Esto es ingeniería   Control borroso 27/01/2019 06:19

La forma en que percibimos el mundo se encuentra en permanente cambio y no siempre se puede definir en términos de sentencias verdaderas o falsas, en si o no, en blanco o negro. Existe una infinidad de situaciones intermedias que tienen que ser evaluadas y procesadas. Nuestro cerebro tiene una especial habilidad para hacerlo, pero las cosas se complican cuando es una máquina la encargada de ello. Cuando no es posible el control clásico se recurre al control borroso o difuso. Como explica Javier Aracil, la lógica borrosa o difusa se inició en 1965 por Lotfi Zadeh, profesor de la Universidad de California en Berkeley. Este tipo de lógica toma dos valores aleatorios, pero contextualizados y referidos entre sí, como por ejemplo, el agua está muy caliente a cien grados y muy fría a cero. Se adapta mejor al mundo real en el que vivimos, e incluso puede comprender y funcionar con nuestras expresiones, del tipo "hace mucho calor" o "no es muy alto". Esta lógica se basa en una serie de reglas de la forma si voy a llegar un poco tarde aumento ligeramente la velocidad del vehículo o --como hacen los termostatos de calefacción-- si hace mucho frío, entra en funcionamiento la caldera. Se emplea cuando la complejidad del proceso es muy alta y no existen modelos matemáticos precisos. Sin embargo, no es una buena opción cuando ya existe una solución matemática tradicional. La lógica difusa o borrosa se utiliza para la resolución de problemas relacionados con el control de procesos industriales complejos y sistemas de decisión en general. También está muy extendida en la tecnología cotidiana, como cámaras digitales, sistemas de aire acondicionado o lavadoras.

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