Sábado a la 01.15 horas (Madrugada del domingo)
Para nosotros es una gran ocasión, una oportunidad única
porque es una exposición realizada específicamente
para el museo de Bilbao, solo se va a poder ver aquí,
y que permite acercarse al recorrido de cuatro décadas
de creación de Bill Viola,
desde las décadas de los 70 hasta nuestros días,
y, simultáneamente, poder acercarse también
a la evolución de este medio artístico,
desde sus inicios en esa primera década de los 70,
donde las obras eran obras con una tecnología
todavía muy incipiente o realizadas con vídeo monocanal,
hasta las obras más recientes que están soportadas
en alta tecnología, en tecnología digital,
en creaciones que tienen obras realizadas con cinco o siete canales.
O sea, realmente una oportunidad única para nuestro público
y que esperemos sea una manera más de celebrar nuestro 20 aniversario.
Eso que muchas veces nosotros consideramos que son espejismos,
realmente es algo que sucede y que nuestra mente piensa
que lo está fabricando,
pero la realidad es que están presentes.
Bill Viola en sus primeros años en el videoarte,
bueno, él estudió en la Universidad de Siracusa.
En la Universidad de Siracusa en Nueva York al principio,
bueno, empezó a estudiar estudios en torno a la memoria,
pero había un centro que se había creado
de estudios experimentales y fue allí donde coincidió
con otras personas, como David Tudor,
con el que luego formaría "Rainforest",
y también trabajó para el museo Everson de Siracusa.
Trabajó en todos los aspectos audiovisuales
y allí conoció a grandes figuras de los pioneros
de lo que es el videoarte, como por ejemplo, Nam June Paik.
Es una exposición en la que vamos a poder ver
desde sus primeras obras experimentales
en las que jugar con las técnicas y con los materiales
era su principal objetivo.
Y vemos cómo poco a poco se va convirtiendo, el medio,
se va convirtiendo en una herramienta más
a la hora de realizar su trabajo,
mientras que lo importante va a ser cómo plasmar esas inquietudes
y esas necesidades que tiene el ser humano
a través de las preguntas que el mismo autor se plantea.
Los temas recurrentes en la trayectoria del artista
son temas básicos en nuestra vida, la vida, la muerte,
eh, la reencarnación, el paso de un mundo hacia otro,
las relaciones entre las personas, la imagen, cómo la captamos
y cómo la modificamos y cómo nuestro cerebro la destila.
Todos estos elementos, las transfiguraciones,
los cambios a través de los elementos,
los elementos básicos, el agua, la tierra, el aire,
son elementos constantes también en su obra
y son tratados cada vez de una manera diferente
y esa manera de tratarlos siempre va marcada
por una evolución de la propia técnica que le acompaña.
(GRITA)
Las primeras obras que tenemos son de 1976, son cuatro obras,
que luego él más tarde llamó "Cuatro canciones",
pero son obras como "El espacio entre mis dientes",
"Canciones de inocencia" o "Levitación en una chatarrería".
Son piezas en las cuales vemos cómo utiliza el vídeo,
utiliza los aparatos, en este caso se trata de grabaciones monocanal,
las utiliza haciendo trackings, volviendo, desapareciendo,
pero son las herramientas que la propia maquina le da,
no es nada artificial que él cree
desde una manera totalmente ajena al medio.
Y vemos cómo empieza a experimentar esa primera etapa.
Luego vemos una pieza que es muy interesante
que es "El estanque reflejante",
la cual para una parte del movimiento de la obra
y juega con el movimiento que continúa
y con el movimiento parado, y de esa manera nos crea
esa sensación de extrañeza porque hay una parte del mundo
que continúa, mientras que la otra parte se ha parado
y juega con cuestiones muy básicas porque eran los elementos
que en aquella época tenían a mano.
El caso de una historia que gira lentamente,
una narrativa que gira lentamente,
que es una pieza que al final consigue meternos dentro de la obra
porque por un lado es una pantalla de proyección,
por otro lado es un espejo,
y va girando durante toda la proyección
y desde cada lado se van proyectando imágenes diferentes.
Nosotros entramos a formar parte de la obra
y, además, es una pieza interesante porque es la única pieza
donde no tienes un punto fijo,
es la única pieza donde te paras
y no vas seguir viendo siempre lo mismo
y va a ir girando de manera continua.
Estas piezas de los años 90 en ese aspecto
son tremendamente interesantes, o "Los velos", que son de 1995,
en el cual proyecta dos proyecciones sobre nueve velos
que se va ampliando la proyección a medida que nos alejamos
del punto de origen.
Por eso son piezas todas ellas que aportan
una nueva experimentación y un nuevo tipo de materiales
en la obra de Bill Viola.
Antes de llegar a las pantallas planas,
se produce un cambio ya importante en el 95 en la obra de Viola,
que es cuando aborda piezas como "El saludo", "The greeting",
que es una pieza en la que por primera vez
utiliza actores profesionales y graba la obra
en un set construido en un espacio para la filmación de películas.
Es la primera vez que se produce ese salto,
hasta entonces era más con personas que se encontraban a su alrededor,
espacios abiertos.
Por primera vez crea todo un escenario
para la grabación de esta obra.
"Avanzando cada día" es una obra, bueno, "Going forth by day",
que es el título original, es una pieza cuyo nombre viene
del libro de los muertos egipcio.
Es una pieza que parte de un encargo que le hizo
el Deutsche Guggenheim Berlín para una comisión
que realizó Bill Viola para su sala de Berlín.
Por eso se trata de una pieza
que tiene unas dimensiones muy determinadas.
Esta obra está compuesta de cinco proyecciones,
es probablemente la pieza más ambiciosa jamás realizada
por Bill Viola, sobre todo por el volumen de gente
que participó en el proyecto,
por los escenarios que tuvieron que crear, por las filmaciones.
Y está compuesta de cinco historias,
cinco historias que se relacionan entre ellas,
pero que se ven de manera independiente.
"El nacimiento invertido" es una pieza que sería el final
del recorrido de esta exposición
y casi se toca con el cielo y la tierra, ¿no?
Vuelve otra vez a su origen
del ciclo que hay entre la vida y la muerte,
el ciclo del nacimiento, la vida y luego la muerte,
que lo único que está fijo es el nacimiento y la muerte,
y lo que sucede en medio
es todo lo que nosotros podemos generar o hacer.
"Los invitados" es un trabajo reciente de Ken Jacobs.
Jacobs nace en el año 33 y, tras estudiar con Hans Hofmann
y tener una formación pictórica, elige el medio cinematográfico
como espacio de experimentación y de reflexión sobre cuestiones
que él insiste y nosotros entendemos bien al mirar "Los invitados".
Son cuestiones pictóricas,
son cuestiones de una gran relevancia para la historia
del arte visual en general.
La particularidad de "Los invitados"
es que utiliza una tecnología relativamente reciente,
el 3D digital,
para tratar un material extremadamente temprano,
en este caso una cinta de los hermanos Lumière,
que muestra a una serie de invitados, las últimos invitados que entran
a una iglesia el día de una boda.
Lo que hicieron fue crear una alternancia de planos
de modo que la tridimensionalidad no surge de una superposición,
de lo que vería el ojo derecho con lo que vería el ojo izquierdo
a partir de un mismo momento de una película,
sino que alterna momentos, haciendo que el plano previo
y el plano siguiente cambien de ojo constantemente.
(HABLA EN INGLÉS)
La finalidad no es transformar esto en 3D de manera simple, mecánica,
sino hacer que con estas variaciones entre lo que pasa en un ojo y en otro
y cómo los ojos y el cerebro van sintetizando
esa información cambiante,
observemos una multitud de fenómenos visuales,
que se están produciendo de hecho en nuestros cerebros,
en torno a la profundidad, a la superposición,
a la espacialidad del film y de la imagen,
visto de una manera que nos recuerda mucho
a las cuestiones que se trataron en muchos de los momentos
de las fases de la historia de la pintura.
El videoartista Bill Viola descubre su alma en la exposición retrospectiva producida por el Museo Guggenheim de Bilbao con motivo de su vigésimo aniversario.