El bosque habitado   El hombre y la madera 01/02/2015 59:25

Nos dejamos envolver por la relación entre dos seres: el hombre y el árbol. Un bosque convertido en un tratado de carpintería y que supone el avance del aprendizaje, que depende del desarrollo personal e íntegro del individuo. Un bosque de Ubuntu entre los aprendices y los maestros, para los que la transmisión de conocimiento iba mucho más allá del principio del oficio plantando sus propios árboles de aprovechamiento y llegaba hasta la filosofía misma de la vida que nos hacía ser respetuosos con el bosque protector y nos convertía en individuos libres de autogestión y sostenibilidad.         

Y así entrevistamos al Cronista de los Árboles, Ignacio Abella que vuelve a republicar un libro que escribió hace 30 años, “El hombre y la madera”, en Ediciones RBA y donde recoge todo el saber y sabiduría de los maestros que le fueron instruyendo y convirtiendo en amante de los árboles, de los huertos y de los oficios que tienen que ver con la inteligencia de las manos. Entonces conoceremos el camino de conocimiento de los paisanos ancestrales, de los compagnons franceses, y el del sentido común que nos lleva a fabricar en primer lugar nuestras herramientas para el camino de la vida. 

Abella escribe casi al estilo medieval este tratado de carpintería y lo enriquece con dibujitos hechos a mano que ilustran todo desde el principio y hasta el final, para ver cómo se construyen los haberes más esenciales de la vida cotidiana, hasta cómo hacerse uno mismo una rueca y otros útiles textiles, unos zuecos, juguetes e instrumentos y todas las técnicas y procedimientos. Dice Abella que en principio fue la madera, materia madre, porque el árbol y la selva son una misma raíz bajo la tierra.

Nos acompañan en este viaje al centro mismo del árbol y del corazón humano Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca, Fernando Fueyo y todos los maestros ancestrales que en el mundo cuerdo han sido. Mecidos, eso sí, por las canciones de Pasajero y su álbum “Parque de Atracciones”. Así que hunde tus raíces hasta lo más profundo de la existencia arbórea, haz recorrer la savia renovada del pasado y del presente y respira hondo… porque estás entrando en territorio habitado por la madera y el hombre, pero… territorio conmovido… Arriba las ramas

 

El bosque habitado
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