Edición de El Buscador, Juan Pablo Arenas, para su relato dominical en Kilómetros de radio con estos temas:
Y más del galeón San Jose - El periódico El Pais ha publicado una actualización de este culebron iniciado en Colombia y si nos remontamos más a historias de piratas cuando España era un imperio. Un cañonazo hundió ese galeón cargado de "tesoros" y un historiador cubano, llegó con un mapa al Gobierno colombiano, en fecha actual afirmando que sabía donde estaba hundido. Ahora el proyecto está claro: bajar a 600 metros, sacar los tesoros, analizarlos, conservarlos, exponerlos y comercializar parte de lo que se saque a la superficie. Ahí entra la UNESCO que desde 2001 no recomienda para nada comerciar con estos tesoros que las aguas, o las tierras pueden esconder. Colombia no firmó tal acuerdo y en 2013 aprobó una ley que permite todo lo contrario. Una ley muy concretamente redactada, que aún habiendo concurso público parece que todos los requisitos solo apuntan en una dirección, una empresa propiedad de Roger Dooley, precisamente el historiador cubano antes citado, que lleva por nombre Maritime Archeology Consultants. Tendrá que depositar 60.000 dólares si se le concede el trabajo, pero se quedará con el 50% del tesoro si el gobierno colombiano considera que no es patrimonial. Todo muy calculado, todo muy subjetivo y a ojos de la UNESCo nada más que cazatesoros.
Cuando la ciencia acude en auxilio de la historia - Hablamos de Saladino. Hace poco hemos sabido de un estudio sobre las causas de su muerte. Nació el hombre en Tikrit, donde nació Sadam Hussein, pero en 1138. Murió en Damasco en 1193, cuando la tercera cruzada la de Ricardo Corazón de León. Stephen Gluckman, de la Facultad de Mecdina de la Universidad de Pensilvania, sugiere que Saladino pudo morir de fiebre tifoidea. Esa enfermedad sigue existiendo. Demuestra que en aquellos tiempos los emperadores y reyes vivían peor que mucha gente modesta en una nación avanzada de hoy en día. La fiebre tifoidea la provoca la bacteria Salmnella enterica. Se transmite por alimentos o agua contaminada y se ceba en niños y ancianos. Un simple tratamiento antibiótico de los que disponemos ahora hubiera salvado a Saladino. Incluso hoy en día tenemos vacunas para hacernos inmunes cuando viajamos a paises con riesgo de contagio.
Enrique VIII de Inglaterra también ha sido estudiado por la ciencia. Al parecer tenía un grupo sanguíneo poco habitual, ni A, B, AB, O con factor RH positivo o negativo. Conocemos estos pero hay un total de 33 grupos sanguíneos identificados. Pues este rey tan cinematográfico por cargarse a sus esposas y otros prescindibles como Tomas Moro, debido a su grupo sanguíneo tenía imposibilidad para concebir hijos varones, algo que persiguió toda su vida. El grupo se conoce como Kell y además Enrique VII pudo padecer el síndrome de McLeod, una alteración genética que puede afectar la sangre, el cerebro, el sistema nervioso periférico y el corazón. Todo esto explicaría no solo su incapacidad para tener hijos varonos, sino también su deterioro mental y físico según iba envejeciendo. Llegó a pesar 140 kilos, su caráter se volvió iracundo, autoritario y más paranoico. Presentaba úlceras en las piernas que nunca dejaban de supurar y que le produjeron una cojera crónica.
