Esto es ingeniería   Roblón 03/03/2019 05:49

El Acero es uno de los materiales más usados en la construcción debido a que es ligero, resistente, económico y fácil de colocar. Se conoce desde la antigüedad, pero hubo que esperar a la invención del convertidor Bessemer, en 1856, para producirlo en grandes cantidades. Como explica Javier Ruiwamba, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y miembro de la Real Academia de Ingeniería, el roblón fue fundamental para la unión de las piezas metálicas.
En la construcción de la Torre Eiffel se emplearon 7.300 toneladas de hierro pudelado (un precedente inmediato del acero), distribuidas en 18.000 piezas metálicas, que fueron diseñadas y cortadas con precisión milimétrica en tramos de unos cinco metros. Todas ellas unidas por roblones, grandes remaches con un diámetro superior a 10 mm. Se emplearon dos millones y medio en la obra.
Estos remaches tenían una cabeza redondeada y se calentaban a unos 1.200 grados Celsius. Después, se pasaban por las perforaciones y se remachaba la cara opuesta hasta conformar la segunda cabeza. Al enfriarse, la caña del roblón sufría una contracción que ejercía una fuerte presión sobre los elementos de unión, con un resultado muy estético.
Las piezas de acero también podían ser unidas mediante tornillos tradicionales, aunque los roblones siguieron siendo la mejor opción hasta el desarrollo de los tornillos pretensados y la soldadura.

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