Mirar el universo y entenderlo es una práctica relegada a una mínima parte de la población. El cielo, sobre todo nocturno, que es cuando se hacen visibles sus elementos, constituye un verdadero enigma. Pero hay un grupo muy reducido de personas que es capaz no solo de saber qué tenemos en la bóveda celeste sino de averiguar nuestro pasado e, incluso, parte del futuro. También, en función de este conocimiento, pueden desarrollar respuestas ante alguno de los retos actuales de nuestro planeta y la humanidad.
Rosa Tristán llegó hace unos días de Noruega, que se convirtió en la capital del saber astrofísico. Tras el aperitivo que nos dio el pasado miércoles, hoy aterriza con fuerza en nuestra Reserva natural. Y del cielo más elevado al más cercano, el que se sitúa a modo de boina sobre las ciudades. Y nunca mejor dicho lo de boina, porque Ecologistas en Acción acaba de lanzar su informe estatal sobre la calidad del aire. Ha habido reducción de la contaminación atmosférica pero, ¿hasta qué punto hay que estar contentos con esto? Miguel Ángel Ceballos, coordinador del estudio, explica las principales conclusiones.
