“‘Voy a tener que dejarte ir, papá’. Llevaba varias horas inconsciente y no podía oírme, pero yo, conmocionado, asombrado, llorando, estuve repitiéndola la frase una y otra vez, hasta creérmela. Después, lo único que me quedaba era ir a buscar su camilla a la habitación donde lo pusieron y sentarme a su lado. Morir cuesta trabajo, y él era un buen trabajador” (Philip Roth en “Patrimonio-Una historia verdadera”, 1992). Así fue mi padre, un buen trabajador, y un hombre inteligente y generoso, “de ciencias y de letras”, como a él le gustaba decir, “el hombre de la bata blanca”, como le llamaron quienes le querían en el instituto de la madrileña Plaza de la Paja donde dio clases de matemáticas, y así más o menos fue su muerte. El mejor homenaje que puedo dedicarle hoy es el de recordar las canciones que me hablan de él (como a otras personas seguro que le hablan de sus propios padres) y las que acompañaron nuestras vidas, que hoy me parecen una sola.
1. Bread – Everything I Own
2. Rita Pavone – Che m’importa del mondo
3. Simon & Garfunkel – I Am A Rock
4. Neil Young – Heart Of Gold
5. Frank Zappa – Peaches En Regalia
6. Joan Manuel Serrat – Si la muerte pisa mi huerto
7. The Winstons – Color Him, Father
8. Les Compagnons de la Chanson – Jules Verne
9. Andrés Calamaro – Tarde de Trópico IV
10. Karina – Don Narciso
11. Víctor Jara – Las casitas del barrio alto
12. Oscar Brown Jr. – Dat Dere
13. Jim Croce – I Got A Name
14. Don McLean – Babylon
15. Bob Dylan – Forever Young
Que Dios te bendiga y te proteja siempre
que tus deseos se hagan todos realidad
que hagas siempre por otros
y otros hagan por ti
que construyas tu escalera a las estrellas
y subas cada peldaño
que permanezcas por siempre joven,
por siempre joven, por siempre joven,
que permanezcas por siempre joven.
Que crezcas para ser virtuoso,
que crezcas para ser auténtico
que siempre conozcas la verdad
y veas la luz que te rodea.
Que seas siempre valiente
seas firme y fuerte,
que permanezcas por siempre joven,
por siempre joven, por siempre joven,
que permanezcas por siempre joven.
Que tus manos siempre estén ocupadas
que tus pies siempre sean veloces
y que tengas una fuerte base
para cuando el viento cambie de golpe
que tu corazón siempre esté alegre
que tu canción sea siempre cantada
que permanezcas por siempre joven,
por siempre joven, por siempre joven,
que permanezcas por siempre joven.
(Sonideros – Luis Lapuente)