Visito una de las 32 residencias que hay en nuestro país que aplican el Programa Desatar al Anciano y Enfermo de Alzheimer y buscan alternativas para que estas personas puedan vivir dignamente sin sujeciones físicas o farmacéuticas. En Sanitas Residencial en Madrid hablan con las familias para saber qué le gusta al anciano, qué hacía de joven y qué le tranquiliza, además de poner en práctica talleres como la aromaterapia o musicoterapia que ayudan a relajar a los enfermos.
Se trata de buscar alternativas, fórmulas que se adapten a cada persona. Por ejemplo, en el salón vi a algunas mujeres doblando servilletas porque es lo que han hecho durante años y les tranquiliza. Se sienten bien con esta actividad que, por otra parte, también fomenta la psicomotricidad.
Este programa y su aplicación se debe en parte al empeño del doctor Antonio Burgueño tras pasar años trabajando con estas personas y viviendo cómo, hasta no hace mucho y todavía hoy, se cree que usar las sujeciones es la manera de cuidar a estos enfermos para evitar caídas, por ejemplo. Pero este programa pretende cambiar esta creencia, un cambio de paradigma. El proceso es lento porque implica que tanto asistentes como médicos o familiares participen del programa.
¿Qué es mejor tener a una persona atada varias o todas las horas del día para evitar daños mayores o buscar fórmulas que relajen a esta persona y aceptar (evitando en lo posible) el riesgo de una caída pero que viva libre de sujecciones?
