(Música)
Vuelve Miquel Silvestre,
el escritor nómada
que viaja en moto por todo el mundo.
Comienza una nueva travesía
por Asia central,
desde la ciudad rusa de Volgogrado
hasta la capital de Kirguistán,
pasando por las ciudades joya
de Uzbekistán:
Jiva, Bujará y Samarcanda.
Una aventura total
recorriendo caminos imposibles
de polvo y piedras,
soportando aguaceros terribles,
durmiendo en tienda de campaña,
cruzando herméticas fronteras,
conviviendo con animales salvajes.
(Música)
Comiendo lo que encontremos.
Pero, sobre todo,
descubriendo personas maravillosas.
Admirando monumentos magníficos
y contemplando
paisajes inolvidables.
Esto es "Diario de un nómada:
Expedición Ruta de la Seda".
"CAPÍTULO 9:
DE SAMARCANDA A LAS ESTRELLAS"
(Música)
De nuevo en ruta después
de los dramáticos acontecimientos
que vivimos en los días previos
con el accidente
de nuestro compañero.
Por fin Miquel se dirige
a otro de los destinos principales
de su viaje,
por eso se le ve tan contento.
Porque está a punto de entrar
en la mítica ciudad de Samarcanda.
¡"Hello", chaval!
(Música)
¿Registán?
(HABLAN EN OTRO IDIOMA)
¿"Pryamoy"?
"Pryamoy".
"Napravo, pryamoy, pryamoy".
Registán.
"Napravo"...
España.
España.
"Da".
España "khorosho".
(HABLAN EN OTRO IDIOMA)
(RÍEN)
Ok, Ok, Ok.
Real, Barcelona...
Madrid, Atlético,
Atlético de Madrid.
Ok.
Los ancianos le indican
la dirección correcta
y nuestro viajero se adentra
en el centro de una urbe
de grandes avenidas arboladas.
(Música)
A través de la vegetación,
se entrevén los destellos azules
del más grande y famoso monumento
de toda Asia central.
(Música)
A mi espalda, el fabuloso Registán,
el monumento
más célebre de Samarcanda.
Hemos llegado al centro
de la gran belleza
de la Ruta de la Seda.
Ryszard Kapuscinski,
el gran reportero polaco
que viajó por todo el mundo,
describió el color de Samarcanda
como el azul celeste más intenso,
el azul del agua
y el azul del cielo.
Es una ciudad abstracta,
altiva, bella e inspirada,
la ciudad de la reflexión
y la concentración,
la ciudad
que mira hacia las estrellas.
(Música)
El Registán era el corazón
de la antigua ciudad,
capital de la dinastía timúrida,
una gran plaza monumental
donde los súbditos
oían las proclamas reales
y también era el lugar
de las ejecuciones públicas.
Los tres grandes edificios
del Registán no son mezquitas,
sino madrasas,
escuelas coránicas,
siendo la más antigua
la de Ulugh Beg,
que fuera una de las principales
universidades de teología islámica
en el siglo XV.
(Música)
La timúrida que gobernó Samarcanda
era una dinastía suní
que mezcló la estirpe mongola
de Gengis Kan
con la turca
que habitaba Asia central.
Cuando se islamizaron,
adoptaron modos,
costumbres y cultura persas,
pues el Imperio persa
había sido la potencia islámica
dominante en Asia central.
Los modernos uzbekos se consideran
herederos del Imperio timúrida
y étnicamente el país
es hoy una amalgama
de todos estos diversos ancestros
que confluyeron aquí
gracias a la fertilidad
de los ríos Sir Daria y Amu Daria.
(Música)
Esta es Bibi-Khanum.
Dicen que es la mezquita
más bella del mundo.
A mí, desde luego, me lo parece.
Y es alucinante que se pueda
llegar en moto hasta lugares así.
(Voces en otro idioma)
Bibi-Khanum.
Me encanta.
(Música)
Tras la visita de la mezquita,
Miquel Silvestre se sumerge
en el espeso tráfico urbano
para ir a visitar
al fundador de la dinastía,
al guerrero mongol
de la tribu de los barlas,
directamente emparentados
con el gran Gengis Kan.
(Música)
Timur el Grande, el gran Tamerlán,
el creador del mito de Samarcanda,
emperador mongol centroasiático,
cuyo reino vino a visitar
nuestro embajador madrileño
en el siglo XV,
Ruy González de Clavijo.
Lo sorprendente es que tanta belleza
como alberga Samarcanda
se la debamos a semejante personaje.
Este tipo, el gran Tamerlán,
Timur, el gran Timur,
era un asesino en masa
y, al mismo tiempo,
tenía un exquisito sentido estético.
Samarcanda era su obsesión
y se encargaba
de hasta los más mínimos detalles.
Llegaba a elegir
el color de las paredes
mientras, al mismo tiempo,
derramaba sangre sin tasa.
La leyenda atribuye a Gengis Kan
el papel de malo malísimo
en la historia de Asia
y, sin embargo,
el verdadero hombre terrible
fue Timur,
cuyo nombre causaba pavor
y quien preparaba, según se dice,
él mismo, con sus propias manos,
los venenos que aniquilarían
a sus enemigos.
Pero, eso sí,
tenía un gusto estupendo
para elegir el color azul
de Samarcanda.
(Música)
Ahora toca una nueva visita
a otro de los fabulosos monumentos
de Samarcanda.
(Música)
La tumba de Timur el Grande.
(Música)
Este es el mausoleo de Gur-e Amir.
Aquí está enterrado Timur el Grande.
Es uno de los edificios más bellos
de Samarcanda,
aunque hay otros
que son también espectaculares.
Sin embargo,
la belleza de Samarcanda
no ha durado
desde los tiempos de Timur,
porque tras su muerte
la ciudad fue deshabitándose,
fue decayendo
hasta que estos edificios
se convirtieron en ruinas
y solamente a partir de los años 70
se empezaron a reconstruir.
Además,
Timur tampoco tuvo descanso eterno,
porque los soviéticos
exhumaron su cadáver en 1941
sin respetar la maldición
que aseguraba
que quien profanara su tumba
tendría justo castigo.
Hay una leyenda que asegura
que hasta que los soviéticos
no le volvieron a enterrar
respetando el rito islámico,
no pudieron ganar
la batalla de Stalingrado.
Sin embargo, no es solamente esto
lo que os quiero enseñar
de Samarcanda,
sino lo que está aquí al lado.
Es decir, aquí tenemos
el mausoleo de Gur-e Amir
y la calle que trae hasta él
está dedicada a un personaje
que merece la pena conocer.
Y ese personaje que justifica
el sacrificado viaje
por Asia central es el madrileño
Ruy González de Clavijo,
quien tiene una calle dedicada
en Samarcanda.
(Música)
Ruy González de Clavijo
realizó un viaje casi impensable
desde la corte madrileña
de Enrique III el Doliente
hasta la corte mongola de Timur.
Llegó en 1403
con el propósito de lograr
una alianza con los turcos.
La embajada fracasó porque al poco
de llegar Clavijo murió Timur,
pero el éxito fue el propio viaje
y el libro que escribió,
"Embajada a Tamorlán",
que consagró al madrileño
como a un pionero
de la exploración asiática
y es considerado hoy en Uzbekistán
como su primer embajador.
(Música)
Pero a Miquel le ha entrado hambre
después de tanta visita cultural
y tras pasar otra vez
delante del Registán
se dirige a una popular terraza
situada enfrente del monumento.
Y lo mejor que tiene esta terraza
es su cocina.
Aquí se come de coña.
A mí me encanta...
Bueno, la comida uzbeka me encanta
y una de las cosas que tienen
y que hacen muy bien
son los "shashlik", así que...
Y luego, las "gyozas",
bueno, las empanadillas estas
que son como de pasta,
esto está estupendo.
Así que, nada, vamos para dentro.
Este es el... Este es el...
¡Mu!
"Yes".
(RÍE)
Nos vamos a poner de "shashlik"
hasta arriba.
A mí me encanta este sitio,
me encantan los sitios
que tienen las cocinas abiertas,
porque ves lo que están haciendo.
Y llegas aquí desde la calle
y ya ves la comida
y te quieres abalanzar a por ella.
¡Oh!
La verdad es que me encanta
hacer "Diario de un nómada".
(RÍE) Me encanta,
porque me permite estas cosas
y, sobre todo,
que me dejen entrar hasta la cocina.
Siempre en las cocinas
es donde está... el tumulto.
Mira ahí el fuego.
Eso arde por la grasa,
la grasa que cae...
hace que arda.
La verdad es que este es uno
de los mejores restaurantes
que he visitado nunca.
Recuerdo haberlo visitado
en el 2009, flipar en colores
porque me encantó
lo amables que son,
lo bien que se come
y que no era nada caro,
y, después, en 2013 regresé
y, por supuesto, viene aquí
y no podía fallar en esta visita
del 2017.
Es que está igual.
Hay cosas que parece que no cambian
y eso me encanta.
Cada "shashlik" son 5000 soms,
que vienen a ser unos 0,70 E.
Y esto, que es más bueno,
estos son 10 000 soms.
"Yes".
"Ten thousand".
"Ten thousand".
"Ten thousand", esto son,
dependiendo del cambio, un euro...
1,10.
Esto, toda esta carne,
por menos de nueve euros.
El restaurante
está siempre concurrido
y desde la terraza
se ve la vida pasar.
Un sitio ideal
para darse un merecido homenaje.
Este es un banquete de Samarcanda.
Tenemos aquí la ensalada,
el pan de Samarcanda y los pinchos.
Y esto es berenjena.
Berenjena... asada.
A mí, en general, la comida uzbeka
me está pareciendo muy mediterránea.
No encuentro grandes diferencias
con nuestra comida,
salvo en el aceite de oliva,
que lo echo mucho de menos, pero...
lo que se come es mucha ensalada,
mucho vegetal,
pepino, tomate, cebolla,
yogur para acompañar a la ensalada,
y verduras como las berenjenas
y luego, algo de carne,
pero, normalmente,
no se come tanta carne.
Yo me voy a dar un pequeño homenaje
porque mañana
me espera un largo viaje.
Por eso me recuerda
a la comida tradicional española
y está realmente buena.
Así que, como dicen
en la cocina de abajo,
"bon appétit".
¡Mm!
En el paraíso.
Nuevo día en Samarcanda.
Hoy tengo que intentar
llegar a Kirguistán.
El accidente de Morrison
ha supuesto una explosión nuclear
en el desarrollo del viaje.
Por una parte, he perdido dos días
en la gestión de la crisis
para devolverlo a España.
Pero ya está en España,
ya me ha confirmado
que se encuentra
en el hospital de Cruces, en Bilbao,
así que la gestión ha sido exitosa.
En 48 horas,
desde que tomamos la decisión,
ya está en el hospital.
Ahora bien, desde el punto de vista
moral, personal,
el accidente
ha sido un enorme bajón.
Por una parte,
entristece ver a un compañero
en esas condiciones dramáticas,
asistido sin apenas medios
en un hospital que, la verdad,
estaba falto de infraestructura
y, por otro lado,
no puedes evitar pensar que eso
te podría haber sucedido a ti.
Ver a mi compañero caer
en el espejo retrovisor
y darme cuenta de que eso
me podría estar pasando a mí,
que yo podría ser él,
con la pierna rota,
tirado en una camilla
de un hospital,
hace que, al final,
te replantees todo.
Yo tengo mujer y un niño.
(SUSPIRA) A ella no le gusta
que yo haga estas cosas,
pero para mí esta es mi vida.
Es difícil seguir con...
este peso ahora mismo, ¿no?
Porque...
tengo muy cerca el dolor
de mi compañero,
la preocupación de mi mujer,
pero estamos obligados a continuar.
Estamos obligados a continuar
por vosotros,
que estáis viendo esta serie,
por mí, que quiero completar
el proyecto hasta Kirguistán,
y después también por Morrison,
porque a él le gustaría
que siguiéramos hasta el final.
Lo que pasa es que el haber perdido
dos días me va a exigir
que haga dos etapas en una sola.
Hoy me quedan 700 km hasta Osh,
tengo de cruzar una frontera
y esto es una auténtica odisea
en Asia central.
Pero es lo que hay.
He venido al observatorio
astronómico de Ulugh Beg
a ver si recibo el influjo
y la inspiración
del científico y astrónomo
y, desde luego, ya cuento
con la ayuda de Dios,
porque es sin esa ayuda,
todo habría sido mucho más difícil.
(Música)
Hoy será un largo, largo día.
Hasta la frontera con Kirguistán
son 700 km
y eso en Asia central
es una enormidad.
Veremos cuántas cosas
nos suceden por el camino.
(Música)
Llevo tres horas
conduciendo sin parar
porque quiero hacer kilómetros
y, sobre todo,
aprovechar el frescor de la mañana,
aunque ya son las 10:15
y empieza a pegar fuerte el sol,
pero creo que todavía tendré,
por lo menos, dos horas más
antes de que el calor
se haga insoportable.
Espero que para esa hora
haya llegado cerca
de las montañas de Kirguistán
y ahí,
bueno, ya no será tan tórrido
el ambiente.
Mis únicas preocupaciones
ahora mismo
son conseguir la gasolina necesaria
para poder llegar
y que no me detengan en un control
para hacerme demasiadas preguntas,
porque eso supone un retraso
y hoy no me puedo retrasar
lo más mínimo.
Y de controles, pues,
calculo que habrán sido
en 250 km unos 11.
En fin...
Por ahora, me están saludando
"mister, mister" y me dejan pasar.
Claro, debe ser porque yo
no tengo pinta de islamista.
Aunque con estas barbas,
nunca se sabe.
Pero yo creo
que lo que sí que queda claro
es que Uzbekistán
está bien vigilado.
(Música)
(Calado del motor)
Esto es la gasolina de mierda
que he estado usando.
¡Uf!
Es que esto va cada vez peor.
Para empezar, una tormenta.
Bueno, me ha cogido aquí la lluvia.
¡Fua!
Un tormentón de puta madre.
¡Mira qué tormentón!
(RÍE)
(Truenos)
Bueno, voy a esperar
a que escampe un poco,
porque yo creo que va a escampar,
lo que pasa es que, claro,
un día que se tiene prisa
es el día que el cielo uzbeko
elige para echártelo todo encima.
Con lo bien que íbamos...
Ya se veían las montañas,
¡es que estaban ahí las montañas!
¡"Mountain, mountain"!
Cómo llueve.
Miquel pregunta
por qué no sirven gasolina
y le explican
que es porque las bombas
funcionan con electricidad
de un generador,
pero que como está lloviendo,
no arranca.
Así es Asia central.
¡Es acojonante!
Llego a una gasolinera
que tiene gasolina
y no me pueden servir
porque el generador no funciona
porque está lloviendo.
"Benzin, net, problem".
(HABLA EN OTRO IDIOMA)
Osh.
Osh, Osh.
Osh.
Osh, "benzin", Osh, "benzin".
"Da, da".
(Truenos)
Creo que vamos a contemplar
el milagro de repostar
en una gasolinera uzbeka.
Creo que no he encendido
el generador y... ¡brrrum, brrrum!
Ya está ahí,
insuflando gasolina, el alma,
al surtidor.
Como yo estaba antes,
me voy a colar en la cola.
Y como contemplemos un repostaje
en una gasolinera uzbeka
va a ser algo extraordinario,
un auténtico documento.
¡Esto es impresionante!
¡Es impresionante!
Voy a repostar.
Repostar en una gasolinera uzbeka.
Dios mío...
(Claxon)
Y a precio
que no es de mercado negro.
"It's OK".
Right.
Además, me lo sirven antes de pagar.
(HABLAN EN SU IDIOMA)
¡Ay!
(RÍE)
Ahora solo me faltaría
no tener dinero suficiente,
ya sería la monda.
(SILBA) Dios mío...
Este es el documento
que ha conseguido
"Diario de un nómada" en exclusiva,
repostaje en una gasolinera uzbeka.
1200 km de país
que llevo por lo menos
y estaban todas "net".
(RÍE)
(Música)
La lluvia cae implacable
y dificulta la marcha.
Pero el nómada no ceja,
ha de llegar hoy a la frontera.
(Continúa la música)
La buena noticia
es que deja de llover.
Por fin, aparecen
las montañas que marcan el cese
de la gran llanura esteparia.
El paisaje es aquí
de una gran belleza
que anticipa lo que encontraremos
en Kirguistán.
Pero como inconveniente...
se ralentiza la marcha.
Superadas las montañas,
sucede otro encuentro surrealista.
Me parece estar soñando, tío.
Creo que he visto
a un occidental corriendo
bajo este sol.
No, no... ¡Míralo!
Ahí está.
Que estás corriendo
de Hamburgo a Shanghái.
Sí.
(RÍEN)
Bueno, uno que está bastante
más loco que yo y que los ciclistas.
El 12 de marzo...
A comienzos de noviembre...
De 60 a 80.
Estás colgado, macho.
A lo largo de la Ruta de la Seda,
en los años
que la llevo recorriendo,
siempre he encontrado
gente diversa y especial...
y con un punto de chaladura
que no se puede... disimular.
Le deseamos toda la suerte del mundo
y mucho aguante para el calor;
porque, realmente,
es una temperatura tórrida
la que estamos sufriendo.
(Tráfico)
(RÍE) Señora, esto es maravilloso.
No, no... Que los yogures esos no.
No, no.
(HABLA EN SU IDIOMA)
No, no, no...
"Spasibo", "spasibo"...
No, no.
Uh, uh...
Ya lo sé,
pero es que la leche esa...
Si es muy bueno para el calor,
ya lo sé,
pero... seguro
que me tomo eso y me pongo malo.
"Khorosho".
Esto es como azúcar puro,
pero está muy bueno.
Hum... "Khorosho".
OK, OK... "Dasvidania".
Andiyán...
Kokand...
A Kokand, Andiyán, Osh...
Osh.
Osh. Kirguistán.
Ah. OK, "my friend".
Miquel ha preguntado
por la distancia que le queda.
Está en el valle de Ferganá
y primero será Kokand;
luego, Andiyán
y, por último, Osh, su destino.
Me encantan...
esta tierra y esta gente.
Lo único malo es el calor.
(Motor)
"Goodbye".
(Claxon)
(Música)
Pero como le ha ocurrido otros días,
el sol se pone
mientras él sigue en ruta.
La noche cae y solo puede ver
lo que sus faros alumbran.
¿Dónde dormirá hoy?
(Continúa la música)
Bueno...
El viaje
ha sido un puñetero infierno.
Han sido más de 15 horas
sobre la moto.
He llegado a la frontera.
Estoy a 10 kilómetros de Osh,
pero no puedo pasar
porque la frontera cierra
a las siete de la tarde.
Voy a dormir aquí,
que parece un hotel abandonado,
no operativo;
pero tiene una de estas...
(Golpecitos)
...camas.
Y esto, con el saco de dormir,
aquí voy a descansar
hasta las siete de la mañana,
que es cuando abren la frontera
y a ver si consigo hacer
el papeleo pronto
y llegar a Kirguistán,
que es mi sueño.
Bueno, la verdad
es que no ha estado mal...
El viaje es una mierda,
pero... hemos conseguido
el objetivo de llegar hasta aquí.
Y es que...
Buah... Aparte de los kilómetros,
que son casi 700,
con la carretera mala,
la Policía te para,
tienes que registrarte
varias veces con el pasaporte...
Eh... Me ha llovido.
En fin, ha sido...
un infierno, pero no todos
los días se disfruta en la moto.
Hoy ha sido un día de aguantar,
sufrir y llegar.
Bueno, ya estoy aquí
y voy a dormir como un bendito
en mi saco de dormir
sobre esta superficie.
Mañana será otro día.
Mañana, si Dios quiere,
estaremos en Kirguistán.
"La aventura es aventura",
que decía Belmondo.
Y al no le guste...
que no venga.
(Clic)
(SUSURRA) ¿Cómo se apaga esto?
(Clics)
(SUSPIRA)
Oh, qué pasada de estrellas.
(Grillos)
(Música)
Y decían mis vecinos
que llevaba mal camino
apartado del redil.
Siempre fui esa oveja negra
que supo esquivar las piedras
que le tiraban a dar.
Y entre más pasan los años,
más me aparto del rebaño
porque no sé a dónde va.
Añadir comentario ↓
Increíble, fantástica temporada como siempre con Miquel, ya estoy ansioso por saber cuál será la próxima aventura.
¡Gracias por dar a conocer Asia Central y sus maravillas! Me has hecho revivir lo que conocí en 2007 y que hizo que quisiera en mIs veranos seguir conociendo países con el hilo temático de la Ruta de la Seda. Asia Central sorprende a cualquier viajero que quiera mezclarse con sus gentes y tú lo transmites de manera impecable. ¡Enhorabuena! ¡Larga vida a tus programas!
De lo mejorcito que hay en television, una manera de contar historias amena y divertida que hace que se haga corto el programa. Ojalá podamos disfrutar mucho tiempo de esta serie.
Tardes del domingo, se busca el momento de poder ver a este Marco Polo del SXXI, Miquel Silvestre nos muestra la aventura en su estado natuaral.Este programa debe continuar, asi lo diria Miguel de la Cuadra Salcedo. Gracias TVE2
Me encanta esta serie: aventura- viaje, historia,...entre otras cosas, me llama la atención como hinca el diente cuando come Miquel, ciertamente debe pasar hambre en sus largas travesías.
Grande Miquel, vaya serie que te has marcado, espero que sigan poniendo más temporadas y seguir disfrutando de tus viajes very good my friend
Es la mejor serie de televisión que hay en antena, para mi. Eres un crack! Además recomiendo absolutamente los libros, pues en ellos se puede leer cosas que no se ven en la serie!
Miquel, como siempre el episodio de hoy se me ha quedado corto. No podría ser de una hora?
Me encanta el programa. Es de lo poco que entretiene y a la vez te da a conocer rincones, formas de vida, costumbres con las que comparar nuestra vida diaria. Me parece magnífico programa.
De los mejor de RTVE