Casa Blanca

Sólo el mal tiempo salvó lo que hoy es la Casa Blanca de la destrucción a manos de las fuerzas británicas durante la Guerra de 1812. La residencia oficial del presidente fue incendiada, pero milagrosamente se salvó de la completa destrucción gracias a que se desencadenó una tormenta que apagó las llamas antes de que colapsara la estructura. Después del incendio fue pintada de blanco para tapar las manchas de humo y empezó a ser familiarmente conocida como Casa Blanca.