Radwan

Radwan tiene 48 años, es de una ciudad al este de Damasco una de las zonas más castigadas por del conflicto, después de un año decidió salir con su familia del país. No escapó de la muerte, asegura, porque más tarde o más temprano todos moriremos en un sitio o en otro sino para darles un futuro mejor a sus hijos, de 14 y 17 años. Primero fueron a Egipto confiando que la guerra duraría poco pero después de ver que no cesaba el enfrentamiento consiguió un visado y vino a España. Lo más difícil para él ha sido el año y 9 meses que ha pasado hasta que ha conseguido la reagrupación familiar. Ingeniero industrial de formación ejercía como guía turístico en Siria y cuenta con nostalgia que echa de menos cada rincón de su país como las calles viejas de Damasco, el casco antiguo de Alepo o Palmira. Ahora se conforma con trabajar en un restaurante del puerto de Barcelona y ver crecer seguros y felices a sus hijos.