Estos días se celebra en Sevilla el Femás, el 33 festival de música antigua. Es una oportunidad para conocer parte de la historia, de la arqueología de una música que pasa muy desapercibida y descubrir a unos músicos que la mantienen viva y la difunden todo lo que pueden. Son pocos los músicos que tienen el lujo de vivir de dar conciertos de música antigua, pero son muchos los que llevan años empeñados en que las instituciones programen también este tipo de música y de sacarla de las iglesias para que asalte las calles y se haga un lugar entre el gran público.
Fahmi y Rami Alqhai son dos hermanos que conviven en su grupo, la Accademia del Piacere, y son grandes divulgadores de la música antigua.
Me acerco al ensayo de uno de sus conciertos para hablar con ellos entre bambalinas. Porque la música antigua es una música marginada. No existe conciencia de su importancia, está relegada a lugares de culto normalmente, a los anticuarios que la albergan con cariño per cada vez escuchamos más música antigua en las calles y en el conservatorio ya está presente también.
Ojalá algún día estos músicos no se vean obligados a salir fuera de España para vivir de su pasión.
