Nos habita un biólogo conmovido, consciente y defensor de que en nuestro planeta azul nos acompaña un multitud casi inabarcable de fatigas.
Un bosque habitado por un científico que grita a los cuatro vientos y, desde hace décadas, que la tierra está herida, que la naturaleza está en peligro y que, por fin, entra a formar parte, con doble rúbrica emocional y biológica, de la Revolución de L@s Conmovid@s: Miguel Delibes de Castro.
¿Acaso puede dudarse de que desiertos y bosques, ríos y mares, aportan variedad a la vida en el mundo? ¿Qué las especies interactúan agrupadas en comunidades? Miguel Delibes de Castro nos crea tesituras y nos hace reflexionar y expandirnos, ir más allá de nuestras respetables y amorosas convicciones para defender nuestro hogar: nuestra Matria Tierra. Porque no basta con que el lince ibérico sobreviva, sino que debe sobrevivir en su entorno natural y cumplir en él su imprescindible papel.
Pero no, Miguel Delibes de Castro tiene tanto que ilustrarnos que no le hemos preguntado ni por el lince ni por su padre, el gran escritor Miguel Delibes… Y nosotr@s queríamos descubrir y aprender mucho más todavía.
Lo que más le preocupa al biólogo Delibes es que seamos conscientes de los males que aquejan a la tierra porque “respirar no está garantizado” y, de seguir así, en unos decenios nuestros problemas serán tan serios que no podremos salvarnos ya ni a nosotros mismos. El futuro será lo que queramos que sea… ¡ay, qué peligro si no hay esperanza!, que el futuro está en nuestras manos…
Y cita a Antonio Gramsci: “Contra el pesimismo de la inteligencia, siempre podremos invocar al optimismo de la voluntad. Quereos salvar la naturaleza y, además… además, necesitamos hacerlo”.
Así que, mientras escuchas la voz y la música de Paloma del Sol en un homenaje a sus raíces y antepasados de su cultura en la Isla de Bioko, rescata tu ejemplar de “El principito”, de Saint Exupéry, escucha la voz del zorro y mira a tu rosa-planeta… Dice Delibes que una vez que la has domesticado ya no puedes abandonarla… porque se ha convertido un territorio conmovido…. ¡Arriba las ramas!
