El tema ¿"FEMENINO"?...

Empezamos con la Canción de Demelza de Anne Dudley para meternos en materia. La materia es: pero bueno, ¿de dónde sale esto del primer tema "masculino" (enérgico, activo) y el segundo tema "femenino" (bello, suave, pasivo)?... Eso lo aplicaron a las sinfonías de Mozart y Beethoven, y llegó hasta Brahms, Mahler, e incluso Shostakovich. ¿Quién inventó este micro-machismo musicológico?... Pues parece que lo acuñó Adolphe Marx (1838), pero antes Vogler (1778) hablaba del tema "sanft" ("suave"), que se aplicaba a los hombres afeminados. Y, aunque no lo diejran directamente, el tema A venía marcado con sonidos "varoniles" (fanfarrias, toques de caza...) como la Sonata en Re Mayor de Mozart. Pero ya Beethoven (1801) se saltó eso del tema A "masculino" y el tema B "femenino" en la Sonata "Primavera" para violín y piano. También Berlioz en la Sinfonía Fantástica (1830). También Mendelssohn en su Obertura para El sueño de una noche de verano (1826). Entonces ¿qué?... Se dice que el modelo para estas concepciones eran las oberturas de óperas, como El cazador furtivo (1821) de Weber (con un tema para el agitado Max y otro para el amor redentor de Ágata). También se ve en la de El holandés errante (1841) de Wagner (un tema marino, tormentoso, para el Holandés, y otro apacible para la abnegada Senta). Wagner mismo habló de lo "masculino" y lo "femenino" como equilibrio de fuerzas en la composición musical. En fin, algunas compositoras huyeron de esta dicotomía (ya dimos aquí los Tríos de Clara Schumann y Fanny Mendelssohn). Hoy damos el fabuloso Trío en Do mayor de Dora Pejacevic (1902), que rehúye el gran tema A con testosterona, y compone dos hermosísimos temas A y B que su propia cultura post-romántica llamaría "femeninos". Entonces, ¿qué?... ¿Qué hacemos con esa división?...