El pasado viernes 11 de septiembre conversábamos con el arabista Pedro Martínez Montávez sobre la catástrofe humanitaria provocada por la guerra en Siria, conflicto indesligable de las catástrofes precedentes de Irak y Libia, promovidas o alentadas principalmente, como coincidirá Martínez Montávez con el poeta sirio Adonis, por EE. UU. y sus aliados europeos.
Martínez Montávez llegó a Egipto en 1957, cuando, en palabras de Jean Lacouture, “los árabes sólo escuchaban dos voces: la de Um Kulzum y la de Nasser”. La sabiduría específica que pueden dar sus 60 años de arabista, no se traduce que le vea a menudo en las tertulias.
Suponemos que no le beneficia nada a Martínez Montávez que se haya mantenido siempre fiel en su defensa de los derechos de los pueblos árabes, su permanente exigencia de que se hable con rigor de la religión islámica, y aún menos le beneficia que nunca haya dado la espalda a la causa palestina.
