Bienvenid@s a un bosque habitado por la necesidad de que el sentido común se instale en todas nuestras decisiones de vida. “Los grandes avances de la humanidad se han producido cuando se ha incorporado una energía nueva, más eficiente, que facilitara la vida. Nos volvimos unos nuevos ricos al llegar la democracia y entrar en Europa y empezamos todas y todos un consumo desatado. La energía acomoda”.
Así reflexiona nuestra invitada de hoy, Ana Etchenique, activista, ecologista, politóloga y vicepresidenta de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) y coautora, junto a Cristina Narbona, del libro “Soñando el futuro” (Editorial Clave Intelectual).
Ana nos hace reflexionar, en esta primera conversación con el bosque, sobre nuestros hábitos, porque ellos nos hacen más consumidores, sobre cuando el grupo económico más fuerte del mundo era el de los consumidores, por los años sesenta y cómo aquello lo cambió todo, sobre el cambio generacional y los largos plazos, sobre la lacra acomodaticia que nos está matando y también al planeta….
Y seguiremos reflexionando con el discurso del Secretario de Naciones Unidas, y Premio Nobel de la Paz, del desaparecido Kofi Annan Foundation, con Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca que nos habla de consumirnos para existir, con relatos reveladores de Gustavo Duch, con el consumo que puede cambiar el mundo de Brenda Chavez, con Nazaret de Castro y Laura Villadiego de Carro de Combate. También las noticias aladas de la bióloga rantza Leal Nebot de SEO/BirdLife en su sección #VolandoVengo. Y para envolver musicalmente con sentido los contenidos de este bosque, la música de Vetusta Morla, porque el otro día me encontré con Juanma Latorre, excompañero, componente y guitarrista de Vetusta.
Y ahora abraza con todo su sistema radicular los cuatro elementos de la naturaleza que son los bienes comunes del agua, tierra, aire y fuego, pon la mente en blanco, respira profundo y repite como un mantra: soñar para despertar y después actuar… porque estás entrando en territorio conexión humedales, sin duda, territorio conmovido…¡Arriba Las Ramas!
