasabi lo es,
y el Arcipreste, y Quevedo,
y Valle-Inclán,
y Oscar Wilde, y Cela, y Borges,
y Norman Mailer, y Truman Capote,
y otros grandes de las letras,
lo eran.
Thackeray, un autor clásico
de la literatura inglesa,
que quizá sea la mejor del mundo
gracias, entre otros, a Shakespeare,
escribió una novela celebérrima
a la que tituló "Vanity fair",
"La feria de las vanidades".
De eso mayormente se trata.
Me río de los colegas, y son muchos,
a los que se les llena la boca
de almibaradas declaraciones
por estas fechas,
consistentes en asegurar
que la feria les permite
entrar en contacto con los lectores,
mirándolos a los ojos,
y que eso les produce
una inmensa felicidad.
¡Hipócritas!
Hipócritas, sí.
Porque el único contacto,
por definición,
que la literatura exige y agradece,
es el que se entabla
mediante la lectura.
El resto es anécdota,
cuando no fanfarria,
culto a la personalidad,
más propio de hinchas, groupies
y fans que de amigos de la lectura.
Y por encima
de cualquier otra consideración,
vanidad impropia de la sabiduría
que se atribuye a los literatos
y de la que los literatos
deberían hacer gala.
¿Feria del libro?
De acuerdo, visítenla, curioseen,
halaguen a sus autores favoritos
y pídanles una dedicatoria,
que casi siempre será mecánica.
Pero arrimen el hombro
a los libros así firmados.
No se limiten a regalarlos
o a depositarlos
sobre la mesilla de noche
con la mejor voluntad del mundo
pero sin hacerles también un hueco
en sus horas libres
y empiecen a leerlos.
Luego si no les gustan
ni les inspiran, ni les interesan,
arrójenlos a una estantería
para que allí se cubran de polvo.
Sacrosanto derecho
del lector es ese.
Lean por ejemplo a Thackeray.
Ya dije que es un clásico,
y el peor de los clásicos es mejor
que el mejor de los modernos,
incluyéndome a mí.
Palabra de lector.
Palabra de escritor.
Vamos con las chicas
y con los libros sin feria.
Zafarrancho de lecturas.
Hola.
Gusto de veros.
Estáis las tres guapísimas.
Gracias.
Si fuese un concurso de mises,
no sabría a quién votar.
¡Vaya!
Con no tener ni voz ni voto,
eso se arregla rápido.
¿Quién empieza? ¿Elia?
Venga, pues empiezo.
Tú eres la más joven, ¿no?
Sí.
La feria del libro,
como bien has dicho, es una moda.
Te ha salido una "m"
que creí que ibas a decir otra cosa.
Moda. Con "mo".
Bueno, otra moda es el running.
Lo habéis escuchado, ¿no?
Que es correr, al fin y al cabo.
Y los que paseamos a los perros,
solemos mirar con desconfianza
a tanta gente
corriendo por los parques
con una uniformidad
que es propia de cualquier ejército,
de cualquier colegio de internado,
donde van todos uniformados.
Cada vez es más difícil
moverse por las calles.
Totalmente.
Entre los que corren, las mascotas,
las bicicletas...
Todo.
Y entre las muchedumbres
de turistas, está todo lleno.
Este libro,
"Contra el running.
Corriendo hasta morir
en la ciudad postindustrial",
es muy pequeñito.
Luis de la Cruz ha hecho
un ensayo muy pequeño,
que además este libro lo cogí
de las salas del Matadero.
Viendo una exposición,
había como un expendedor,
igual que los hay de golosinas,
de libros.
Me parecía algo precioso
que hubiera un expendedor de libros
y ahí lo cogí. Habla un poco
de la metáfora del hombre moderno,
que es ese runner,
que va corriendo a todos lados,
hiperindividualista
y de manera casi autómata.
Eso que decimos
de ir al gimnasio en coche
para montarte en una bici estática.
Es como una especie
de contrasentido absurdo, ¿no?
Y habla de esa tendencia
de la dominación de las marcas,
de lo "marketiniano"
sobre el deporte,
que en realidad la gimnasia,
la propia palabra etimológicamente
significa desnudo, ¿no?
Y ahora van ataviados
con cantidad de...
Parece que el que no va así vestido,
no es un runner, no es uno de ellos.
El "homo sapiens" se ha convertido
en "homo protesicus".
Efectivamente.
Son esas casi prótesis las que...
Por cierto, se me olvidó citar
entre los que nos impiden movernos
por las calles,
los que van enfrascados
en sus móviles.
También.
Que son los más peligrosos,
porque te pueden arrear...
Peligrosísimos.
Las manifestaciones, las...
Eso también.
Los agentes de movilidad.
También.
Es verdad.
Y no sé si os habéis fijado...
Cuando veis un taxi, las guerras
entre los taxistas de un bando,
los taxistas del otro.
Y el tema de los maratones,
que además los están vendiendo
de una manera solidaria y tal,
que algunos tendrán
ese fin solidario, no digo que no...
Juan de Mairena tenía razón,
algo pasa en la calle.
Efectivamente.
Yo creo que correr es siniestro.
A mí, correr me da miedo.
La gente que corre me da miedo.
Se ha convertido en una moda
que mueve
millones de dólares, de euros.
Además, no tiene nada de deportivo
desde el punto de vista sociológico.
Cuando unas olimpiadas
han llegado a una ciudad,
lo que se ha hecho
es limpiar de... morralla humana,
que dirían
los que lo consideran así...
Putas y pobres.
Efectivamente. O mendigos o tal.
Borrar todo eso
del centro de las ciudades
y llevarlos donde no se ven.
Eso no es deportivo.
Los mandaban a Madrid
cuando los Juegos Olímpicos
de Barcelona.
Estoy pensando que quizá sea,
y pensando
en la película de Woody Allen,
"Coge el dinero y corre",
que sea una escenificación
de la corrupción.
Puede ser, puede ser.
O sin dinero incluso.
Puede ser.
Bueno, pues esa es la metáfora
del hombre en la ciudad moderna,
este runner, que yo creo
que menos correr y más andar,
más pasear y más relacionarse.
El deporte es eso.
Deberíais haberme atizado
un cencerrazo.
No está el cencerro.
¿Qué has dicho?
He permitido que la política
se cuele en el programa,
Se ha asomado un poco.
En contra de las instrucciones
para que no sea así.
Ayanta, vamos a ir
de uno en uno, si os parece.
Quiero decir,
de un libro en un libro
y adonde lleguemos,
llegamos. Ayanta.
Pues mira,
yo tengo que reconocer que...
Voy a hablar de mi criterio
de selección de libros de novedades
para este programa.
Porque claro,
estamos teniendo que leer muchísimo
y a veces uno no alcanza.
Hay un cierto agobio
con las lecturas.
Entonces he ido a comprar novedades
que fueran finitas.
(RÍEN)
Igual que... Mira.
Igual que aquellos que dicen:
"Deme usted
un metro y medio de libros rojos,
para que me queden bien
en la estantería".
Pues reconozco
que he hecho algo parecido.
Pero qué bien,
porque hay libros finitos
que merecen la pena
y no hace falta leerse
tochos de mil páginas.
Es el caso de este libro.
Yasmina Reza
es una escritora, dramaturga,
conocida en el mundo entero
por obras de teatro como "Arte"
o "Un dios salvaje",
que han tenido unos éxitos
que han hecho un poco resurgir
el teatro moderno.
El teatro hablado,
el teatro de diálogo.
Sí, el teatro de prosa.
Han hecho versiones cinematográficas
luego muy exitosas, además.
Ayanta. Italianismo.
¿Qué he dicho?
Teatro de prosa no se dice.
Teatro hablado, lo ha dicho bien.
Teatro escrito, teatro de texto.
Teatro de texto, exactamente.
No suena tan mal, ¿eh?
Los italianismos
siempre suenan bastante bien.
Entonces liquidas a Calderón,
a Lope de Vega, a Tirso de Molina...
Bueno, el caso. Padre, el caso.
De "Un dios salvaje" se ha hecho
la versión Polanski incluso.
Muy buena, por cierto.
Maravillosa película.
Con Christoph Waltz.
Y Kate Winslet.
Ya me acuerdo,
que la situación es dantesca.
Ambientada en Brooklyn.
Yasmina Reza me gusta especialmente
porque hace algo
que funciona muy bien,
que es muy eficaz.
Ella plantea una situación común,
algo que nos puede haber ocurrido
a todos y arma mucho ruido.
Como mucho ruido de fondo,
muchos personajes que hablan,
que hablan, hablan, hablan
y no dicen nunca nada.
Al principio,
nadie dice nada interesante
y parece todo una absoluta idiotez,
de hecho, a menudo lo es, ¿no?
El mundo en el que vivimos.
Y luego, poco a poco
van saliendo como voces,
que dices: "¡Uy! ¿Qué ha dicho este?
¿Qué ha dicho el otro?".
Y es lo que pasa en esta novela.
Se llama "Babilonia".
Es la historia de una mujer
que está casada,
una mujer de mediana edad,
con los aburrimientos
y las frustraciones
que podemos tener cualquiera
y que tiene una amistad
un poco peculiar con un vecino,
con el vecino del piso de abajo,
que, a su vez, también está casado,
y se encuentran abajo
para fumarse un cigarro.
La sociología del fumador.
Pues se encuentran en la calle
para fumarse un cigarro
y ella decide un día
para salir de la desidia,
esta de los fines de semana
que uno se queda en bata en casa,
hacer una fiesta.
Lleva un montón de tiempo
sin montar una fiesta
y monta una fiesta en su casa
a la que vienen
amigos de diversas etapas de su vida
y también invita a los vecinos.
En esta fiesta vas conociendo
a los diferentes personajes
y, sobre todo,
vas conociendo a este vecino,
que es un hombre aparentemente...
un "uomo comune",
a propósito de italianismos,
un hombre común,
pero con ciertos momentos así
especialmente inteligentes,
sarcásticos, irónicos.
Este hombre, en esta cena,
bebe un pelín más de la cuenta
y cuando baja a su casa
con su señora, la asesina.
¿A la señora?
A su mujer. La asesina
porque la mujer es una plasta.
Ya.
Es una controladora. Es una mujer...
No es motivo suficiente.
No, no, no. En absoluto.
Por supuesto, no defiendo esto.
No voy a defender esto.
No es en absoluto, obviamente...
Estamos hablando de la novela.
No nos metamos en un jardín.
No me hagáis ser de manera excesiva
correcta políticamente.
Entendemos todos
lo que estoy diciendo.
El caso es que la asesina
en un arrebato
y va a pedirle ayuda a la vecina.
A partir de ahí se genera
una situación rocambolesca,
muy bien escrita,
porque Yasmina Reza, a mi juicio,
tiene una capacidad extraordinaria
de llegar a situaciones límite
desde una cosa aparentemente banal,
te lleva a una situación límite.
No puedo contar más, porque si no,
estaría reventando la novela.
Y apoderándote de todo el programa.
Pero bueno, realmente
me parece que es muy recomendable.
Me ha gustado, sí.
Y rápida de leer. Un placer.
Anna.
Antes de que nos recomiendes
un libro, o lo contrario,
creo que tienes que enseñar algo.
Sí, bueno, yo...
Una propuesta interesante.
(RÍEN)
A ver, yo os voy a contar algo.
Debo daros un poco de background.
Yo tengo una hija de 11 años,
se llama Nora. Algunos la conocéis.
Guapísima. Guapísima.
Entonces yo siempre el domingo digo:
"Nora, ¿vamos a ver el Uasabi?".
Uf, uf.
Y siempre me pone excusas.
Ay, es que no sé qué...
Dice: "Sé que tú eres muy feliz
haciendo este programa,
pero a mí me aburre".
Dice: "Sí,
solo me gusta cuando sales tú.
Yo creo que hablan demasiado
otras personas".
Particularmente tú.
Considera que deberías callar más.
(RÍEN)
¡Pues después de la exhibición
de locuacidad
que acaba de darnos Ayanta!
De Ayanta no tiene queja mi hija.
Se queja de ti.
Entonces, hace poco
ha sido el día de la madre
y mi hija me ha regalado
una serie de cupones.
¡Anda!
De cosas de vale por eso,
vale por otra.
Me gustaría enseñar uno.
Lo pone en inglés.
(LEE EN INGLÉS)
Ah, mira.
Hemos pactado que vamos a ver este.
Nora, cariño, vamos a ver este,
que verás que a mamá la dejan hablar
algo más que otras veces,
que la tienen aquí constreñida.
Fíjate.
Bueno, bueno.
Gracias, cariño,
por hacer el esfuerzo.
Obligar a una niña de 11 años
a ver el Uasabi es crueldad.
No la he obligado nunca,
se lo he sugerido.
Por eso, sobre todo cuando sales tú,
ella coge la tablet y dice:
"Es que me aburro, mamá".
Esto es una venganza, ¿no?
Por supuesto.
Pero...
Pero en cambio,
dice que este programa...
Pero como soy
el hombre menos vengativo del mundo,
no voy a salirle respondón.
A ver, venga, un librito,
tras esa tierna escena familiar.
Un poquito respondón he salido.
Sigue.
Este es un libro que creo
que tú me prohibiste recomendar.
¿Yo?
Sí.
Sigues calumniándome, oye.
Ayanta, vamos.
Os dejamos.
Nos vamos, que aquí va a ver...
Voy a hacer un spoiler.
Aclara por qué te pedí
que no lo recomendaras.
Me sugirió,
Fernando no prohíbe nunca,
me sugirió
que mejor no lo recomendara
porque, ahora hago un spoiler,
vamos a dedicar un programa íntegro
a David Trueba
y a esta novela, "Tierra de campos".
Pero yo no puedo mentir
a mi público,
yo me debo a mi público
y me debo a mi lector.
Si esto es un programa
en que recomendamos novedades,
esta es la mejor novedad
que he visto en mucho tiempo.
Creo que es la mejor novela
en nuestra lengua
y escrita en España
que he descubierto en años.
Yo no puedo pasar por este programa
sin recomendar este libro,
del que no voy a decir nada más,
excepto que es de David Trueba,
"Tierra de campos",
que es una novela total,
maravillosa,
una novela imprescindible,
porque le dedicaremos
en el futuro un programa entero,
y ahí me extenderé.
De momento, queda esto.
David Trueba, "Tierra de campos".
No os la perdáis.
Bueno, veo que me copias,
porque todo eso que has dicho,
ya está dicho en el programa
que se emitirá en el futuro,
pero que ya ha sido grabado.
Ya, pero no líes
al lector y al espectador
con lo grabado, lo emitido,
lo soñado, lo...
Pido la paz y la palabra, después.
Se parece a Calderón.
La vida es sueño
y los programas grabados,
sueños son.
Haya paz.
Yo voy a empezar recomendando,
en uso de las prerrogativas
que como jefe de este programa
me han sido concedidas,
he colocado en el atril
los libros que quiero recomendar.
¿Todos estos?
Sí.
Porque no voy a permitir
que vuestra locuacidad
no me permita recomendaros
y por lo menos,
los espectadores los ven.
Voy a empezar rindiendo homenaje
a dos escritores
que acaban de morir
muy recientemente.
Uno es Salvador Pániker,
en fin, de los Pániker,
libro publicado
por Random Mondadori.
Salvador Pániker,
que era una persona extraordinaria,
como persona,
como escritor, como filósofo,
como puente de unión
entre lo oriental y lo occidental,
hijo de madre catalana
y de padre hindú,
creador de la editorial Kairós,
que publicó el segundo libro
que voy a recomendar.
Y los libros de Salvador Pániker
están llenos de reflexiones,
llenos de anécdotas,
de episodios, de humor.
Llenos de carga, de profundidad.
A mí me gustan muchísimo.
Él había publicado antes de
"Diario del anciano averiado",
"Cuaderno amarillo",
"Variaciones 95"
y "Diario de otoño",
que son tres libros
del mismo pelaje que este.
Un crítico dice:
"El propio Salvador Pániker
ha señalado que 'lo mejor de mi obra
y lo más ameno se encuentra
en mis diarios'". Es verdad.
Lo que pasa es que en este párrafo,
al final, Salvador Pániker dice:
"De lo cual se infiere,
que en contra de lo que dice
el título del libro,
el anciano
no está todavía del todo averiado".
La verdad es que murió poco después,
así que efectivamente
estaba seriamente averiado.
Morir no es estar averiado.
Morir es morir,
que todo el mundo muere.
Hasta los jóvenes mueren.
Tenía casi 90 años o por ahí.
Bueno, pero lo aguantó dignamente
hasta el final.
La muerte no es una avería.
Este libro lo demuestra,
incluso hay en él episodios
de fuerte carga erótica,
lo cual es muy meritorio a la edad
que mi buen amigo Salvador tenía.
Mientras hay vida, hay esperanza.
Y otras cosas.
Oye, uno por uno, ¿no?
Es que estos dos libros están unidos
por ese destino fatal...
Qué revoltosa estás hoy, Anna.
Sí, es verdad.
Hemos dicho uno por uno.
¿Ha tomado uasabi?
No, porque no nos has dado.
Ha tomado chocolate negro.
María Teresa Román,
profesora de Filosofía
en la Universidad a distancia,
con la cual yo estuve
pocas semanas antes de que muriera,
y de repente,
se murió. Se nos murió.
No parecía enferma
y su último libro acababa de salir,
"La exploración de la conciencia",
publicado por Kairós,
que fue la editorial
fundada por Salvador Pániker
y dirigida desde hace muchos años
por su hijo, Agustín Pániker.
Este es un libro
sobre la conciencia,
seguramente el mayor misterio aún
al que se enfrenta el ser humano.
No son los planetas,
la exploración espacial.
Es la exploración
de nuestra conciencia.
Y María Teresa Román
explora en este libro la conciencia
desde todos los puntos de vista:
desde la ciencia,
desde el misticismo,
desde la perspectiva oriental,
desde la perspectiva occidental.
Y también lo aconsejo vivamente.
Ahora Elia ya, ¿no?
Sí.
Venga, voy.
Voy con otro fallecido.
Me impresiona recomendar
escritores muertos.
Yo voy con otro fallecido.
Me he quedado un poco traspuesto.
Sí, a mí me pasa.
¿Traspuesto?
No, no pasa nada.
En este caso, Zygmunt Bauman
ya vino en otra recomendación.
No es la sociedad del rendimiento
de la que hablábamos antes,
de la modernidad líquida,
sino que es
lo último que dejó escrito.
"Retrotopía".
En vez de la utopía,
estamos en la retrotopía.
Es curioso,
porque Salvador Pániker formulaba
lo que él llamaba
el pensamiento retroprogresivo.
Esto es.
Donde lo progre y lo regre se unían.
Pues es en lo que estamos
actualmente.
Más obsesionados por el "topos",
ese lugar añorado,
en la nostalgia,
cualquier tiempo pasado fue mejor,
y no tanto en la "polis",
en la ciudad,
como ciudadanos responsables.
Habla también sobre todo
de la tendencia de hoy en día,
lo estamos viendo con el Brexit,
con el tema de la Unión Europea
y con tantas otras cuestiones,
es a lo centrípeto,
y no tanto a lo centrífugo.
El nacionalismo, no solamente
desde el punto de vista político,
sino querer encerrarse
en lo más endogámico, digamos.
No te estaba mirando con severidad,
sino con aprobación.
Es que a veces no te entiendo.
Bueno, entonces...
Sobre todo habla de esa nostalgia
que tenemos actualmente
y de la satisfacción que nos da
regodearnos en los tiempos pasados,
que, ¡ojo!, puede ser peligroso.
Pensar que quien no ha vivido
antes de la Gran Guerra,
no sabe lo que es vivir, ¿no?
Rilke, por ejemplo,
opinaba mucho eso también.
Vamos hacia eso.
Yo también lo pienso.
Lo sé. Y lo del proteccionismo
y esas cuestiones.
Tú no estabas
antes de la Gran Guerra.
Casi, casi. Por un pelo.
No deja de ser
un mecanismo de defensa, yo creo,
el que hace el ser humano
hoy en día.
Querer volver a tiempos pasados,
porque los que tenemos
realmente ahora no nos satisfacen.
"Retrotopía", de Zygmunt Bauman.
He sido muy breve.
Es que precisamente te has referido
hablando de la Viena anterior,
o al mundo anterior,
a la Europa anterior
a la Primera Guerra Mundial,
a lo que era lo más parecido
a un mundo feliz que cabe imaginar.
Claro, claro.
No sé si he citado alguna vez ya
en este programa,
en cualquier caso, os he martilleado
a todas con esa frase maravillosa
que definía el espíritu de Viena,
de aquella Viena
anterior a las guerras mundiales,
la de Freud, la de los valses.
La dulzura de vivir.
La del Danubio azul,
que era deja vivir a la vida.
Ese era el espíritu que tenían
los vieneses. Eso ha desaparecido.
La tarta Sacher, también.
Ayanta.
¿Qué has dicho?
La tarta Sacher casi también.
¡No, qué va!
Esa está en todas partes.
Hasta en la calle Serrano.
¡Qué va a desaparecer!
Yo acabo de estar en Viena
y la Sacher-Torte que comí en Viena
tampoco era nada del otro mundo.
¿Un poco reseca o qué?
Un poco, sí.
Resequilla.
Un poco amazacotada.
Elia, tú que a veces traes víveres
a quienes hacemos este programa,
a ver cuándo te traes
una Sacher-Torte.
Venga. Sacher no será.
Tú haces unas empanadas, de llorar.
Será Rodríguez.
Pero eso es lo salado.
Ahora hablábamos de lo dulce.
Haré algo dulce, venga.
Bueno, yo me estoy dedicando,
como os he dicho, a libro fino
y a Francia, ¿no?
Este es una novedad también.
Se titula
"Esperando a Míster Bojangles".
Es un libro escrito
por Olivier Bourdeaut.
Bourdeaut.
Ha tenido un éxito tremendo
en Francia.
Grandísimo éxito, estuvo a punto
de llevarse el Goncourt.
Nos acabas de explicar
que tú estos libros los has comprado
porque son delgaditos.
¿Sabes por qué me hice yo
con ese libro?
Por la portada.
No sabía nada del libro.
Es bonita.
Pero la portada es muy bonita y...
Como un tango están bailando.
¿Lo has leído?
Sí, lo he leído.
Bueno, la portada es muy bonita
y, además, creo que adecuada
para el libro.
Sí.
Cosa que a veces
no sucede con las portadas.
Este hombre
es un escritor muy joven,
porque ha nacido en 1980
y, si no me equivoco,
esta es su primera novela,
que como decías, padre,
tuvo un éxito...
Irrumpió realmente como un tifón
en el panorama literario francés.
Creo que una de sus mayores virtudes
son esos textos
que lees y dices
qué sencillo está escrito,
aparentemente, pero qué hermoso.
No hay una elaboración excesiva
en la prosa.
Cuenta una historia que es
indudablemente enternecedora.
Una historia familiar.
Una madre disparatada,
que todo lo pone boca arriba,
Al principio parece que sí,
efectivamente,
es una historia de una familia
compuesta por tres personas:
padre, madre y un niño de diez años,
quien lo cuenta, de hecho.
La voz que narra es el niño.
Y una madre disparatada
y, por otra parte,
absolutamente fascinante,
que propone una manera de vivir
en ese hogar
en la que la fantasía
y la imaginación
y la creatividad...
Sí, pero al final, el hogar arde.
Pero...
En el sentido literal de la palabra.
Bueno, porque se descubre...
No lo voy a decir, ¿no?
No, no.
Se descubre
que hay una razón para ello.
Al final, se convierte en un drama,
pero es verdad
que como está contado por un niño,
es un drama con esperanza.
Es un drama
que no tiene esa crueldad
y esa cosa oscura que podría ser
con esta historia.
A mí la novela
me ha gustado menos que a ti.
Me ha gustado,
pero mi interés ha ido decreciendo.
Eso iba a decir.
Me pasa muy a menudo últimamente
con los libros.
Tienes menos aguante que ella.
Sí, sí.
No, pero déjame.
Es lo que iba a decir.
Tenía mucha curiosidad,
porque cuando hay
fenómenos literarios,
que son literarios, además,
que no es un best seller,
pues tengo curiosidad por leerlo.
Y a mí, me ha gustado.
No me ha entusiasmado.
A mí también,
pero moderadamente.
Sí.
No entiendo que haya tenido
un éxito tan tremendo.
Una reflexión
sobre lo que está diciendo Ayanta.
Has dicho que había nacido en el 80.
Sí.
Es joven.
Muy joven, sí.
Yo os planteo: ¿Cuál es la edad
que tiene que tener un autor
para que se le tome en serio
entre comillas?
Porque hablando
de esos tiempos pasados,
Yo me he pasado la vida entera...
Una cosita.
Hace poquito leía
"El café de los existencialistas".
No he traído para recomendar,
pero no pasa nada.
Era la vida de los existencialistas,
Sartre y tal...
No estamos hablando
antes de la Primera Guerra Mundial.
Estamos precisamente
en periodo de entreguerras.
Y con 20 años, estas personas,
de las que todos hemos hablado
alguna vez,
ya tenían una carrera literaria
que se sostenía.
Se maduraba mucho antes.
Bueno, pero...
Mira, Elia.
Yo me he pasado la vida entera
mirando las fechas de nacimiento
de los escritores que iba leyendo.
Toda la vida
había querido ser escritor,
pero no publiqué ningún libro,
publicarlo publicarlo,
hasta los 39 años.
Con lo cual, buscaba
cuándo han publicado este libro,
cuántos años tenían.
¿Estoy rezagándome?
¿Estoy quedándome atrás?
Y he ido comprobando
que los poetas publicaban sus libros
a menudo a una edad temprana,
los novelistas, no.
Prácticamente no me topaba
con ninguna buena novela
cuyo autor tuviera menos de 40 años
al escribirla.
¿Y eso ha pasado siempre?
¿Antes de tu época...?
Yo tengo esa impresión.
No digo que pase siempre.
Es curioso.
La novela es un género
que requiere vida vivida,
que requiere una experiencia.
Que esté macerada.
La poesía, no.
La poesía es inspiración,
es hálito puro.
Me lo estáis poniendo a huevo.
No quería...
Ya lo has dicho.
Para hablar. A ver.
Venga.
Voy a recomendar un libro
que a alguien le sorprenderá.
"La parte escondida del iceberg",
de Màxim Huerta, en Espasa.
Reconozco que cogí este libro
con muchas prevenciones,
porque, digamos, teóricamente a mí
este libro no me tenía que gustar.
A mí me gustan
autores mucho mayores,
mucho más trabajados,
yo soy más tal.
Debo reconocer que este señor...
Muchas gracias, Anna.
De nada.
Reconciliarme con mi generación.
Lo que estabais hablando.
Màxim Huerta es de 40 y tantos,
Es un señor
que tiene éxito mediático,
que se inscribiría más en lo que,
con toda la carga despectiva
que eso puede tener,
la líquida modernidad
que la solidez a la antigua.
Es autor de feria del libro.
Sí. Pero ¡cuidado!
Yo me empecé a leer este libro
y de entrada había muchas cosas
que me chirriaban.
Es la historia de un chico
enamorado de otro chico
y este chico le ha dejado
y él va a purgar su soledad a París.
Y ahí se dedica a "Hemingwayear",
a "Vila-Matesear", a dar vueltas,
a ver cómo andan los locales y tal.
A "Cortazarear" un poco.
Al principio, te impacientas.
Dices:
"Mira, macho, esto está muy visto".
Además, yo no lo haría así.
Me hablas de Jill Price,
que es un caso real de una señora
que sufre, como Funes el Memorioso,
una señora que no puede olvidar
desde los 14 años.
Entonces dices:
"¿Y cómo no me mencionas a Borges?".
Ese caso es real, ¿no?
Sí, sí.
Pero poco a poco vas entrando
y vas entrando,
y te das cuenta de hasta qué punto
una sensibilidad...
Yo diría que esto es
un escritor en construcción.
Yo estoy acostumbrada...
Es mucho más fácil
ir directamente a la casilla final
y leerte a autores ya cuajados,
contestando a tu pregunta.
Es mucho más seguro leer a gente
que ya tiene una edad.
Leer a alguien que se está haciendo,
que se está formando
es como caminar sobre un, no sé...
Pero realmente en este libro hay
unos chasquidos de sensibilidad,
de belleza,
que me han ido envolviendo
poco a poco
y realmente tengo ganas de seguir
la andadura de este señor.
Reconozco que me ha reconciliado
con la generación de los 40 y pico,
de los que estamos escribiendo
ahora,
de los que estamos leyendo ahora.
Incluso los que salen por la tele.
Quizá eso ayuda a publicar libros.
Pero que realmente,
no todo es morralla por debajo.
Hay luz.
Hay sensibilidad. Hay belleza.
Y en este libro hay
sorprendentes explosiones de luz.
Te aseguro que Màxim Huerta firmará
mucho en la feria del libro.
Allí solo firman
los que salen en la tele,
aparte de los méritos o deméritos
que pueda tener el libro.
Y después del panegírico
que le has hecho, va a firmar...
Bueno, Màxim Huerta realmente
es una persona a seguir.
Creo. Espasa.
Vale.
Me toca.
¿Puedo?
Sí, sí.
¿Hay consenso?
Bueno, "Los 47 ronin.
Guía ilustrada de samuráis".
Este es un libro que,
como se lee en su contraportada,
es un libro
fundamentalmente de grabados.
Grabados espléndidos.
Son los famosos "ukiyo-e",
esos grabados en madera
tan característicos de la pintura
y la cultura japonesa.
Este libro recoge en imágenes
acompañadas por unos breves textos,
la historia de los 47 ronin,
que fueron 47 samuráis
que su señor fue obligado
a practicar el suicidio ritual
por una serie de motivos
y entonces se quedaron huérfanos
y se convirtieron en el ronin,
que como casi todo el mundo ya sabe,
es un samurái errante,
una especie de Don Quijote,
vagabundo por los campos.
Entonces nos cuenta esta historia
verdaderamente...
En fin, tras ofender
a Kōtsuké no Suké,
maestro de ceremonias del "shōgun",
el señor del clan Asano
es condenado a morir
por medio de "seppuku".
"Sus fieles samuráis
convertidos en samuráis sin Señor,
juraron vengar su muerte".
Publicado por Quaterni.
Toda clase de...
Ya te puede imaginar lo que hacen
47 Ronin a estos
en el uso de la katana
desperdigándose por los campos.
Despechados.
Ríete de "Pulp Fiction".
Es un libro
un poco gore en realidad.
No, se hace
con la suprema dignidad y elegancia
con la que hacen todo.
El otro día me enteré
de algo que no sabía.
Ya sabéis que los japoneses,
cuando te dan una tarjeta,
siempre lo hacen con las dos manos
y es importante recibirlo
con las dos manos. Y me enteré
de por qué hacen eso.
Sabéis que el gesto de dar la mano
en España, en Italia
o en el mundo occidental
es para demostrar que no vas armado,
que no llevas una daga.
¿Y si eres zurdo?
Si eres zurdo,
no sé qué pasa.
Al dar la mano.
Los japoneses
es porque los samuráis
llevaban dos espadas.
En realidad es el mismo motivo
por el que damos la mano nosotros.
Demostrar que no vas armado.
Que no llevan katana.
Bueno el otro libro que está aquí
es de Camilo José Cela.
"Madrid Barcelona"
con ilustraciones de Juan Esplandiu.
Nuestra sede está.
Precisamente estamos
en la calle Juan Esplandiu
de Madrid. Es un libro
publicado por Ediciones del Viento
con el apoyo de la Caixa
que también nos apoya a nosotros
y que recoge una serie
de textos del mejor Cela.
Los textos de Madrid son de 1966
y los de Barcelona, de 1970.
Por supuesto,
lo que va de ayer a hoy,
te entran ganas de pensar
cuando lo vas leyendo.
Un libro muy divertido, delicioso
y contenido, nada que ver
con el Cela desarrollado posterior.
Nos transmite una imagen
de la ciudad de Madrid
y de la ciudad
de Barcelona muy anterior
a todo lo que decíamos antes,
de los ciclistas,
de las mascotas, de los que corren,
de las manifestaciones, etc.
Ya, ya. Elia, otra vez.
¿Me toca a mí ya?
Ha sido tan rápido.
Te estaba escuchando
con mucho gusto. A ver,
para que me dé tiempo.
Fernando Savater.
"La infancia recuperada",
es un libro, él mismo dice,
que un libro tiene que estar
en el purgatorio al menos diez años
para ser un clásico.
Eso que hablamos otros programas.
Se editó la primera vez en el 72.
Sí, sí.
Se ha vuelto a editar
y es una maravilla.
Lo traigo a colación
porque hablando
de la experiencia del escritor,
me gusta
que un buen escritor me diga:
"Lee esto, esto, esto".
¿Os acordáis de aquella lista
que Ayanta perdió?
No es un reproche,
pero la vuelvo a sacar otra vez.
Recomendando lecturas.
Al fin y al cabo es lo que hace
Fernando y es muy divertido
porque de todas las lecturas
de infancia suyas,
sobre todo hablando
de George Bataille,
que dice "la literatura
es la infancia al fin recuperada".
Habla de H.G Wells,
Carmen, Julio Verne,
Stevenson y muchos más.
Puede servir como guía.
Claro.
Dice que no es un libro
de recomendaciones, es suvenir.
¿Por qué? Porque de alguna manera
regala sus experiencias
cuando leyó esos libros
y los ha vuelto a releer.
Creo que es muy bonito.
Y hablando de la experiencia,
no sé si leerías a Guillermo Brown.
Bueno, bueno.
Por favor, Elia.
El niño travieso.
Estás hablando
de mi héroe, de mi modelo.
Por eso.
Llegamos a tener
un gato que se llama Jumble.
Hay que decirlo bien.
Bueno, pero nosotros
lo pronunciábamos mal, como el perro
de Guillermo.
Elia, tengo en mi mesilla de noche
y ella certificará que es así,
varios libros de Guillermo.
Cuando emprendo un viaje largo
suelo llevarme libros de Guillermo.
Más aún, cuando estaba en la cárcel
por motivos políticos, metía
los libros de Guillermo y había cola
en mi celda para que los prestara.
Porque verdaderamente
te suben la moral.
Ahí voy.
Si es que ese libro,
Savater tuvo
una ocurrencia fantástica
cuando se le ocurrió escribir
este libro
porque realmente los libros
que nos han marcado...
Cuando viene un periodista
y me pregunta:
"¿Cuáles son los libros
que le han marcado?".
Platón, Aristóteles,
Kant, Cervantes, mentira.
Los que nos han marcado
son los que leímos
en la infancia.
Sí.
Eso es la infancia.
Habla del capitán Nemo,
de Sandokán.
Los que más me marcaron, los suyos,
"Tom Sawyer", "Sinuhé,
el egipcio", "Nils Holgersson,
a través de Suecia"
y "Tarzán de los monos".
Es muy bonito.
Y lo releo.
Cada vez con más gusto.
Es lo que recomienda.
Releer y claro,
como este niño, la ingenuidad
de un niño puede ser
algo muy incómodo.
Puede ser terrible.
Lo llamamos ingenuidad,
pero es una puñalada trapera
en muchas ocasiones.
Este Guillermo Brown
es la mejor sátira social.
Guillermo Brown es como Don Quijote.
Es un niño
que en esa aldea de su época
se dedica a ayudar a los desvalidos.
La panda de los proscritos.
Un desastre terrible.
Un pequeño anarquista.
Richmal.
Si no recuerdo mal, Savater
lo define en ese libro
como "el único anarquista triunfante
de la historia de la humanidad".
Efectivamente.
Richmal Crompton,
esta mujer que también es...
Una maestra de escuela.
Se sabe tan poco de ella,
es lo que dice Fernando,
no logró saber mucho más,
lo que se escondía
tras esa maestra.
Escribió una enormidad,
hay como 40 volúmenes.
Pero se desconoce su vida.
Bueno, este libro es muy bonito.
Es bonito.
Es el primero que recuerdo leer.
A lo mejor hubo otro,
pero es el primero que recuerdo.
Pues son recuerdos de la infancia
en la primera patria.
Pero, Elia,
he hecho esfuerzos denodados
con mis hijos.
Para que lo lean.
Instarlos a que los lean
y no les han gustado.
A mis nietos tampoco.
Yo tengo una teoría.
A mi hija le hacen gracia,
le llama "el niño travieso"
y lo lee en inglés.
Debes reconocer que lo leíste
siendo un niño franquista.
No un niño franquista,
un niño inmerso en el franquismo.
Yo creo que tus hijos y tus nietos,
por fortuna, son más libres
y no tienen necesidad de anarquía.
Les hace gracia,
pero no les alcanza como a ti
visto el mundo en que vivías.
En el Partido Comunista propuse,
y naturalmente no me hicieron caso,
propuse fundar un club
de amigos de Guillermo para alterar
las estructuras del régimen.
No quisieron.
No quisieron.
Se equivocaron gravemente.
Los proscritos.
Douglas.
Douglas, Dickens.
Yo creo, y sé que muchos
me matan, que hay libros para niños
y libros para niñas.
Y Guillermo es un libro para niños.
No solo eso, sino que hay
una cuestión generacional.
A pesar de que a mí
me ha gustado mucho
olisquear entre los libros
de casa cuando era pequeña
y he leído
esas primeras versiones de "Celia",
de "Antoñita,
la fantástica" de Borita Casas,
que me fascinó, la leí de pe a pa.
"Mujercitas", "Hombrecitos".
Creo que has destapado la caja.
Si empezamos a hablar de los libros.
Sí, sí.
Que nos fascinaban, no acabamos.
Mi generación es la de "Los cinco".
O sea, yo fui
una gran lectora de "Los cinco"
de Enid Blyton
que claramente me pilló a mí
y también
en cuanto a literatura italiana,
de otro Guillermo,
pero italiano, Pierino Gianburrasca,
no sé si tú...
No lo conozco.
Es un personaje parecido
al de Guillermo.
Orejudo, el escritor español,
acaba de publicar
una novela que no he leído
y creo que tampoco vosotras.
Lo quiero invitar.
Se plantea cómo son "Los cinco".
En la actualidad.
En la actualidad.
Nos desencantaremos.
Para terminar
ese recorrido, quería decir
que las siguientes generaciones,
mis hijos, tus nietos,
lo que han leído
es a Geronimo Stilton.
Les ha funcionado bien también.
Libros a Bridget Jones.
Son libros que son
muy de determinadas épocas.
Me has dejado preocupada
porque admito que a mí
me encanta Guillermo,
no sé si sería una niña transexual
y "Los cinco" me gustan,
pero por el personaje de Georgina
que era una niña
que quería ser niño.
Georgina es como en "Mujercitas, Jo.
A todas nos gustaba Georgina.
Las dos lleváis el pelo corto.
Yo la primera vez
que me corté el pelo casi al rape
fue por...
¿Donasteis el pelo?
No, no lo doné.
No Bridget Jones, Jennifer Jones.
Esta heroína.
A mí, Guillermo me encanta.
Todo lo que habéis dicho
es muy bonito, son libros bonitos,
pero aquí está Guillermo
y como 7 000 metros
o kilómetros más abajo
empezarían todos los demás.
"Antoñita, la fantástica".
Es que es un debate.
Daros cuenta
qué debate estamos creando, Anna.
Qué debate está provocando
la literatura infantil
que a veces decimos,
literatura infantil
y qué grandes autores.
Elena Fortún, por ejemplo.
"Celia" está escrito...
es una maravilla.
Hay una correspondencia publicada.
Lo he leído.
Interesante.
¿Historia de amor?
Una mujer muy mayor
entrada en edad y otra más joven
y hay una admiración
que no se sabe muy bien.
Historia de amor platónico.
Elena Fortún sí la tuvo
con otras personas.
Sí, eso sí.
Pero con Carmen Laforet, no.
Por una cuestión
casi de edad entre ellas.
Dices que Salgari escribe mal.
Sí, a ver, bueno, debo decir.
No lo he vuelto a leer.
Salgari me encantaban
los personajes, las historias,
me encantaba todo
excepto como lo escribía.
Sobre todo cuando ibas al original.
Tenías una percepción.
Lo veías en películas,
en versión original, pero el tocho
decías: "¡Ostras!".
Cinco páginas hablando
de las luciérnagas en la selva.
No estoy de acuerdo.
Tengo una confesión.
No he leído "Los cinco".
Seguramente, por cuestión de edad.
De edad.
Claro, no te pilló,
por eso digo que es generacional.
Son éxitos que están...
Ayanta, me has dejado preocupada.
Es una obra maestra.
"Peter Pan", eso es ya.
Más que la literatura infantil.
Es una obra maestra
porque lo he leído de adulta.
Claro.
Y tiene una lectura.
Como "El Principito".
Pero tiene una lectura.
O como "Alicia en el país
de las maravillas".
Parece para niños, pero luego.
A Barrie, en realidad,
se lee de adulto.
Es un enfermo.
No solo un enfermo, el país,
¿cómo se llamaba?
El país de nunca jamás.
El país de nunca jamás
es en realidad
dónde van los niños muertos.
Claro.
Peter Pan es un niño muerto,
no solo un niño fantasioso
que vuela y tal.
Porque Barrie había trabajado mucho
en orfanatos.
Morir o crecer.
Eran todos los niños
que no llegaban a edad adulta
y realmente cuando entiendes
ese giro literario,
que de pequeño no entiendes,
te quedas en la fantasía.
Yo me quedé... la verdad.
Es muy emocionante, hermosísimo.
Pero son libros que ya no se leen.
Pasa lo mismo con "Mary Poppins"
que es también un grandísimo libro
y que han sido aplastados
por las versiones cinematográficas,
por los dibujos animados,
por las versiones con ilustraciones
de los libros, preciosas por cierto,
porque se han hecho muy buenos,
pero que ya no se lee la novela.
¿Qué me decís de "Tom Sawyer"?
Tom Sawyer.
"Huck Finn" es la madre
de la literatura norteamericana.
Mi favorito.
Sally, sin ir más lejos.
Hemingway.
David Copperfield.
David Copperfield.
Sí.
Para mí...
Lo recomendaste.
Sí, sí, David Copperfield.
Pero leído ahora.
Es extraordinario,
es una aventura maravillosa.
En fin, pues para que veas.
¿Te toca a ti, Anna?
No, Ayanta.
Me toca a mí. Vamos a algo
(RÍE) que es finísimo.
Más fino imposible.
Un recorrido en metro.
Una Gillete.
(RÍE) Tres paradas de metro.
Tres paradas de metro.
He llegado a estos extremos.
Piedad Bonnett.
Amiga del programa.
Yo la mencionaba
en mis últimos libros.
Es grande.
Piedad Bonnett es una escritora
que es sobre todo poeta
y bueno,
me apetecía hablar de poesía.
Al final de los programas
se lee una poesía, bien está.
Leen una poesía.
Leen una poesía.
Pero también está bien recomendarlo
como libro.
Escribió este libro durísimo
sobre el hijo
que se suicidó, era bipolar.
Se llama "lo que no tiene nombre"
y, si no me equivoco,
estaba publicado en Anagrama.
No lo tenemos, es un gran libro.
Lo que noto cuando lo recomiendo
a gente cercana,
habla de una experiencia personal.
Es muy duro.
De Piedad Bonnett
que es la muerte de su hijo.
Un hijo joven,
universitario, 20-25 años.
A causa de un trastorno bipolar.
No solo la muerte,
la muerte por suicidio.
En Japón,
un suicidio marca tres generaciones.
Sí, en Japón.
Es un libro
"De lo que no tiene nombre"
como su nombre indica
porque la pérdida de un hijo
no tiene nombre en el diccionario.
Huérfano ha perdido a sus padres,
pero perder a un hijo
no tiene nombre.
Hablando de suicidio.
Salgari también se suicidó.
Sí, sí.
Clavándose un puñal,
con un cuchillo.
A lo Sandokán.
Se suicidó a lo Sandokán,
en todo caso, Piedad Bonnett
es una escritora
que hay que tener en cuenta,
que en su incursión
con "Lo que no tiene nombre"
que no fuera poesía,
pues la verdad es
que era apabullante.
A pesar de la crueldad
de esa historia,
no es un libro esperanzador,
pero se puede y se debe leer.
Me pareció una enseñanza de vida.
Me gusta lo de se debe leer.
De cómo afrontar una situación así
y de la valentía.
Es un exorcismo del dolor.
Completamente.
Lo escribió como un año después
de que hubiera sucedido esto.
Qué valiente.
Está, este libro,
"Los habitados" de Piedad Bonnett
en el que en forma de poesía
pues también aborda
una temática
sobre... dice: "Quiere dar voz
a aquellos que han visto crecer
la planta venenosa del desasosiego,
del miedo y de la disociación".
O sea, tiene que ver
también con la locura
de su hijo.
Este es un libro
que tuvo el Premio de Poesía
de Generación del 27,
está en Colección Visor de Poesía
y creo que me toca poesía, ¿es así?
No.
¿No me toca poesía?
Entonces me lo tomo y voy a leer.
Se ve que no lees los guiones.
Se me olvida todo.
Os voy a leer una poesía.
La última de este libro.
Se titula:
"Pido al dolor que persevere".
¿Por qué? Porque, a veces,
cuando dejamos de sentirnos dolidos,
no recordamos al otro.
Totalmente.
O sea que hay
una voluntad de no querer
que ese dolor se pase.
Ayanta, te aviso
de que nos quedan siete minutos,
hay que poner libros en el cohete.
Todavía Anna
y yo tenemos que recomendar.
Deja que lea.
Pero si encima
vas añadiendo notas de página.
Lee. "Donde están las cosas, vuelve
a explicarlas", como decía Ortega.
"Pido al dolor que persevere,
que no se rinda al tiempo.
que se incruste
como una larva eterna en mi costado.
Para que dé su mano cada día,
con tus ojos intactos resucites,
con tu luz
y tu pena resucites dentro de mí.
Para que no te mueras doblemente,
pido al dolor
que sea mi alimento,
el aire de mi llama,
de la lumbre
donde vengas a diario a consolarte,
de los fríos paisajes de la muerte".
Bonnett.
Me adelanto.
Muy bonito.
Me adelanto porque llevo
desde que inició la última,
desde que empezó la tanda
de "Libros con uasabi"
intentando poner
este libro en el cohete.
Sé que tú luego lo rescatarás.
Absolutamente.
"Éxtasis y yo".
Qué guapa.
Hedy Lamarr me parece
la mujer más guapa
que jamás he visto en el cine.
Fue para mí una obsesión
a lo largo de mi adolescencia.
Era una mujer extraordinaria,
además de gran actriz, de mujer.
Efectivamente, bellísima.
Tiene una biografía apasionante.
Fue inventora
de lo que hoy llamamos wifi.
Bluetooth, efectivamente
y los datos.
En esos rollos de papel perforado
que hay en las gramolas
para crear un sistema
de encriptamiento.
Algo extraordinario.
Esta mujer extraordinaria escribe
este libro, no lo escribe ella,
le ponen un negro
para que lo escriba. Ella retiró
la firma del libro.
Quiso retirarlo de las librerías
porque el libro es que no dice nada.
Todas estas cosas portentosas
que compone su biografía:
las seis veces que se casó
y separó, los hijos,
las aventuras políticas,
las aventuras bélicas
porque ella se escapó
de un marido multimillonario alemán
y se escapó de los nazis.
Haciéndose pasar
por la criada.
Efectivamente, disfrazada
de la criada. Bueno, todo eso
en este libro no está.
Era un libro ligerito
en el que no dice nada.
Está lleno de naderías.
Lo mejor del libro es el prólogo
que es de Diego Moldes
y es el que explica un poco
lo que yo estoy resumiendo aquí.
Voy a colocar el libro en el cohete,
pero no a Hedy Lamarr.
No, no, por favor.
Es como lo de Madame Bovary,
arriba Bovary, abajo Flaubert.
Pero Flaubert era Madame Bovary.
Eso es lo que dice él,
pero está por demostrar.
Esto lo soluciona la Guardia Civil.
O sea, lo recojo
sin recogerlo.
¿Te lo acerco?
Porque no sé
dónde tengo el micrófono.
Mira, lo recojo
por una razón.
Primero, la editorial Notorius
creo que hace un trabajo notorio.
Notorio.
Notorio, exactamente.
Es fantástica, tiene
unas fotografías inéditas.
Además, tiene
una colección fabulosa.
"Hitchcock" título de película.
Notorius, claro.
Este libro, Diego Moldes
se topó con este libro
en la cuesta de Moyano
en una edición perdida
del año no sé cuántos.
Y anteriormente,
en Nueva York, me parece
que lo cuenta y dijo,
en España no estaba publicado
por una cuestión
de censura
porque es un libro de los años 60
y tiene un contenido sexual fuerte.
Sí.
Pero muy difuminado.
Bueno, bueno.
Fue una de las razones
por las que Hedy Lamarr
quiso que se retirara.
Hedy Lamarr
salta a la fama
porque protagoniza el primer desnudo
de la historia del cine corriendo.
Sí.
Tuvo una vida muy sexual.
No solo el primer desnudo
sino el primer orgasmo.
Sí, eso se dice también.
Está en la película.
Eso puede ser más fingible.
Bueno, quiero decir...
Puedes fingir un orgasmo,
pero no puedes fingir un desnudo.
Yo creo que este libro
es una pieza importante
en la historia del cine contada
y Notorious ha hecho el trabajo
de editarlo
por primera vez en España.
Es verdad que no está bien escrito,
literariamente no tiene un interés,
pero tiene un interés como
coleccionismo que es lo que propone.
Mi fascinación
porlas medias de mujer
viene de la película de Hedy Lamarr,
"Mi espía favorita", con Bob Hope.
Una película intranscendente,
en la cual cada vez que besaban
a Hedy Lamarr se le hacía carrera
en la media que la cámara recogía.
Un beso de Bob Hope.
Un beso de Bob Hope,
los hay mejores, pero en fin...
¿Sabes que ella
era campeona de besos?
Sí, repartía besos durante
la Guerra Mundial a los soldados.
Qué pena que teniendo esa vida
no quede reflejado.
No sabemos si a los soldados
les salían carreras en las polainas.
(RÍE) Más difícil.
Bueno, Ana, no puedes hablar.
Estoy acostumbrada.
De eso se queja mi hija
cuando ve el programa.
No llores, Nora.
Otro día, mamá hablará más.
Perdóname, Nora.
Tengo un capricho.
He encontrado en una librería
llamada La Tarde en la calle Ruíz,
cerca del barrio Malasaña,
este libro que leí con unos 20 años.
Estaba yo en la cárcel
cuando salió "Juan Raro",
de Olaf Stapledon,
dicho a la española, imagino
que se pronunciará Stepledon.
Que cuenta, en clave
de ciencia ficción,
publicado por editorial Minotauro
en Buenos Aires.
Una editorial argentina que publicó
grandes libros de ciencia ficción.
Actualmente, la editorial que recoge
libros de ciencia ficción en España
se llama Minotauro.
También.
Es de Grupo Planeta. Imagino
que compraron el sello editorial.
"Juan Raro" es la historia
de un superhombre.
Como recreación del superhombre
de Nietzsche, en la ciencia ficción.
Ahora no es releído,
pero vuelvo con la fascinación
que nos producen las relecturas
de nuestra infancia y adolescencia.
Lo voy a releer
con verdadera delectación.
Qué bien.
Es peligroso.
Porque muchas veces
los has mitificado.
Es lo que decíamos de la retrotopia.
Es como volver a encontrarte
con la novia del cole.
Como veréis, tengo este expositor
lleno de literatura heroica.
"Rōnin", Mishima, Jünger,
"Juan Raro"...
Hemos hablado de héroes como
Guillermo Brown, Tom Sawyer, Tarzán.
Como Sandokán.
Como Sinuhé, el egipcio.
Todos ellos héroes.
La literatura heroica fantástica.
Paréntesis. Un minuto
para nuestro tradicional concurso
de comienzos de libros.
Hasta ahora siempre
los ha adivinado alguien.
Creo que hoy no los vais a adivinar,
pero para ayudaros a adivinarlo,
voy a leer dos comienzos
de dos libros del mismo autor.
El primero no lo vais a cazar.
El segundo quizás.
Podéis participar todos
en @librosconuasabi en Twitter.
Entre todos los que acertéis,
uno se llevará un libro de Dragó.
Prohibido mirar en Google.
Claro, hay que jugar de verdad.
Va el comienzo.
"El remordimiento, y en ello
coinciden todos los moralistas,
es un sentimiento
sumamente indeseable.
Si has obrado mal, arrepiéntete.
Enmienda tus hierros en lo posible
y esfuérzate por comportarte mejor
la próxima vez,
pero en ningún caso debes llevar
a cabo una morosa meditación
sobre tus faltas.
Revolcarse en el fango
no es la mejor forma de limpiarse".
Ni idea, ¿verdad?
Ni idea.
No lo puedo volver a leer.
A mí me suena a algo tuyo.
No, no.
Has dicho que ibas a leer
otro comienzo del mismo autor.
¿Qué?
Que ibas a leer otro comienzo.
¿Os dais por vencidas?
No, venga.
Totalmente.
A mí me hace "runrún"
A mí también.
El segundo texto, del mismo autor,
quizá os ayude más.
"Fue en 1886
cuando el farmacólogo alemán
Ludwig Lewin publicó
el primer estudio sistemático
del cacto,
al que se dio luego el nombre
del propio investigador".
No sé.
Hombre, esto del cacto...
Aldous Huxley. El primer libro
es "Un mundo feliz".
Escribió una segunda parte.
De eso me sonaba.
Hizo "Un Mundo Feliz", superiores,
desde mi punto de vista,
a "1984" de Orwell,
que es un ladrillo insufrible.
Insufrible.
No aguanta la lectura hoy día.
Y el otro libro es
"Las puertas de la percepción".
"Cuando las puertas de la percepción
se despejen...
el hombre verá las cosas
como son en realidad".
Ha habido otros memorables,
una disculpa para hablar de autores.
Muy bien.
Eso sí. Eso sí.
Aceptamos la humillación.
(RÍE)
Y "Las puertas de la percepción"
y William Blake.
Tengo que leer el poema.
A ver si lo encuentro.
Aunque me lo sé casi de memoria.
A lo mejor vosotras también
El poema es una rima de Bécquer.
La rima 29 de Bécquer tiene que ver
con el libro, por eso lo escogí.
Lleva una cita delante que dice:
"Hablábamos de besos".
(HABLA EN ITALIANO)
Y la rima dice:
"Sobre la falda tenía
el libro abierto.
En mi mejilla tocaban
sus rizos negros.
No veíamos las letras ninguno, creo.
Mas guardábamos ambos
hondo silencio.
¿Cuánto duró? Ni aun entonces
pude saberlo.
Solo sé que no se oía más
que el aliento que, apresurado,
escapaba del labio seco.
Solo sé que nos volvimos los dos
a un tiempo
y nuestros ojos se hallaron
y sonó un beso.
Puntos suspensivos.
Creación de Dante era el libro,
era su Infierno.
Cuando a él bajamos los ojos,
yo dije trémulo:
'¿Comprendes ya que un poema
cabe en un verso?'.
Y ella respondió encendida:
'¡Ya lo comprendo!'."
La verdad es que me permitiría
corregir a Bécquer.
En lugar del verso:
"¿Comprendes que un poema
cabe en un verso?"
Yo diría: "¿Comprendes que un poema
cabe en un beso?".
Mantiene rima y todo.
Qué grande.
Gracias, señoritas.
Gracias a ustedes. Nos vemos.
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Hoy dia 2 de junio estoy viendo el programa y tengo q decir q siempre oara mi es un placer escuchar a Sanchez Dragó. Yo si me creo q usted se haya leido un libro diario durante 70 años. No hay más q escucharle es usted una enciclopedia andante. Y al mismo tiempo comparto el sentimiento negativo del anglicismo en nuestro idioma. No deberiamos permitirlo. Y su inteligen ia a la hora de estar al 100% por 100 en favor de los gatos. Usted ha llegado a comprender su inteligencia. Pero eso es caracteriatico no solo de los gatos sino de cualquier animal..... Si intenta conocerle. El mundo animal es un mundo desconocido para la ignorancia del ser humano y q solo unos cuantos desarrollados q han pasado a una fase superior de evolución pueden disfrutarlo. El libro taurino...... Muy mal. Hay q abolir las corrodas taurinas. El maltrato no es arte