A finales de los años ochenta, James Brown seguía enfrentado al sistema judicial americano. Condenado a seis años de prisión por conducción temeraria y resistencia a la autoridad, salió en libertad condicional en 1991, tras cumplir un tercio de la pena. Sus declaraciones de la época mezclan la amargura con la paranoia: "No creo que a nadie le guste que le nieguen sus derechos básicos. Si hubiera tenido más formación cultural, no me habría ocurrido. También debería haber gozado de los servicios de un buen abogado. El mío me defendió, presentó su factura y ya está. Todo fue una gran impostura. Aprecié que muchos amigos no me olvidaran, pero aún estoy sorprendido de que el apoyo procediera sobre todo de una mayoría de gente blanca. Y eso ocurrió porque eran cultos y sabían que lo que me ocurría era injusto. Es muy lamentable que estas cosas me pasen a mí, o al Dr. King o a Malcolm X; que le pasen a otras personas y no se haga nada en contra, que todo continúe igual. Si seguimos permitiéndolo sin protestar, terminaremos por perder todos nuestros derechos".
Píntalo de negro. El soul y sus historias
James Brown (2)
16/01/2018
07:55
