Mujeres malditas   Isadora Duncan: la bailarina revolucionaria 15/07/2014 12:36

Aportó frescura y naturalidad al entonces encorsetado mundo de la danza, y lo hizo de una manera radical, rompiendo moldes. Nos encontramos ante una auténtica revolucionaria.

Nacida en San Francisco en 1877, la pequeña Angela Isadora tuvo una infancia difícil.  La pequeña silenciosa y retradida, juega en la playa, mientras observa el mar en la Bahía de San Francisco, con movimientos imaginarios de manos y pies. Tras pasar por Chicago -donde estudia danza por primera vez- y Nueva York, la familia se traslada al viejo continente. Allí, en Londres y París, comienza a consolidarse su estilo único, tan alejado de los patrones clásicos. Su vida íntima, es tan poco convencional como su arte y, en lo político, no esconde sus simpatías por la nueva Unión Soviética. 

Isadora, odiada y admirada a partes iguales, decide ser madre soltera. Triunfa en los teatros de medio mundo y con 33 años pierde a sus dos hijos en un accidente de coche, un hecho que la marcará para siempre, y que marcará su declive como bailarina y como mujer. 

Sus extravagancias son cada vez mayores, tanto, como su desprecio por las normas sociales, hasta que un 14 de julio, otro accidente de coche eleva a Isadora Duncan al Olimpo de las diosas modernas, de una forma sobrecogedora y absurda. 

 

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