Otis Redding

Hace poco visionaba una vez más el vídeo de la torrencial actuación de Otis Redding, alias The king of soul (el rey del soul) en el Festival de Monterrey el sábado 17 de junio de 1967, por cierto, uno de sus últimos conciertos, porque falleció seis meses más tarde en un terrible accidente de aviación que tuvo lugar en la mañana del 10 de diciembre de 1967 en Lake Monona, en las afueras de Madison, catástrofe que también sesgó la vida de varios miembros de su banda de acompañamiento, The Bar-Keys.

Y cosas del destino, Otis Redding se convirtió en el primer artista en alcanzar el número uno de las listas norteamericanas a título póstumo, con el mágico "Sittin the dock of the bay" (Sentado en el muelle de la bahía).

Este monstruo sagrado del soul nos dejó cuando solo tenía 26 años, imagínense qué podría haber conseguido la gran voz del soul, si la muerte no se hubiese cruzado en su camino. Me atrevo a decir que ni el mismísimo James Brown no habría alcanzado el estatus de Padrino del soul si Otis viviese, porque entre otras cosas, Redding fue un colosal intérprete afroamericano que no se circunscribía exclusivamente al soul, porque bebía de otras fuentes musicales variopintas, como el rock y el pop, algo inusual, para una estrella de color como él, y ahí están por ejemplo, las electrizantes versiones que nos dejó del "Day tripper", de los Beatles, o del "Satisfaction" de los Rolling Stones, entre otras piezas, supuestamente muy alejadas de la música negra. Por eso siempre se le considerará como el rey del soul, The king of soul Otis Redding.