El 31 de octubre de 1517, Martin Lutero, fraile agustino, doctor en teología y profesor en la recientemente creada Universidad de Wittenberg, clavó en la puerta de la iglesia del palacio de la localidad, según la tradición, su escrito “Disputatio pro declaratione virtutis indulgentiarum” como punto de partida de un debate sobre las indulgencias. Un documento compuesto por 95 tesis en el que condenaba la avaricia y el paganismo en el que había caído la iglesia; en un momento en el que cualquiera podía comprar una indulgencia, ya fuera para sí misma o para sus parientes o amigos que aún estuvieran en el purgatorio…
Dado que vuestra majestad y sus señorías deseáis una respuesta sencilla os responderé. A menos que se me convenza y con la razón pura, y no mediante papas o concilios que tan a menudo se han contradicho entre sí, mi conciencia es cautiva de la palabra de Dios; y obrar contra la conciencia no es ni correcto ni sano. No puedo y no quiero retractarme. No puedo obrar de otro modo. Que Dios me ampare.
LUTERO (2003) de Eric Till.
J.S. Bach:
Jesu, meine freude Miguel Farré, piano.
Bist du bei mir Lorraine Hunt.
Jesu, meine freude Boston Pops. Arthur Fiedler.
Aria de la suite nº3 en re mayor. Boston Baroque. Martin Perlman.
Adagio del concierto para dos claves en do menor. Karl Richter-Hedwig Bilgram. Orq. Bach de Munich.
Willst du dein Herz mir schenken. Elly Ameling - Gustav Leonhardt.
Minueto en sol mayor. Gustav Leonhardt
Franco Battiato: Un irresistibile ricchiamo; Testamento; La polvere del branco
