Viernes a las 22:00 horas
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"Miamor perdido", creo que diremos el título, al menos, 20 veces.
Muy bien, estoy contento de estar en "Miamor perdido".
Me acabo de dar cuenta de que rima con "El juego más divertido",
podemos estar aquí toda la tarde. Muy bien, encantado.
El guion inicial era lo que ahora se queda en la parte televisiva,
es decir, la parte de ficción era lo que era el guion inicial.
Entonces, ¿qué sucedió? Con el guion ya terminado y todo,
me di cuenta de una cosa que luego me volví a dar cuenta
cuando hice yo el guion de "La voz de su amo".
Y creo que ya lo he comentado aquí.
Cuando estas historias donde hay criminales, gánsteres,
una especie del mundo del hampa, a mí, por lo menos,
me resulta muy difícil hacerlas en España
porque nunca entiendo esos tíos que mandan a matar por un adulterio.
No digo que no pase,
pero suele pasar con gente que está un poco de la olla.
Entonces, no me lo creo. Y me volvió a pasar aquí.
Fue cambiando e inventé las dos cosas
e hice esta historia tan complicada y tan barroca.
Si no veo la estructura social alrededor
que permite este tipo de narraciones,
no digo que no se pueda hacer, sino que yo no las sé hacer.
Y por eso pasó a ser lo que es ahora,
que vamos a llamarle comedia o experimento,
como muy bien la definió Fernando Trueba
cuando la vimos por primera vez terminada.
Dijo: "Ya tenemos una comedia de arte y ensayo".
"-¿Quieres emborracharnos a base de champán?
-He rellenado con vodka.
No pongas esa cara, peores cosas se beben."
Yo la dejaré en comedia dramática.
Si te crees la historia de la serie, que está muy bien,
porque es muy de verdad.
El truco es que sigas bien las dos historias,
los planos de la realidad.
La historia de la serie es una gran pasión,
es un amor con toques de comedia, pero es un amor loco de verdad.
Lo otro que pasa en la realidad
ya está más cerca de la comedia pura y dura.
A lo que iba, lo que nos ha pasado a Emilio y a mí,
que hace mucho que no la veíamos y lo comentábamos antes de verla,
que hacía mucho que no la veíamos y hemos pensado...
Que lo diga él, que es el director, pero que lo diga yo,
me he visto espléndido, por cierto, pero es que está francamente bien.
Es muy entretenida. Y eso, de verdad, vale mucho dinero.
Hacer una película entretenida, que la gente diga: "Mira, qué bien".
Y salgas contento. Esta lo tiene, lo tuvo en su momento.
El que tenga la oportunidad de ver "Las palabras de Max"
y cómo empieza Emilio Martínez-Lázaro,
con un drama muy de autor,
muy de la factoría Querejeta, muy pausado.
Y luego tienen la oportunidad de ver una película como esta,
no se parecen absolutamente en nada.
Pero esa es en la profesión y la artesanía.
-Yo sí he visto "Miamor perdido",
aparte de que he participado en un papel pequeño,
pero he leído el guion. Es que no tiene nada que ver.
Emilio sí que es una evolución asombrosa.
-Digamos que es la primera más despendolada que tienes.
-Esta es la primera que...
-Luego, tienes muchas más. -Voy a dar mi interpretación.
Lo que yo pensé hacer es que en la primera,
quise hacer una película donde fuera muy importante, por ejemplo,
el ritmo; por ejemplo, el que fuera una comedia, que la gente,
que tuviera cierta velocidad al hablar, todo eso.
Muchísima importancia a la interpretación.
Ahí estoy muy contento del trabajo no de todos,
pero prácticamente de todos
porque es un trabajo que no es el habitual.
"Esto es de locos."
Quizá la película pecaba en ese momento, seguramente,
yo creo que también lo sabía, de excesivamente formalista.
Porque era muy importante que las dos historias distintas
transcurrieran al mismo tiempo
y las dos contaran lo mismo, de alguna manera.
Llena de clásicos de los años 80
o finales de los 80 y principios de los 90.
Y en una comedia muy del estilo de esta época.
Porque, yo creo que es claramente,
yo no sé si fue un referente
en algún momento de ese proceso de creación
"Sé infiel y no mires con quién", la producción de Fernando,
dos años antes.
Pero, a mí, el espíritu de la película me recuerda mucho.
Ese toque de comedia loca americana de los años 30 y 40,
por ejemplo, en lo que es la base de la película que,
por lo que dices, no sería el inicio.
Es el concepto de que son una pareja
que está liada todo el rato en la ficción,
pero cuando se quiere liar de verdad no llegan casi a consumar.
-Yo sí. -Yo no.
-Yo recuerdo el viaje a Fez que hicimos.
Fue con un equipo reducido, eso que siempre se dice
y en este caso sí que era reducido.
La producción de esta película, que he dicho: "Coño, qué película".
se la debemos a una persona
a la que mucha gente le debe muchas cosas,
que es Cristina Huete,
que hizo una cosa maravillosa con muy poco dinero.
Tengo que decirlo.
-Yo he reconocido varias casas que no me acordaba
y sí sé de quiénes son las casas. De conocidos y amigos.
-Hay dos o tres que están en la casa de Fernando.
-¿Ah, sí? -Dos o tres secuencias.
-Bueno, una que están viendo la tele.
-Alguna más me ha parecido.
-¿Has reconocido a Fernando cuando sale o no?
-No. -Está de espaldas.
Es el que está escuchando el ruido de la televisión,
mirando al frente, está de espaldas con una perra muy guapa.
-No, no... -Una perra preciosa.
Ese es Fernando. -Es verdad, sí, sí, sí.
Yo no sé si aquí llega a haber incluso
una visión de la fama porque, igual, es como más superficial
y ni siquiera había una tentativa de hacerla.
Sí que la hay, evidentemente, en la siguiente.
"-Yo creo lo que dice el público:
el actor vale lo que da en taquilla y tú ahora has bajado mucho.
-Lo sé, pero ¿qué puedo hacer? -Hacer, podrías hacer más."
Es una visión más grave, más desesperanzada,
amarga en todos los sentidos.
A mí, por ejemplo, en la siguiente película,
cosas que me gustan más o menos.
Yo creo que es un poco pastiche, pero funciona bien el pastiche.
Pero hay un par de frases que me gustan mucho
y que podrían seguir siendo vigentes.
Una de comedia, en el momento de "La gran mentira",
están en esa especie de baile, en el estreno y alguien dice...
"-¿Todos estos señores que están aquí viven del cine?
-Hombre, vivir, unos viven,
otros han vivido y otros piensan vivir."
Y luego, esa reflexión sobre la actuación,
la interpretación y la vida profesional del actor
cuando otro personaje dice...
"No sabe lo que supone luchar
contra miles de gentes para destacar un poco.
César lo consiguió, Dios sabe a costa de cuántas amarguras."
A mí me gustó de "La gran mentira",
la parte del cine, de cómo era el cine en ese momento.
Yo creo que está bien reflejado.
Hay algún travelling bonito, bueno, los estudios vacíos, en fin,
esa parte está...
-Todo lo que dice la película,
todos los detalles son todos reales del cine de esa época
y de muchas otras profesiones.
A mí, lo que no me gusta es el tono, que ha dicho Javier,
el tono de gravedad que le ha puesto Escrivá a todo eso.
Para ponerse la medalla, incluso una autocita.
-Pero se ríen de ellos mismos.
"-Si hiciera un viaje a Lourdes, ¿eh? ¿Me entiende?
-¿Qué cree?
¿Que es una película de Escrivá dirigida por Rafael Gil?"
Lo que pasa es que él quería que,
ya que no iba a aparecer en los títulos...
-Sí, lo pone delante.
Y lo que es increíble es el productor.
Esa productora brutal...
-Muy falso, muy falso.
-Es muy americano.
-Yo creo que es un melodrama, que está bien.
La intención es esa.
Yo creo que el problema es que intentaban decir:
"Toda la verdad".
Y no estaban diciendo la mayor verdad.
La mayor verdad es que el cine acababa en un sitio muy chiquitín,
porque más arriba no podías decir nada.
No digo ya de cosas políticas, sino de nada.
Por ejemplo, "El juego más divertido",
impensable que se hubiera rodado ni diez minutos en esa época.
"Yo creo que está bien hecha.
La trama era lo suficientemente cruel
y, al mismo tiempo, melodramática.
A mí, esta es una de las películas que más me gustan."
Yo creo que está poco reconocido Bobby Deglané,
que es el protagonista.
Tiene mérito las descripciones para la radio.
Estamos acostumbrados a la televisión,
pero este hombre contaba esas cosas y yo me acuerdo, lejanamente,
porque soy muy joven,
las descripciones que hacían de los sitios eran,
evidentemente todo muy rimbombante,
con unas palabras extrañísimas, pero lo hacían los tíos muy bien,
le ponían un entusiasmo...
"Esta noche de fiesta, el cine español se viste..."
-Era así, era fenomenal.
"Los salones del gran hotel ofrecen un aspecto esplendoroso."
Era una figura nacional de la época.
Era el equivalente de Elena, por ejemplo.
En ese sentido, la cosa ha mejorado mucho.
Yo creo que "Viaje sin destino",
esas comedias del principio son bastante mejores
que esta película que, de todos modos,
a mí me parece muy eficaz como mínimo.
Y luego, Rafael Gil y el dúo que hacía con Escrivá
venían de hacer una serie de películas religiosas
a finales de los 40 y principios de los 50,
capitaneada por "La señora de Fátima",
pero también con "Sor Intrépida" y "El beso de Judas" y alguna más;
y por un par de películas panfletos anticomunistas,
pero creo que también muy bien construidas,
que venían de ellas del año anterior y de hace dos años.
Con lo cual, esa mezcla que tiene mucho sentido de anticomunismo
y película religiosa confluye al año siguiente
en esta película que creo que, claramente,
es una idea de Escrivá, que podía ser lo que fuera,
pero muy listo yo creo que era, de decir: "Bueno,
el año anterior tuvo mucho éxito 'Historias de la radio', del 55;
tuvo mucho éxito 'Calle Mayor', vamos a mezclar las dos".
-Lo que yo creo es que esta película está muy bien dirigida.
El trabajo de Rafael es estupendo.
Y la que creo que es pésima es la idea de Escrivá
y el desarrollo de esa idea tan truculenta.
-Está muy bien hecha.
-Porque Rafael Gil... -Era muy buen director.
El problema es que le tocó una época muy malosa.
"Yo no sé cómo lo hicimos y a Escrivá, que era tan listo,
se le ocurrió porque el asunto era bonito, pero era peligroso.
A la gente, en el fondo, le disgusta ver el mundo del cine.
El cine es una ensoñación, una quimera para ellos."
Además, coge un punto de "Esa pareja feliz", de Berlanga,
en la secuencia en la que se ríen...
"-No des un paso más o me arrojaré al foso del castillo.
Atrás, Gonzalo,
si de veras sientes aún algo de nuestro antiguo amor.
-¡Corten! -¡Colosal!"
Es como un concepto de ejecutivo contemporáneo de decir:
"Hagamos una mezcla de 'Ocho apellidos vascos'
y no sé qué, que funcionaron bien", pero en el año 56.
Paco Rabal era un hombre
que había nacido para esto asombrosamente.
Una voz espectacular.
Luego era un tío objetivamente muy guapo,
muy atractivo y, claro, esto era una cosa...
Tenía ya todos los elementos para que funcionase.
Y, encima, era bueno.
"Teresa, escúchame bien, no quiero que me defraudes.
He estado trabajando por ti, es decir, por los dos."
"Miamor perdido" va de una historia
donde hay una historia romántica entre dos personas
que no creen nada en el romanticismo y no son nada románticas.
-Y que se enamoran. -Exactamente.
Pero que la fuerza de la cosa, de la especie,
les hace enamorarse
y entonces están intentando como sea boicotear esa relación
y destruirla cuanto antes.
Hasta que lo consiguen, pero no puede la cosa terminar ahí,
sino que siguen hasta que termina y no digo más.
"-¿Qué le has dicho al gato? (CHISTA)
-¡Ay!
-Gracias, mi amor.
Tampoco me gustaba tanto esta taza."
Sí, eso es muy importante.
Tiene mucho que ver con este programa porque,
aparte del nombre,
"La asombrosa historia de nuestro cine",
vamos a contar una historia del cine español no ligera,
pero sí pasando por encima en los grandes acontecimientos
y en la parte más histórica y sesuda, en el buen sentido.
Te lo digo a ti, Javier.
Contamos una historia más agradable del cine español,
cosas que han pasado que no se sabe.
Que sí sale en estos coloquios,
cosas que hemos hablado hoy en el coloquio:
¿por qué se te ocurrió?,
hubo un primer guion.
Ese tipo de historias, contarlas en una película.
Iba a ser el colofón final de nuestro cine,
pero me alegro mucho de que siga nuestro cine
y lo haremos por nuestra cuenta también.
Entra TVE también en la historia.
Elena S. Sánchez charla con Emilio Martínez Lázaro, Antonio Resines y Javier Ocaña; sobre las películas de esta noche "El juego más divertido" y "La gran mentira".
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