The Big O

Roy Orbison murió en un hospital de Hendersonville, Nashville, con tan solo 52 años tras sufrir un ataque cardiaco mientras visitaba a su madre en 1988. Por eso, hoy nos desplazamos a Texas para recordar a un espléndido cantante y compositor que hubiera cumplido 80 años el pasado mes de Abril. Esta vez nos hemos puesto, con todo el respeto, las gafas oscuras de The Big O. Nació en Vernon Texas, en 1936 y que a los 13 años formó su primer grupo, los Wink Westerners, con quienes actuaba en la radio y la televisión local. Un compañero de su misma escuela, Pat Boone, le aconsejó dedicarse a la música. En 1956, hace 60 años, acompañado por un cuarteto llamado los Teen Kings, apareció en la Sun de Memphis con una canción que previamente había grabado en los estudios de Norman Petty en Nuevo México. Pero, a pesar del éxito, comprobó que no despuntaba como lo hacían otros de sus compañeros y decidió firmar por el sello Monument, donde se convirtió en uno de sus grandes puntales, gracias a sus propias composiciones y a un estilo vocal inusual en la historia del rock’n’roll. Su voz de barítono, con sorprendentes notas agudas, se prestaba más a las canciones sentimentales. Su estilo era indefinible, casi el de un cantante “operístico”. Lo que nadie podía negar es que era diferente a otros artistas contemporáneos, un especialista en canciones dramáticamente dulces y tristes. Como había ocurrido con otros pioneros del rock and roll de entonces del estilo de Buddy Holly, Roy Orbison era un artista querido y admirado en el mundo entero, pero de forma muy especial en Gran Bretaña. En el 63 fue cabecera de cartel de una gira de conciertos por las islas británicas en la que también figuraba un grupo de Liverpool llamado los Beatles. Los Traveling Wilburys fueron creados en la primavera de 1988 por George Harrison y Jeff Lynne, que inicialmente se agruparon de manera informal con Roy Orbison y Tom Petty, yendo al estudio de Bob Dylan en Santa Monica. Aquella reunión fue la última sorpresa de su carrera. Su muerte el 6 de Diciembre de aquel mismo año impidió una colaboración al completo, aunque la banda continuó sin él. Los cronistas del rock se han preguntado muchas veces cual fue el secreto, el misterio, de aquel tejano siempre vestido de negro, con sus ojos ocultos tras unas gafas oscuras, estático sobre el escenario, una especie de antítesis de lo que se entiende por una “estrella del rock”, que logró poner de acuerdo a todos y que es admirado por artistas tan variados como Bruce Springsteen, P.J.Harvey, Bob Dylan, Mick Jagger, Tom Waits o Bono… Es sencillo de explicar: Su nombre era Roy Orbison y hoy ha sido el protagonista de nuestro espacio.