Lunes a viernes a las 18.15 horas
Ayer no te preocupaba tanto despertar a todo el vecindario.
¿También vas a regañarle?
(SISEA)
Baja un poco la voz, vas a despertar a todo el edificio.
¿Qué hago, Julia?
Mi amor, ¿estás bien?
Pues claro que soy yo.
¿Quién iba a ser si no?
(Sintonía "Derecho a soñar")
Julia, es normal tener sueños como el que me cuentas.
Hay una serie de elementos dentro del sueño
que pueden darnos pistas para analizarlo.
Tu casa representa tu zona de confort
y se ve invadida por un extraño.
Pero no un extraño cualquiera.
Efectivamente.
Creo que el detalle más importante del sueño es otro.
Tú misma.
Al final del sueño,
tu jefe dice que fuiste tú quien lo invitó a entrar.
Tú lo querías allí dentro.
Pero la decisión de que él entrara fue tuya.
¿Qué haces, hija?
Que últimamente no me cuentas nada.
¿Y quiénes son esos de las fotos?
¿Y quién es ese amigo si se puede saber?
¿El chico que trajiste a casa el otro día?
Yo preguntaría a sus amigos por si acaso.
No vaya a ser que le haya pasado algo.
¿Qué es eso del ghosting?
No entiendo nada.
Como si hablaras en chino, te lo juro.
Ghosting.
Pues él se lo pierde, ¿no?
Buenos días, Luisito.
¿Qué pasa, campeón?
¿Qué tal has dormido?
-Luisito.
-Bueno, Luis.
Buenos días, Luis.
En nada tienes que echar la matrícula para FP, ¿no?
¿Sabes ya qué vas a hacer?
-Mecánica.
-Hombre, mecánica.
Te puedo echar una mano con eso.
Incluso te puedes acercar al taller para echar un vistazo.
Pero que con lo que te molan a ti las motos
tienes más de la mitad hecho.
-Muchas gracias, cuñado.
-Eh...
Hablando de motos así entre tú y yo,
tú no me habrás cogido la moto, ¿no?
A ver, que quizá son paranoias mías,
pero es que el otro día fui a por ella
y me la encontré de manera distinta
a como yo la había dejado.
A lo mejor tú... -¿Eso piensas de mí?
¿Que te cojo la moto de extranjis, sin decirte nada?
-Ni pienso ni dejo de pensar, Luis.
-¿Te has mirado en los bolsillos a ver si te falta la cartera?
No sea que la haya robado. -Yo no he dicho eso.
Pero es que sé lo que te flipan las motos.
Y no quería preguntarte delante de tu hermana
para no preocuparla.
-Ah, qué guay.
¿Encima te tengo que dar las gracias
por no decirle nada a mi hermana?
-Luis, a ver, que no me has entendido, tío.
Cuando tengas 18 años y tengas el carné,
te dejo la moto todas las veces que tú quieras.
Pero ahora nos podemos meter en un buen lío.
-¿Tú qué te crees, que soy tonto y no lo sé?
Búscate a otro para darle consejitos de hermano mayor, ¿eh?
¿De quién es ese ramo? (RÍE)
No te asustes, mujer, que no muerdo.
A ver.
Vaya con la nueva, cómo se las gasta.
Pero no te apures, que el día de tu cumpleaños
te regalo uno más grande para que puedas presumir.
No, si es para ti.
que ha venido un mensajero preguntando por Julia Rojas, mira.
Lo pone en el sobre.
Oye, ¿os habéis enterado de lo de...? Fuerte, ¿eh?
Jorge le ha mandado flores a la nueva.
Pero un ramo... Que ya sabéis lo que quiere decir eso.
-¿De verdad creéis que ha pasado algo?
-Ya te digo. -Descarado.
-Por unas flores y ya.
-Claro, Macarena, estos que van de buenecitos
luego son los peores.
-Que ni ha disimulado,
que lo ha mandado a la oficina. Que la cosa va en serio.
-Sí, en serio. Se acaban de conocer.
-A mí si me gusta un chico, lo sé desde el principio.
Nosotras estamos muy bien.
Tenemos que estar mirando fotos de tíos
que se describen como juguetones. ¿Qué hemos hecho mal?
No.
¿Qué pasa?
¿Has encontrado a alguien decente?
¿Qué?
¡Ángel!
35 años, qué valor.
"Me gustan las mujeres atrevidas.
Atrévete conmigo".
¿O es que tú eres una mujer atrevida?
Mucho le defiendes, ¿no?
Cuidarse se cuida.
¡Que habéis conectado!
Que te gusta y tú a él.
Eso has dicho, pero tu cara dice otra cosa.
Nunca me lo habría imaginado como...
No sé, dale una oportunidad.
Y si sale mal, pues ya tienes algo que contarnos.
Hola. -¿Qué tal? ¿Cómo estáis?
Os he visto desde ahí y he pensado...
¿Os importa si como con vosotras?
Pues me voy a sentar ahí que parece como más blandito.
Es que os veía y os estabais riendo mucho,
como que os lo estáis pasando bien.
¿Estabais mirando en el móvil un chiste de estos, un "neme"?
¿Lo puedo ver?
Hombre,
el que faltaba.
¿Qué tal, hijo? -Bien.
(ASIENTE)
¿A qué hora saliste de casa esta mañana?
Últimamente no se te ve el pelo. -Pronto,
es que ando con mucho trabajo.
-¿Entonces qué haces aquí?
-He quedado para comer con Jorge,
necesito un brake de vez en cuando.
(RÍE) Qué bien, así comemos los tres.
Vamos, si no os importa.
No quiero yo meterme donde no me llaman.
Necesito despejarme un poco antes de volver a casa.
Elvira está imposible.
Créeme, Jorge,
esto no se me olvidará nunca.
-No, ni a mí.
-Solo espero que vosotros que sois jóvenes
saquéis una lección de todo esto
y tengáis mucho cuidado con las mujeres.
Al final,
las que se arriman a nosotros, los hombres exitosos,
vienen siempre a por lo mismo.
Y cuando lo tienen,
se largan con el primer impresentable que les baile el agua.
-Lleváis más de 30 años juntos. -Por ejemplo el abogado rarito,
que a saber dónde lo ha conocido,
y tú te quedas en la miseria y con cara de imbécil.
Son todas unas... -Papá, haz el favor
de no hablar así de mamá.
-Pero si es que...
Tienes razón.
Pero pienso en ella
con ese medio hombre en la cama
y es que pierdo la cabeza, coño.
Ella tiene la culpa de todo. -¿Estás seguro?
¿Y qué has hecho tú estos años
para salvar tu matrimonio? ¿Eh?
-Primero,
no sabía que tenía que salvar un matrimonio.
Y ya que lo preguntas,
matarme a trabajar
para que a ti y a tu madre
no os faltara de nada.
¿Te parece poco? -Me voy.
Venga. Perdona, hijo.
Pero no estoy pasando por mi mejor racha y...
lo paga el que menos lo merece.
Es por eso por lo que la nieve solo se desarrolla
en el interior de las nubes donde se dan
las condiciones concretas de temperatura, humedad, presión
y todo eso que os he contado antes.
Os estoy aburriendo, ¿verdad?
-No.
-¿Qué miráis? -Eh...
El Acorder.
-¿Qué es eso, un juego?
A ver.
-No, es una aplicación de ligar.
-Ahí es donde tú conociste a tu amigo este.
¿Fernando se llamaba el de las muñecas?
Estás muy puesto, ¿no?
-A ver cómo funciona eso.
-Pues te sale una foto de la persona con el nombre, la edad
y a veces una frase que les defina o algo.
-"Escondido, pero ansioso por encontrarte".
¡Madre mía! -Sí, hay algunos...
Si te gusta la persona, le das al corazón.
Y si no te gusta, a la cruz.
Si tú le das al corazón y la otra persona también,
pues conectáis y podéis empezar a hablar.
-O sea, es como un catálogo de hombres a granel, digamos.
-Bueno, y de mujeres.
-Esta es la manera como se liga ahora.
-Sí, una de ellas.
Oye, te podríamos hacer uno.
Bueno, a lo mejor sí, ¿sabes?
Si lo pruebo, quizá...
A mí me gusta más el cara a cara, pero bueno.
Esto vosotros lo tenéis porque estáis buscando novio.
Bueno, nunca dejas de buscar.
-¿Eso es que no te fue bien con Fernando?
¿No?
Fernando ya es agua pasada, ¿no?
Le vas a olvidar.
Es que Alba ha conectado con alguien que no te creerías.
-¿Quién?
-¿Te doy una pista? -Claro.
-A veces viene a comer aquí.
No sé.
Dame otra pista.
Su nombre empieza por la letra...
A mí se me ha hecho un poco tarde,
tengo una cita muy importante.
Y como no me da tiempo de comer sentado,
me voy a pedir algo de comer para llevar.
Hasta luego.
Ya se lo he dicho a Charly. Perdón.
Una cosa,
¿puede ser que le gustes?
No sé, ¿has visto cómo se ha puesto?
Y luego sabía todo lo de Fernando.
(Móvil)
Yo creo que sí.
Sí, claro.
Bien.
Me alegra que me lo digas
porque a pesar de que finalmente has conseguido
que la empresa se quede con nosotros como clientes,
la verdad es que creo que has tomado
decisiones un poco precipitadas.
Bueno, no te preocupes.
Lo único que a partir de ahora tengas en cuenta
que tu trabajo afecta al resto de los socios
y a todos los que trabajan aquí.
¿Qué quieres decir?
Sí, pero estabas diciendo
que no te referías solo a lo profesional.
Jorge, a ver,
entiendo lo que dices,
pero tu padre te quería mucho.
ahora sería mucho mejor padre
de lo que fue en su momento
porque ahora sabría muchas más cosas.
Pero no dudes de que te quería mucho, yo lo sé.
Y tú también lo sabes.
Me parece muy bien que hayas venido a mí.
Y puedes hacerlo cuando quieras.
Puedes venir cuando quieras.
Y un poquito más de tranquilidad en todo.
Olivia, te toca quedarte hasta el cierre.
-Pepe, mi turno acaba a las siete.
-Ya, pero debo visitar a un proveedor
y no puedo atender la barra. -Si no es una cosa es otra.
Te he dicho que me pongas a alguien de refuerzo,
que sola no doy abasto. -Pero esto es lo que hay.
-Siempre me avisas en el último momento
y yo tengo vida además de trabajar aquí.
Además es una vida bastante enriquecedora.
Lo siento, pero hoy no puedo.
-Pero... -Que tengo un compromiso.
-¿Cómo dices? -Que tengo un compromiso.
-Que no es opinable, cierras y punto.
-Mi contrato es de 40 horas. -Si quieres, lo reducimos a cero.
¿No? Si no te gusta, ya sabes,
coges el petate y puerta.
Así me gusta, mucho mejor.
Será por camareras buscando trabajo.
-Es que no puedo con él, ¿eh?
¿Qué te pongo?
-¿Eh? -¿Que qué te pongo?
-Ponme algo rápido, si puede ser, para llevar,
un bocadillo de lomo con pimientos.
¿De piquillo tienes?
-Lomo y pimientos de piquillo. ¿Tú de dónde eres?
Tengo pimientos verdes de freír de los de toda la vida,
con serranito.
Te puedo poner un bocadillo frío si tienes prisa.
-Frío es más rápido, ¿no? -Sí, es más rápido.
-Pues sí. -¿Chorizo, salchichón, queso,
jamón? -¿Ibérico?
-Sí. ¿Un poquito de tomate? -Vale.
¿Problemas con el jefe?
-Es horroroso, de verdad.
Es que me agria, ¿sabes?
Si pudiera, me largaba,
pero en otro trabajo encontraría a otro jefe capullo.
-Que me lo digan a mí,
yo tengo a un padre y a un jefe,
dos es uno. -¿En serio?
-Sí. -Chungo, ¿no?
-Oye, ¿has visto cómo está el almacén?
Menos cháchara y más trabajo.
-Le encanta la palabra cháchara, es una cosa...
-Se pasa todo el día quejándose,
pero es que se pasa toda la vida tocándose las narices.
Que aproveche. -Gracias.
-Tú eres uno de esos del bufete, ¿verdad?
Está rico, ¿eh?
Hola.
¿Estás esperando para entrar?
¿Hay alguno libre?
Parece hora punta.
Haz una señal con la cabeza
si dentro de esos cubículos hay un psicópata
que te obliga a quedarte callada.
(Cisterna)
Carlota.
Julia, perdona,
Carlota me ha preguntado por el caso Ferrasa,
¿tienes el informe?
Ah, vale. Genial.
Hasta mañana.
¿Problemas en el paraíso?
Llame al 03678
y le ayudaremos a solucionar
cualquier tipo de problema. (RÍEN)
¿Qué?
Vale.
Donde quieras.
¡Qué tonto eres!
¡Vamos para allá!
Pero si te encantan mis albóndigas.
Venga, no me hagas el feo y cómetelas,
las he hecho para ti. -Sabes que no me gusta cenar fuerte.
-¡Qué fuerte ni qué fuerte!
Son albóndigas, no cocido maragato.
Bueno, cuéntame,
¿qué tal todo por el bufete?
-Bien.
-¿Sí? ¿Todo bien?
-Maricarmen,
¿adónde quieres ir a parar?
Nunca me preguntas por el bufete.
-Ay, es por la niña.
No sé, últimamente la noto rara,
como descentrada.
-No sé, yo la veo bien.
Todo el mundo me habla muy bien de ella.
-¿Y quién es todo el mundo?
¿Con qué clase de gente se junta?
-Escucha,
Alba está estupendamente.
Se lleva bien con todo el mundo,
es muy trabajadora.
Hoy mismo, sin ir más lejos,
se ha encargado de una previsión de costas
de un caso que nos ha entrado. -Ah, ¿y de qué trata?
-Nada extraordinario, un divorcio.
-Por tu cara parece más importante de lo que me dices.
-El cliente es un viejo conocido mío.
Lleva 30 años casado con la mujer
y ella, de un día para otro, lo abandona.
-¿Y eso?
-Él sospecha que ella tiene un amante
y que la ha obligado a tomar la decisión.
-Yo nunca te pondría en esa posición.
-Contigo siempre ha sido todo tan fácil...
-Y más fácil va a ser cuando te comas esas albóndigas.
Venga, se van a enfriar. -Voy, voy, voy.
Pero es tu secretaria y la conoces de hace una semana,
¿no lo ves?
Ya, tu intención no,
pero mira lo que ha pasado.
Por si se te había olvidado, la gente aquí es muy cotilla
y se aburre mucho.
Si hasta en el baño se hablaba de ello.
Qué ingenuo eres, Jorge.
Las apuestas van tres a dos
a que te acostaste con ella el viernes.
Maravilla, botella de mil pavos. -Ya me encargo yo.
¿Qué haces?
Eso ya lo sé. Digo que qué tienes entre manos.
¿De quién?
Vale. Hagamos una cosa,
¿por qué no te acuestas un ratito
mientras yo hago la cena?
Así luego vas a rendir el triple.
¿Me tomo ese estornudo como un sí?
Pues tendré que arriesgarme.
Y mucho menos después de lo de esta mañana.
Nada, que hemos discutido por una tontería.
Pues que el otro día me cogieron la moto.
Cuando fui a por ella me la encontré de manera distinta,
como si alguien me la hubiera movido.
Ellos no harían algo así.
Que no he dicho eso,
ni siquiera estoy seguro que moviera la moto.
Me lo he pasado bien esta noche.
Muy bien, ¿eh? -Sí.
Pero me da un poco de cosa ir a casa de Patri siempre.
Ya sé que es tu amiga, pero me da mal rollo.
-¿Y dónde quieres que lo hagamos, en tu casa?
-¡En mi casa ni loco!
Si se entera mi hermana que te he sacado del centro...
-Tranqui, no quiero que te comas un marrón
por mi culpa. -El marrón se lo comerá mi cuñado,
que la moto con la que fui a buscarte es suya.
-Ya ves. Y yo que me había hecho ilusiones
con ese pedazo de moto. -Ojalá.
-Oye,
tenemos que hacer algo, no me puedo quedar en el centro
ni en casa de la Patri, no es segura. -Ya, ya lo sé.
He estado hablando con los colegas y te están buscando a saco.
-Ya. -Si te pillan, te meten un año ahí.
Mi hermana es abogada.
Igual si vuelves y hablas... -¿Qué dices, Luis?
No pienso volver al centro.
-Yo solo creo... -¡No me seas cagón ahora!
-¿Cagón yo? -Sí.
-Cagón yo. ¿Y quién fue al centro a buscarte
con la moto lista pa' salir pitando? ¿Quién?
-Es verdad. Bah, no te chines.
No te enfades.
Luis. -¿Qué?
-Hay otra salida para que no me cojan.
-¿Cuál?
-Londres.
Mi hermano está currando allí, me puede conseguir algo.
-¿Qué dices Londres? ¿Te vas a ir a Londres?
-Sí. ¿Y qué hago, tío? No me puedo quedar aquí,
en cuanto me cojan me tiran pa' el centro.
-¿Y qué pasa con nosotros?
-¿No te piensas venir conmigo?
¿Eh? -A Londres yo.
-Sí.
Tío, hablo con mi hermano que está todo arreglado
y sabe cómo meternos.
-Pero que no... -Pero ¿qué?
¿No dices que me quieres?
-Sí. -Pues entonces.
Yo lo haría por ti con los ojos cerrados.
Solo necesitamos dinero.
-Tienes razón.
En casa de mi hermana estoy desubicado,
como que estorbo todo el rato.
-Pues a mí no me estorbas.
Y te quiero a mi lado. Solo necesitamos el dinero.
-Pero yo no tengo, no tengo nada.
-¡Yo tampoco!
Por eso necesitamos conseguirlo pronto.
-¿Y cómo lo conseguimos pronto?
-¿Estás tonto, Luis?
¿Cómo va a ser? Robando.
¿Tú no dices que me quieres? -Sí.
-Pa' delante.
Ajá, otro beso.
Y no fue fingido, claro.
Hay muchos casos de Felipe que aún no están repartidos
y me gustaría saber por qué no lo están.
-Muy sencillo,
esos casos los tiene Ángel,
él se encarga de administrarlos. -¿Y Ángel por qué?
Vaya, vaya.
¿Se puede saber qué haces aquí?
-Nada, he venido a...
a traer unos expedientes.
-¿Como estos?
Es el 50% que pedimos nosotros.
-Yo sé que Alfonso no quiere vender la casa,
pero es la única manera de que consiga el dinero.
Convéncele, Jorge.
-¿Qué estás haciendo con mi madre?
-Lo siento, no te sigo. Sé más explícito.
-En esto del divorcio, ¿qué idea le has metido en la cabeza?
-No sabía que se metieran ideas en la cabeza de nadie.
-¡Que si te acuestas con ella!
Creía que tenía un problema, pero he tomado una decisión
y ya está solucionado.
Esto no puede salir de aquí.
He decidido que quiero ser madre.
Sí. Si dices algo de la moto,
le diré que te vi comiéndote la boca con tu jefe.
Después del beso en el coche, Julia sueña con Jorge y no puede sacárselo de la cabeza. No ayuda el gesto de él, que para pedirle disculpas, le envía un ramo de flores al bufete alimentando los cotilleos. Jorge representa al padre de Rodrigo en su caso de divorcio y tiene una conversación con Carlota sobre Felipe Leiva con la que, sin él saberlo, hace recapacitar a la abogada sobre si debería o no abortar ahora que sabe que está embarazada. Alba hace match con Ángel en el Acorder y Jesús sigue intentando acercarse a ella, celoso de que ligue a través de una aplicación de citas. Los problemas de Olivia con su jefe continúan, él se niega a contratar más personal y obliga a la camarera a hacer horas extra sin intención de pagárselas. Mientras tanto en casa de Julia, Chema pregunta a Luis si cogió su moto y él lo niega haciéndose el dolido… A última hora del día, Luis se reúne con su novia, Zoraida, a la que ayudó a escapar del Centro de Menores y ahora la busca la policía. Zoraida quiere irse a Londres a vivir con su hermano y pide a Luis que se vaya con ella. Luis acepta, enamorado, y conseguirá el dinero para el viaje… aunque tenga que robarlo.