La vida como SCHERZO

Música para días festivos e incluso desenfadados: además el Scherzo es el PUENTE entre movimientos más profundos. Antes, empezamos con la canción islandesa "Mis ojos y tus ojos" deÁsgeirsson/Jáuregui, interpretada por Gudrún Ólaffsdóttir y el propio Javier Jáuregui. Pues eso: Beethoven inventa el Scherzo sinfónico en su Primera Sinfonía (1799), aunque lo llama todavía menuetto para disimular. Pero el minueto era de aristócratas, para bailarlo sin que se te cayese la peluca. En su Tercera Sinfonía (1805) ya aparece el Scherzo beethoveniano propiamente dicho: arrojo, sarcasmo, fuerza desencadenada ... Mendelssohn es un "scherzista" fugaz que mete la ligereza de sus hadas y sus gnomos: Octeto (1825, con 16 años), Sinfonía Escocesa (1829) Scherzo opus 18 (1829, con las trompetitas de las hadas en aquel jardín de Gales). Chopin escribe Scherzos fantasmales: Sonata 2 (1837, con "criaturas malditas" saliendo de la tapa del piano). Y Scherzos con encantadoras barcarolas centrales: Sonata para Violonchelo y Piano (1846). Saltamos a Dvorak: Séptima Sinfonía (1885), el Scherzo como un tren portador de dulces y populares melancolías. Y su contemporáneo Bruckner: Novena Sinfonía (1896), con un excepcional frenesí diabólico, infernal. Repasamos el Scherzo de la Quinta Sinfonía de Shostakovich (1937), donde desfigura el solemne tema inicial para convertirlo en un valsecito sarcástico, probable piruleta a Stalin, como dijimos hace 5 años. Feliz puente y feliz Scherzo existencial, queridas y queridos…