Sonideros   Oscar Peterson: el Maharajá del teclado 17/12/2017 01:00:53

Se cumplen en estos días 10 años del fallecimiento, a los 82 años de edad, de ese ciclón musical que fue el pianista de jazz canadiense Oscar Peterson, apodado “El Maharajá del teclado” por Duke Ellington, título que hemos adoptado para nuestro homenaje de hoy. A medio camino entre su educación en el piano clásico y su irresistible atracción por el jazz y, particularmente, por Art Tatum, este gigante, no sólo metafóricamente hablando, pues superaba el metro noventa de estatura, formado en el swing y en el bol de los 40, era un individuo de gran corpulencia que llegó a pesar 125 kilos y padecía artritis desde su juventud. Proteico, torrencial, exuberante, vitalista, irradiaba energía en estado puro, acompañada de una técnica pianística sideral y una imaginación musical que giraba en todas direcciones. Fue un pianista total, del que escucharemos algunas grandes piezas, como su soberbio dúo instrumental con el trompetista Dizzy Gillespie, "Mozambique", y - en formación de trío, con Ray Brown al contrabajo y Ed Thigpen a la batería - el conmovedor "Hymn to freedom", composición propia que se convertiría en un referente del movimiento por los derechos civiles en EEUU. Otros temas como "Tin Tin Deo" del cubano Chano Pozo y "Summer Samba" de Marcos Valle, dan cuenta de su versatilidad y enrome creatividad a la hora de interpretar música latina o brasileña. En todo su repertorio se puede percibir su máxima:"el músico de jazz es un compositor instantáneo". Colaboró con infinidad de artistas y nos dejó discos para la historia como "Louis Armstrong meets Oscar Peterson", "Anita sings the most with the Oscar Peterson Quartet", grabado con una espléndida Anita O'Day; "Ella & Oscar", con la inconmensurable Ella Fitzgerald; "How long has this been going on?" con Sara Vaughan en estado de gracia, o la más preciada y escondida joya de su discografía: las grabaciones con la gran cantante y actriz Dorothy Danbrigde - la memorable "Carmen Jones" de la película de Otto Preminger- cuya prometedora carrera se truncó trágica y abruptamente, y a resultas de ello, permanecieron sin publicarse hasta 1999 35 años después de su desaparición.

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