La Renovación Carismática Católica conmemora este año el cincuenta aniversario de su comienzo, aunque tuvo sus precedentes en otras confesiones cristianas y en el mismo devenir de la Iglesia Católica. Quizás el precedente más remoto es el movimiento renovador que se dio en la Iglesia anglicana, que dio lugar al metodismo en el siglo XVIII. Frente a la influencia del racionalismo y del deísmo Wesley buscó un despertar espiritual, volivendo a la gracia del Espíritu Santo recibida por los apóstoles en Pentecostés; era la búsqueda de una santidad fundada en el "segundo bautismo" del Espíritu Santo y el ejercicio de los dones carismáticos. Más adelante, a comienzos del siglo XX, surge el pentecostalismo clásico, pretendiendo el llamado "Evangelio completo", que incluía el don de lenguas y de curaciones. Y a mediados del siglo XX en varios grupos protestantes brota el neopentecostalismo abierto a la experiencia de los carismas ordinarios.
En la Iglesia Catóica, a finales del siglo XX, la beata Elena Guerra, fundadora de las Hermanas Oblatas del Espíritu Santo, dirige doce cartas al Papa León XIII, pidiendo una predicación renovada sobre el Espíritu Santo. El Papa escribió una Carta Apostólica en 1895 y una Encíclica sobre el Espíritu Santo, "Divinum illud munus" en 1897, y en la nochevieja de 1900 invitó a los católicos de Roma a una vigilia de oración, poniendo el nuevo siglo bajo el influjo del Espíritu con el canto del "Veni, Creator Spiritus".
Transmite Radio Nacional de España, Radio Cinco desde la Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes y de San Justino en Madrid para ofrecerles la Santa Misa.
